GUANAJUATO.- (OEM-Informex).- La cobertura de vacunas a nivel nacional disminuyó cerca de 35% en México desde que inició la contingencia sanitaria; por ello, los médicos advierten que es necesario que las familias acudan a vacunar a los bebés y niños, ya que una vez que comiencen a salir a las calles y regresen a las escuelas, no sólo corren el riesgo de contagiarse de Covid-19, si no también de otras enfermedades, como sarampión y neumococo, que pueden ser prevenibles con el cumplimiento del esquema de vacunación.
“Invitamos a los padres de familia a que acudan a los centros de salud a completar los esquemas de vacunación de su familia, pues al no vacunarlos con las medidas necesarias, están dejando a los niños susceptibles y vulnerables para cuando esto se empiece a reactivar se corra un riesgo muy grave”.
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Daniel Gregory López Rodríguez, especialista en medicina farmacéutica, dijo que de acuerdo con datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), la pandemia retrasó los esquemas de evacuación de alrededor de 700 mil niños de cero a nueve años de edad a nivel nacional, ya que las familias dejaron de acudir a los hospitales y clínicas por el riesgo de contagio.
Esto, señaló, provocó que la cobertura disminuyera hasta un 35% y actualmente son miles los niños que no reciben su esquema de vacunación primarios o de refuerzo, lo que los vuelve todavía más susceptibles a enfermarse y tener complicaciones para su desarrollo y creciendo, pero incluso, que podría provocarles la muerte.
Además, el especialista en medicina farmacéutica mencionó que si ahora no se ha visto incremento de casos de enfermedades como sarampión, rubéola, neumococo y poliomielitis, es porque los niños se mantienen en el confinamiento por la contingencia, pero una vez que estos comiencen a convivir, las enfermedades comenzaran a desarrollarse y a contagiarse unos a otros.
Por ello, aseguró que necesario que las familias acudan a vacunar a los bebés y niños para evitar brotes de enfermedades que todavía pueden ser prevenibles a través de la vacunas, mientras que los hospitales y centros de salud prioricen tener vacunas primarias o de refuerzo para abastecer a los niños que aún faltan de su dosis.
“Las vacunas que deberían de priorizar son las que protegen contra infecciones en planes de eliminación o radiación como el sarampión, la rubéola y la poli, también hay priorizar las enfermedades que puedan producir alta mortandad, como la influenza y neumococo, así como infecciones y brotes”.
