/ martes 30 de enero de 2024

Prospectiva

¿De cuál generación te dijeron que eres?

Es probable que al analizar los comportamientos electorales de los ciudadanos de nuestro país nos ayude referirnos a ciertas características dominantes según la edad de las personas a la cuales nos estamos refiriendo y casi siempre tendremos ciertos afanes por explicar y establecer ciertas relaciones causales en las conductas colectivas de los mexicanos, en especial si se trata de eventos de gran trascendencia y que por su naturaleza impactan a grandes porciones de la sociedad, desde luego de manera diferenciada según indicadores básicos para la interpretación de sus conductas.

Por ejemplo, la edad y los cambios sociales en automático nos refieren a un análisis generacional que sin duda tiene razón, es un enfoque convincente y muy útil para referirnos al pensamiento generacional, aunque nos referimos a tendencias derivadas de observaciones que hacemos con instrumentos estadísticos, que afortunadamente cada día hay más, se trabajan con mejores herramientas tecnológicas, hay mayor comprensión de modelos estadísticos y afortunadamente cada vez menos especulación y cada vez más demostración de las afirmaciones.

Pero no sobra referir que los cuestionamientos hacia la conducta social de las nuevas generaciones en una cultura no es un tema solo de nuestro tiempo, ya Sócrates se quejaba de los jóvenes por una amplia lista de motivos: sus malos modales, el desprecio a la autoridad, su afecto por hablar y no por trabajar... los niños son los tiranos, no los esclavos de sus hogares…

Es decir, las quejas sobre los jóvenes no empezaron ni terminaron en la antigua Grecia... me gustaría compartir en esta columna otros aspectos del mismo tema en otras colaboraciones, por mientras solo me refiero a un aspecto de evidente actualidad y cito al Dr. Bobby Duffy uno de los investigadores sociales más destacados del Reino Unido, investigador social del IPSOS y ha realizado el estudio más extenso sobre percepción pública.

En general no hay un acuerdo sobre dónde termina una generación y dónde empieza otra, en particular cuando nos referimos a los millennials y a la generación Z ... en cualquier caso el lugar donde se sitúa el límite es en cierto modo arbitrario. Así que seguirá habiendo preguntas sobre los años de nacimiento de las generaciones y estaremos discurriendo ciertos afanes de análisis para referirnos a los que quedan de la PREGUERRA, los baby boomers, generación X, Millennials, generación Z o generación ALFA. No dejo de observar un intento inquieto, algunas veces desesperado, por etiquetar a una generación y de ahí que vienen muchos nombres en los que no parece que haya grandes acuerdos... ya vendrán.

También estaremos esperando una generación COVID y tendrá que ver con el impacto de la pandemia sobre la generación más joven y lo que se siga investigando... especialmente temas que se refieren a los niveles evaluados de conocimiento y cierta protección de futuro donde se pone a prueba los conocimientos y experiencias adquiridas una vez que se restringieron los instrumentos de aprendizaje en todo el mundo y se puede razonar esa evaluación por su impacto en las conductas sociales de esas generaciones.

Por ahora solo me refiero a las conductas sociales asociadas a los procesos que involucran a toda una población, independientemente de la edad y que trae consecuencias irreversibles en la vida de esa sociedad, podemos estar en desacuerdo con la idea de que podemos utilizar los cambios generacionales del pasado para predecir el futuro. En the black Swan -el cisne negro- Nassim Nicholas Taleb escribe: la historia y las sociedades no gatean. Avanzan a saltos.

No soy un pesimista en el análisis generacional pero coincido con la idea que un marco generacional nos ayuda a entender el rol que tienen los principales fenómenos demográficos, como la mayor esperanza de vida y el creciente envejecimiento de las sociedades; no obstante la fuerza que tiene la tendencia a que la gente piensa que el progreso se ha detenido y se puede cuestionar todo un sistema en un país o incluso en grandes regiones, abarcando varios países; no solo países de los que llamamos desarrollados, como Estados Unidos o el Reino Unido especialmente cuando vemos cómo se han estancado los ingresos y la riqueza de las últimas generaciones de jóvenes.

En el caso de México no es una excepción... los jóvenes ¿pueden llegar a vivir tan bien como sus padres? Es verdad que tienen que cambiar los modelos econométricos, culturales, de desarrollo del país. Como individuos tenemos un profundo deseo de que nuestros hijos sean mejores que nosotros.

La realidad es que mientras esté disociada la capacidad de generar una economía creciente de la capacidad de decidir cómo quieres que sea la convivencia en la sociedad y por tanto la capacidad de decidir quiénes y cómo deben ser los conductores de las políticas públicas de tu sociedad no hay posibilidad de que las nuevas generaciones puedan tener mejores oportunidades de crecer, de mejores niveles de educación, de armonía social, de paz y seguridad, de futuro (en el sentido tan amplio que quieras entender).

Apenas estamos a tiempo de dejar de hacer teorías sobre las polémicas generacionales y actuar directos en las generaciones de jóvenes para asumir conciencia del valor de sus decisiones políticas, de la profundidad de las mismas y de la posibilidad de construir mejores futuros para las nuevas generaciones.

Cuando pensamos que los jóvenes sabrán decidir su presente y su futuro parece que disociamos las generaciones y partimos de la idea que “ellos” sabrán resolver sus retos y dejamos de pensar en las demás generaciones con las que naturalmente se sigue conviviendo.

Ante la eventualidad de cambios profundos en la vida del país los análisis teóricos y las reflexiones empíricas no aguantan expresiones clasificadas por los perfiles de las generaciones, en realidad estamos ante los retos de la coexistencia de las diferentes generaciones con problemas comunes y retos donde está en riesgo la libertad de asociación, la libertad de expresión, la libertad simplemente.

¿Tendrá sentido la hipótesis de que una generación z puede coexistir con la propuesta de la dictadura populista?

Podemos hacer menos esfuerzo en explicaciones académicas y más en compartir la visión de la realidad por venir donde no es especulación que de un gobierno de un autócrata en el poder se puede llegar a la iniciativa de reformar los marcos legales para justificar un líder detrás de quien gobierna (el mismo autócrata que ha mentido sistemáticamente y que está buscando de cualquier modo seguir en la dinámica del poder con la visión de la izquierda que ha colaborado “sumisamente” y que justifica y forma parte de toda la corrupción que caracteriza al gobierno actual.

Compartir tu visión con la de los jóvenes que están cerca de ti no requiere mayor esfuerzo de interpretación generacional... simplemente hablar del futuro ante la disyuntiva dictadura o libertad.

Hasta la próxima en PROSPECTIVA.

José Gerardo Mosqueda Martínez, Presidente del Instituto de Administración Pública de Guanajuato

gmg@gerardomosqueda.com.mx

¿De cuál generación te dijeron que eres?

Es probable que al analizar los comportamientos electorales de los ciudadanos de nuestro país nos ayude referirnos a ciertas características dominantes según la edad de las personas a la cuales nos estamos refiriendo y casi siempre tendremos ciertos afanes por explicar y establecer ciertas relaciones causales en las conductas colectivas de los mexicanos, en especial si se trata de eventos de gran trascendencia y que por su naturaleza impactan a grandes porciones de la sociedad, desde luego de manera diferenciada según indicadores básicos para la interpretación de sus conductas.

Por ejemplo, la edad y los cambios sociales en automático nos refieren a un análisis generacional que sin duda tiene razón, es un enfoque convincente y muy útil para referirnos al pensamiento generacional, aunque nos referimos a tendencias derivadas de observaciones que hacemos con instrumentos estadísticos, que afortunadamente cada día hay más, se trabajan con mejores herramientas tecnológicas, hay mayor comprensión de modelos estadísticos y afortunadamente cada vez menos especulación y cada vez más demostración de las afirmaciones.

Pero no sobra referir que los cuestionamientos hacia la conducta social de las nuevas generaciones en una cultura no es un tema solo de nuestro tiempo, ya Sócrates se quejaba de los jóvenes por una amplia lista de motivos: sus malos modales, el desprecio a la autoridad, su afecto por hablar y no por trabajar... los niños son los tiranos, no los esclavos de sus hogares…

Es decir, las quejas sobre los jóvenes no empezaron ni terminaron en la antigua Grecia... me gustaría compartir en esta columna otros aspectos del mismo tema en otras colaboraciones, por mientras solo me refiero a un aspecto de evidente actualidad y cito al Dr. Bobby Duffy uno de los investigadores sociales más destacados del Reino Unido, investigador social del IPSOS y ha realizado el estudio más extenso sobre percepción pública.

En general no hay un acuerdo sobre dónde termina una generación y dónde empieza otra, en particular cuando nos referimos a los millennials y a la generación Z ... en cualquier caso el lugar donde se sitúa el límite es en cierto modo arbitrario. Así que seguirá habiendo preguntas sobre los años de nacimiento de las generaciones y estaremos discurriendo ciertos afanes de análisis para referirnos a los que quedan de la PREGUERRA, los baby boomers, generación X, Millennials, generación Z o generación ALFA. No dejo de observar un intento inquieto, algunas veces desesperado, por etiquetar a una generación y de ahí que vienen muchos nombres en los que no parece que haya grandes acuerdos... ya vendrán.

También estaremos esperando una generación COVID y tendrá que ver con el impacto de la pandemia sobre la generación más joven y lo que se siga investigando... especialmente temas que se refieren a los niveles evaluados de conocimiento y cierta protección de futuro donde se pone a prueba los conocimientos y experiencias adquiridas una vez que se restringieron los instrumentos de aprendizaje en todo el mundo y se puede razonar esa evaluación por su impacto en las conductas sociales de esas generaciones.

Por ahora solo me refiero a las conductas sociales asociadas a los procesos que involucran a toda una población, independientemente de la edad y que trae consecuencias irreversibles en la vida de esa sociedad, podemos estar en desacuerdo con la idea de que podemos utilizar los cambios generacionales del pasado para predecir el futuro. En the black Swan -el cisne negro- Nassim Nicholas Taleb escribe: la historia y las sociedades no gatean. Avanzan a saltos.

No soy un pesimista en el análisis generacional pero coincido con la idea que un marco generacional nos ayuda a entender el rol que tienen los principales fenómenos demográficos, como la mayor esperanza de vida y el creciente envejecimiento de las sociedades; no obstante la fuerza que tiene la tendencia a que la gente piensa que el progreso se ha detenido y se puede cuestionar todo un sistema en un país o incluso en grandes regiones, abarcando varios países; no solo países de los que llamamos desarrollados, como Estados Unidos o el Reino Unido especialmente cuando vemos cómo se han estancado los ingresos y la riqueza de las últimas generaciones de jóvenes.

En el caso de México no es una excepción... los jóvenes ¿pueden llegar a vivir tan bien como sus padres? Es verdad que tienen que cambiar los modelos econométricos, culturales, de desarrollo del país. Como individuos tenemos un profundo deseo de que nuestros hijos sean mejores que nosotros.

La realidad es que mientras esté disociada la capacidad de generar una economía creciente de la capacidad de decidir cómo quieres que sea la convivencia en la sociedad y por tanto la capacidad de decidir quiénes y cómo deben ser los conductores de las políticas públicas de tu sociedad no hay posibilidad de que las nuevas generaciones puedan tener mejores oportunidades de crecer, de mejores niveles de educación, de armonía social, de paz y seguridad, de futuro (en el sentido tan amplio que quieras entender).

Apenas estamos a tiempo de dejar de hacer teorías sobre las polémicas generacionales y actuar directos en las generaciones de jóvenes para asumir conciencia del valor de sus decisiones políticas, de la profundidad de las mismas y de la posibilidad de construir mejores futuros para las nuevas generaciones.

Cuando pensamos que los jóvenes sabrán decidir su presente y su futuro parece que disociamos las generaciones y partimos de la idea que “ellos” sabrán resolver sus retos y dejamos de pensar en las demás generaciones con las que naturalmente se sigue conviviendo.

Ante la eventualidad de cambios profundos en la vida del país los análisis teóricos y las reflexiones empíricas no aguantan expresiones clasificadas por los perfiles de las generaciones, en realidad estamos ante los retos de la coexistencia de las diferentes generaciones con problemas comunes y retos donde está en riesgo la libertad de asociación, la libertad de expresión, la libertad simplemente.

¿Tendrá sentido la hipótesis de que una generación z puede coexistir con la propuesta de la dictadura populista?

Podemos hacer menos esfuerzo en explicaciones académicas y más en compartir la visión de la realidad por venir donde no es especulación que de un gobierno de un autócrata en el poder se puede llegar a la iniciativa de reformar los marcos legales para justificar un líder detrás de quien gobierna (el mismo autócrata que ha mentido sistemáticamente y que está buscando de cualquier modo seguir en la dinámica del poder con la visión de la izquierda que ha colaborado “sumisamente” y que justifica y forma parte de toda la corrupción que caracteriza al gobierno actual.

Compartir tu visión con la de los jóvenes que están cerca de ti no requiere mayor esfuerzo de interpretación generacional... simplemente hablar del futuro ante la disyuntiva dictadura o libertad.

Hasta la próxima en PROSPECTIVA.

José Gerardo Mosqueda Martínez, Presidente del Instituto de Administración Pública de Guanajuato

gmg@gerardomosqueda.com.mx

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