/ domingo 17 de enero de 2021

Planes

La mayoría de las personas, cada comienzo de un nuevo año establecen planes con las metas que desean lograr para mejorar su vida, sin embargo, en realidad, ¿voltear la página de un calendario debería ser la diferencia para que las personas se pongan a establecer buenos planes?

Cada uno de nosotros establece planes, lo hacemos desde que nos levantamos arrancando el día pensando qué vamos a hacer y cómo lo vamos a llevar a cabo, aún si decidimos no hacer nada, eso en sí ya es un plan.

Lo hacemos porque se nos ha dado la capacidad de hacerlo y ejecutar estos planes, la vida misma está hecha de planes, así como la historia también está hecha de planes, buenos y malos planes, buenos planes que nos han traído beneficios, malos planes que nos han traído perjuicios.

Los planes que nos ayudan a ser mejores personas, a mejorar nuestras relaciones interpersonales y a contribuir significativamente para el beneficio de otros, son los planes que han marcado la diferencia para bien a través de la historia, y es el tipo de planes que son significativos y que necesitamos aprender a desarrollar en cualquier momento de nuestra vida cuando lo llegamos a comprender.

Estos planes incluyen evaluarnos día con día para saber si estamos cumpliendo con las metas correctas de éstos planes y hacer los ajustes necesarios en la marcha, esto es lo que marca la diferencia en nuestra vida y no lo marca un cambio en la fecha de un calendario.

Todos los días que despertamos a un nuevo día, se convierte en una nueva oportunidad para trabajar en mejorarnos a nosotros mismos, esto en sí es lo valioso y no el posponer a una fecha en el calendario para comenzar con lo que deseamos mejorar en nuestras vidas.

El ayer ya se fue, el mañana aún no está a nuestra disposición, pero el hoy sí lo está, así que hoy es el único recurso con el que realmente contamos para emplearlo de manera significativa, y usarlo de ésta manera sólo lo podemos lograr cuando aceptamos que nuestra vida no es una mera casualidad del destino, sino que Dios ha diseñado un plan personalizado para cada uno de nosotros desde antes de nacer.

Considera lo que dice el siguiente salmo:

“Tú nada desconocías de mí, que fui creado en lo oculto, tejido en los abismos de la tierra, veían tus ojos cómo me formaba, en tu libro estaba todo escrito; estaban ya trazados mis días cuando aún no existía ni uno de ellos” (salmo 139:15-16).

Aceptar esta maravillosa realidad que expresa éste salmo, puede revolucionar radicalmente el establecimiento de tus planes y cómo los ejecutas, dándoles un giro extraordinario al comprender que no sólo vives en ésta vida para ti mismo, sino para contribuir al auténtico beneficio de tú generación y de futuras generaciones.


La mayoría de las personas, cada comienzo de un nuevo año establecen planes con las metas que desean lograr para mejorar su vida, sin embargo, en realidad, ¿voltear la página de un calendario debería ser la diferencia para que las personas se pongan a establecer buenos planes?

Cada uno de nosotros establece planes, lo hacemos desde que nos levantamos arrancando el día pensando qué vamos a hacer y cómo lo vamos a llevar a cabo, aún si decidimos no hacer nada, eso en sí ya es un plan.

Lo hacemos porque se nos ha dado la capacidad de hacerlo y ejecutar estos planes, la vida misma está hecha de planes, así como la historia también está hecha de planes, buenos y malos planes, buenos planes que nos han traído beneficios, malos planes que nos han traído perjuicios.

Los planes que nos ayudan a ser mejores personas, a mejorar nuestras relaciones interpersonales y a contribuir significativamente para el beneficio de otros, son los planes que han marcado la diferencia para bien a través de la historia, y es el tipo de planes que son significativos y que necesitamos aprender a desarrollar en cualquier momento de nuestra vida cuando lo llegamos a comprender.

Estos planes incluyen evaluarnos día con día para saber si estamos cumpliendo con las metas correctas de éstos planes y hacer los ajustes necesarios en la marcha, esto es lo que marca la diferencia en nuestra vida y no lo marca un cambio en la fecha de un calendario.

Todos los días que despertamos a un nuevo día, se convierte en una nueva oportunidad para trabajar en mejorarnos a nosotros mismos, esto en sí es lo valioso y no el posponer a una fecha en el calendario para comenzar con lo que deseamos mejorar en nuestras vidas.

El ayer ya se fue, el mañana aún no está a nuestra disposición, pero el hoy sí lo está, así que hoy es el único recurso con el que realmente contamos para emplearlo de manera significativa, y usarlo de ésta manera sólo lo podemos lograr cuando aceptamos que nuestra vida no es una mera casualidad del destino, sino que Dios ha diseñado un plan personalizado para cada uno de nosotros desde antes de nacer.

Considera lo que dice el siguiente salmo:

“Tú nada desconocías de mí, que fui creado en lo oculto, tejido en los abismos de la tierra, veían tus ojos cómo me formaba, en tu libro estaba todo escrito; estaban ya trazados mis días cuando aún no existía ni uno de ellos” (salmo 139:15-16).

Aceptar esta maravillosa realidad que expresa éste salmo, puede revolucionar radicalmente el establecimiento de tus planes y cómo los ejecutas, dándoles un giro extraordinario al comprender que no sólo vives en ésta vida para ti mismo, sino para contribuir al auténtico beneficio de tú generación y de futuras generaciones.


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