[Video) La carpintería es un arte: Rogelio Guerra

Adriana Inocencia, tiene 18 años trabajando en una fábrica y aunque no pudo cumplir su sueño de convertirse en carpintera, se siente orgullosa de los trabajos que realiza

Ana Medina | El Sol del Bajío

  · sábado 19 de marzo de 2022

Rogelio Guerra tiene 43 años dedicándose a esta profesión, Adriana dijo sentirse orgullosa de trabajar la madera desde hace 18 años. | Foto: Adrián Mendoza | El Sol del Bajío

CELAYA, Gto. (OEM-Informex).- Este 19 de marzo se celebra el Día del Carpintero, oficio que no es fácil de desempeñar, ya que, a decir de Rogelio Guerra, quien tiene 43 años dedicándose a esta profesión, se requiere de mucha creatividad, habilidad para las matemáticas y para manejar todos los materiales que se utilizan; aunado a esto, Adriana Inocencia, tiene 18 años trabajando en una fábrica y aunque no pudo cumplir su sueño de convertirse en carpintera, se siente orgullosa de los trabajos que realiza con la madera al crear las bases de cama.


“La carpintería es mi pasión”, Adriana Inocencia. | Foto: Adrián Mendoza | El Sol del Bajío


LA CARPINTERÍA ES UN ARTE: ROGELIO GUERRA

Rogelio Guerra contó que desde hace más de 40 años adaptó parte de su hogar para convertirlo en su taller de carpintería, donde realiza recámaras, comedores, salas, closet, cabañas y todo lo que la gente pida, con madera de pino, caoba, cedro, entre otros, a excepción del mezquite, debido a que este material es muy duro; además dijo que hace reparaciones de los muebles viejos.


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Destacó que para ser carpintero se necesita tener habilidad en las matemáticas para hacer bien los cálculos y, sobre todo, saber usar correctamente las herramientas como taladros, lijadora eléctrica, el serrucho e incluso la cinta métrica, el martillo, los clavos, tornillos, por nombrar algunos.

Platicó que lo que más le gusta de ser carpintero es “que desarrollo mi creatividad, me innovo buscando modelos o analizando lo que los clientes me mandan para después llevarlo a la práctica y crear arte. El trabajo que hago me llena de orgullo porque lo hago como si fuera para mí, lo que más me llena de satisfacción es entregar al cliente su mueble y ver que le gustó”.



“Cada día me sigo actualizando, por ejemplo, antes no había muchos materiales como el sellador, la laca, los productos de barniz y ahora todos ellos los he aprendido a usar, aquí lo más importante es mantenerse vigente para seguir ofreciendo productos de calidad a mis clientes”.

Comentó que el proceso de creación empieza desde que le mandan el diseño de lo que quieren, luego les da las opciones del material con el que se puede trabajar de acuerdo a lo que pidieron, después les da la cotización, compra lo que necesita, toma las medidas para elaborarlas en un lapso de cuatro a cinco semanas y después hace la entrega.

Por otra parte, recordó que en 2020 “estuve a punto de morir a causa de la Covid-19, el doctor me dijo que estuve a dos horas, ya estaba en las últimas, pero gracias a Dios me recuperé con el tratamiento adecuado y los cuidados que me dio mi hija que es licenciada en enfermería y aquí seguimos trabajando”.


Adaptó parte de su hogar para convertirlo en su taller de carpintería. | Foto: Adrián Mendoza | El Sol del Bajío


Debido a esta enfermedad, Rogelio quedó con una deuda de 180 mil pesos, ya que su esposa también se contagió. A pesar de todo dijo sentirse muy agradecido con Dios por permitir que le llegue trabajo para saldar las cuentas y salir adelante.

VER TERMINADO MI TRABAJO ES GRATIFICANTE: ADRIANA INOCENCIA

Adriana Inocencia platicó que desde pequeña le llamaba la atención la carpintería, pero debido a la falta de oportunidades económicas no pudo desempeñar el oficio como hubiera querido, sin embargo, dijo sentirse orgullosa de trabajar la madera desde hace 18 años en una fábrica de bases de cama junto a tres mujeres más.


“Lo que más me gusta de mi trabajo es armar, primero lo que hago es sacar las medidas de las patas, la cabecera, los cajones, después hago el molde, luego pulo y tallo la madera, al terminar se las paso a los compañeros para que las corten, cuando acaban me las vuelven a pasar para armarlas y ensamblarlas en su lugar”.

Indicó que todo este procedimiento se realiza en una hora aproximadamente, y agregó que en un día generalmente hace 32 bases. Finalmente, destacó que es gratificante ver su trabajo terminado, “estoy muy orgullosa de lo que hago y me siento muy feliz porque, aunque no soy carpintera como quería, tengo la oportunidad de trabajar con la madera, la cual es muy noble”.

Invitó a las personas a que luchen por cumplir sus sueños, ya que estos “se cumplen aunque a veces de maneras misteriosas como en mi caso, aun así hay que estar agradecidos por tener la oportunidad de trabajar y llevar el pan a la mesa”, concluyó Adriana.