CELAYA, Gto. (OEM-Informex).- Familias de la comunidad Galvanes sufrieron bajas temperaturas hasta cero grados, por lo que pidieron cobijas sobre todo para cubrir a los niños, que todavía al mediodía siguen con sus chamarras.
Refirió que tiene un hijo, la nuera y los cuatro nietos; y todos viven en la misma casa, pero ahora procuran llegar temprano, meterse a casa, ya no salir en la noche y dormir con todas las cobijas encima.Lucila Omerón
“Las cubetas con agua amanecieron con escarcha, y el frío no se quitó sino hasta ya tarde; pero aun así andamos con rebozo, porque los cerros y lo alto de donde vivimos hace que las noches sean realmente heladas, un infierno de frío helado”, comentó la señora Antonia Olalde, de 54 años de edad, y con domicilio en callejón del Sol, 108, de la parte alta de la comunidad Galvanes.
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Comentó que hay otra parte de la comunidad, que está más abajo, y no pasan tanto frío porque les tapa los cerros y los árboles; pero en el caso de las familias de la parte alta de Galvanes, están pasando uno de los inviernos más crudos de los últimos tiempos.
Expuso que vive con su esposo y su hijo, y por la noche prenden un fogón dentro de la casa, aunque saben que es peligroso, pero consideró que el frío ha estado pegando como nunca.
Por su parte, la señora Lucila Omerón, también del callejón del Sol, comentó que es una ironía vivir en una calle con ese nombre, y pasar uno de las noches más frías del año, como han sido en los últimos días.
“No sólo nosotros, sino muchas familias de la comunidad están necesitando cobijas, porque con este frío, las que se tienen no son suficientes. Esperamos que la gente del gobierno nos pueda traer cobijas”, expuso la señora Lucila.
También comentó que hace algunos días, cuando también hizo mucho frío, acudieron al Sistema Municipal DIF, pero de la comunidad de San Juan de la Vega, para pedir el apoyo de cobijas, sobre todo para unas personas de la tercera edad y familias.
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Sin embargo, no encontraron ni al vigilante, por lo que ambas madres de familia hicieron una petición para que Protección Civil los visite y vea que realmente la gente necesita de apoyo por medio de las cobijas.
“Mientras nos llega el apoyo de unas cobijas, vamos a seguir cortando leña del campo y hacer nuestros fogones por la noche, pero con el peligro de que les pueda hacer daño”, concluyó.
