CELAYA, Gto.- (OEM-Informex).- Uno de los principales y el más antiguo barrio de este municipio es el de El Zapote o La Asunción, pues fue justo bajo un mezquite ubicado en su actual demarcación, donde el 1 de enero de 1571 se efectuó el mandamiento fundacional de lo que hoy es la ciudad de Celaya, motivo por el cual es considerado como cuna de la ciudad.
El barrio del Zapote se pobló con familias de indígenas otomíes, quienes vivían en jacales, en una zona a la que los mismos habitantes llamaban “Nat Tah Hi” (palabra del vocablo otomí que al español se traduce como: a la sombra del mezquite).
Tras la fundación de la Villa de “Nuestra Señora de la Concepción de Zalaya”, consumada con la Misa del Espíritu Santo del 1 de enero de 1571, de acuerdo al permiso que se había otorgado el 12 de octubre del año anterior, se procedió a hacer el trazo poblacional, dando paso a la construcción de casas, plazas, templos y capillas.
Entre los monumentos más representativos del barrio de El Zapote para la historia del municipio está la columna que conmemora la fundación de la ciudad, construida en el año de 1909, la cual fue restaurada en los últimos años, y en la actualidad se encuentra en perfectas condiciones, aunque según el párroco Crisanto Rico Argote todavía no les hacen la entrega oficial por parte de las autoridades.
El barrio de El Zapote lleva ese nombre debido a que el cristo que se encuentra dentro del templo fue encontrado debajo de un árbol de zapote entre los municipios de San Miguel de Allende y Comonfort, según compartió el padre Crisanto Rico.
ADVOCACIÓN MARIANA
La tradición cuenta que en tiempo de la Independencia se hizo un juicio al Cristo por defender a los Insurgentes y se le cambió el nombre de El Señor del Zapote a El Señor de la Clemencia. Fue entonces que los pobladores decidieron cambiarle el nombre al barrio, y en lugar de llamarlo el barrio de la Asunción lo nombraron el barrio de El Zapote.
Entre las celebraciones religiosas del barrio está la que se dedicaba a la Asunción de la virgen María, el 15 de agosto, (siendo esta la más importante para los habitantes), el señor de la Clemencia, el 1 de enero, en la que los vecinos ofrecían comida a los visitantes; y la semana santa con el tradicional vía-crucis, uno de los más populares de todo Celaya.
Una de las fiestas civiles del barrio está relacionada con la conmemoración del día que se otorgó el permiso de fundación de la Villa de “Nuestra Señora de la Purísima Concepción de Zalaya”, el 12 de octubre de 1570, cuyo nombre fue cambiado dos años después por el de “Purísima Concepción de Selaya” (la palabra “Selaya” cambió gradualmente por “Celaya” en los documentos que se redactaron a mediados del siglo XVII).
Fue así como se adoptó la advocación de la virgen María como patrona de los celayenses, cuya imagen de culto fue traída de España por la familia del fundador Martín Ortega y su esposa Magdalena de la Cruz y resguardada hasta el 8 de diciembre de 1574 en la capilla del Zapote, mientras se edificaba el templo de San Francisco, donde permanece hasta el día de hoy.
ARTESANOS JUGUETEROS
De las actividades principales que los vecinos desarrollaron a través del tiempo, es la elaboración de juguetes de cartón con moldes de barro; aunque los de hojalata, como rehiletes, sonajas, enchinadores, giramundo, trompetas y cochecitos son los más populares y característicos de este barrio en particular.
De acuerdo con el artesano de juguetes de hojalata, Martín Rivera Mendoza; dicha actividad comenzó en la década de 1920, cuando unos artesanos de apellido Cabrera comenzaron a elaborar juguetes de lámina. Veinte años después su padre creó su taller de juguetes y ahí fue donde él aprendió ese oficio que mantiene hasta la fecha.
El artesano recuerda que por allá de los años 70 era muy común que los niños pidieran a los Reyes Magos juguetes de lámina; particularmente las niñas les pedían estufas y alacenas para hacer su cocina. Era tal la popularidad de estos juguetes que muchas familias dependían económicamente de dicha actividad.
Los juguetes de hojalata fueron muy populares durante muchas décadas; sin embargo, con la llegada del plástico disminuyeron hasta casi desaparecer, y en la actualidad son pocos los lugares donde se pueden encontrar, debido a la poca demanda que existe de los mismos, pues según el señor Rivera, los niños de ahora prefieren los juguetes electrónicos; a pesar de ello Celaya y sus artesanos del barrio de El Zapote siguen siendo referentes a nivel nacional.
