/ lunes 20 de mayo de 2024

Don Felipe el migrante y más de 100 mil almas se pintaron de rosa por un solo clamor: ¡salvar la democracia!

El 19 de mayo de 2024 será recordado en la historia de México como el día en que la gran naciónmexicana se convirtió en una “Marea Rosa” que inundó más de 100 ciudades del país y delextranjero. El corazón de esta gran marcha se instaló en el Zócalo de la Ciudad de México en elque aproximadamente 100 mil almas alzamos la voz en un sólo clamor: ¡salvar nuestra democracia!El llamado fue para concientizar a los millones de mexicanos que podrán votar el próximo 2 dejunio para que hagan un sufragio informado, porque en las elecciones de este 2024 está en juegomucho: 20 mil cargos de elección popular en todo el país.

Estamos a menos de dos semanas deelegir el rumbo de México y la luz comienza a asomar en el horizonte de nuestro país. El 2 de juniotenemos frente a nosotros no sólo el derecho a votar sino, sobre todo, tenemos la responsabilidadde hacerlo por el bien de todos. Porque el domingo 19 de mayo algo nos dejó claro: cuando esnecesario unirse, no hay poder que detenga a la gran nación mexicana.

Entre las distintas calles que recorrí del Zócalo Capitalino tuve la oportunidad de encontrarme conmuchos amigos de distintas partes del país, así como con personas que no conocía pero que teníanalgo en común conmigo: la seguridad de estar haciendo lo correcto. Así mismo, saludé a muchosmigrantes que vinieron desde Estados Unidos para representar en la “Marea Rosa” al que XóchitlGálvez ha nombrado el “Estado 33”. Uno de ellos fue Don Felipe, quien venía procedente deDallas, Texas. “Tenía años de no pisar esta sagrada tierra, pero esta marcha no me la podíaperder”, me dijo Don Felipe cuando avanzábamos juntos rumbo al primer cuadro de la Ciudad deMéxico. “Yo nací en esta ciudad y prometí que el día que volviera sería para marcar unadiferencia”, me confesó Don Felipe cuando vimos a unos metros de distancia a Palacio Nacional.“Hoy no habrá vallas que me impidan hacer saber a quien dice gobernarnos que no estamosconformes y que aquí estamos para lo que se ofrezca”, comentó Don Felipe gritando más fuerte que nunca.

¿Qué cambiará esta marcha en el ánimo de las personas? De entrada, nos demostró que hay unsentimiento generalizado en el país. Mamás, adultos mayores, jóvenes, familias enteras y migrantesmarchamos para que se hiciera escuchar en cada rincón del país (y de Palacio Nacional) que lascosas no están bien y que haremos hasta lo imposible por mejorarlas. Este mismo sentimiento deresistencia es el que motivó a muchos mexicanos en el extranjero a marchar este 19 de mayo.Chicago, Dallas, Houston, Miami, San Antonio, San Diego e, incluso, París, fueron testigos de lo quepodemos lograr los mexicanos cuando sumamos voluntades. Algunos minimizarán el movimiento yafirmarán que sólo se trató de personas inconformes; otros más, como Don Felipe, dirán que salir amarchar es apenas el comienzo de algo mejor, es el punto de partida para corregir el rumbo deMéxico. Y esa marcha, créanme, ya nadie la detiene.

Juan Hernández Analista de temas de migración

  • Facebook: @Juan Hernandez
  • Twitter: @JuanHernandezS
  • Instagram: dr.juanhernandez

El 19 de mayo de 2024 será recordado en la historia de México como el día en que la gran naciónmexicana se convirtió en una “Marea Rosa” que inundó más de 100 ciudades del país y delextranjero. El corazón de esta gran marcha se instaló en el Zócalo de la Ciudad de México en elque aproximadamente 100 mil almas alzamos la voz en un sólo clamor: ¡salvar nuestra democracia!El llamado fue para concientizar a los millones de mexicanos que podrán votar el próximo 2 dejunio para que hagan un sufragio informado, porque en las elecciones de este 2024 está en juegomucho: 20 mil cargos de elección popular en todo el país.

Estamos a menos de dos semanas deelegir el rumbo de México y la luz comienza a asomar en el horizonte de nuestro país. El 2 de juniotenemos frente a nosotros no sólo el derecho a votar sino, sobre todo, tenemos la responsabilidadde hacerlo por el bien de todos. Porque el domingo 19 de mayo algo nos dejó claro: cuando esnecesario unirse, no hay poder que detenga a la gran nación mexicana.

Entre las distintas calles que recorrí del Zócalo Capitalino tuve la oportunidad de encontrarme conmuchos amigos de distintas partes del país, así como con personas que no conocía pero que teníanalgo en común conmigo: la seguridad de estar haciendo lo correcto. Así mismo, saludé a muchosmigrantes que vinieron desde Estados Unidos para representar en la “Marea Rosa” al que XóchitlGálvez ha nombrado el “Estado 33”. Uno de ellos fue Don Felipe, quien venía procedente deDallas, Texas. “Tenía años de no pisar esta sagrada tierra, pero esta marcha no me la podíaperder”, me dijo Don Felipe cuando avanzábamos juntos rumbo al primer cuadro de la Ciudad deMéxico. “Yo nací en esta ciudad y prometí que el día que volviera sería para marcar unadiferencia”, me confesó Don Felipe cuando vimos a unos metros de distancia a Palacio Nacional.“Hoy no habrá vallas que me impidan hacer saber a quien dice gobernarnos que no estamosconformes y que aquí estamos para lo que se ofrezca”, comentó Don Felipe gritando más fuerte que nunca.

¿Qué cambiará esta marcha en el ánimo de las personas? De entrada, nos demostró que hay unsentimiento generalizado en el país. Mamás, adultos mayores, jóvenes, familias enteras y migrantesmarchamos para que se hiciera escuchar en cada rincón del país (y de Palacio Nacional) que lascosas no están bien y que haremos hasta lo imposible por mejorarlas. Este mismo sentimiento deresistencia es el que motivó a muchos mexicanos en el extranjero a marchar este 19 de mayo.Chicago, Dallas, Houston, Miami, San Antonio, San Diego e, incluso, París, fueron testigos de lo quepodemos lograr los mexicanos cuando sumamos voluntades. Algunos minimizarán el movimiento yafirmarán que sólo se trató de personas inconformes; otros más, como Don Felipe, dirán que salir amarchar es apenas el comienzo de algo mejor, es el punto de partida para corregir el rumbo deMéxico. Y esa marcha, créanme, ya nadie la detiene.

Juan Hernández Analista de temas de migración

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