/ jueves 26 de octubre de 2023

Reflejos de Sol | Acapulco

El martes por la noche entró a Acapulco el huracán Otis, con la fuerza máxima que puede tener un fenómeno de esa naturaleza: la categoría 5. Los vientos eran de alrededor de 300 kilómetros por hora, aunados a una precipitación sin precedentes y con el aumento de la marea de varios metros.

Un huracán de esa magnitud provoca daños inmensos a su paso. A las 2 de la mañana, una mexicana residente en Canadá escribía en la red social X (Twitter) que no entendía cómo era posible que no fluía la información desde México y que no podía comunicarse con sus familiares en Acapulco.

El mensaje de esa persona nos hace ver cuánto estamos acostumbrados ya a la inmediatez de la información en tiempo real y que es de lo más normal para nosotros que ocurra un acontecimiento en Pakistán y lo podamos ver al minuto siguiente en redes sociales, mucho mejor que como lo miran quienes se encuentren a pocos kilómetros de ahí pero no tienen a su disposición medios de telecomunicación.

Este día es un ejemplo para la generación de jóvenes que tal vez nunca habían experimentado algo así y les cuesta trabajo que, a 16 horas de que el huracán 'arrolló' a Acapulco, no hay un solo video ni una 'selfie'.

Con vientos de 50 kilómetros por hora es difícil caminar y hay que hacerlo sostenido de algo fijo en el suelo. Pues en Acapulco anoche los vientos llegaron a más de 280 kilómetros por hora.

Desde anoche no hay energía eléctrica. Imagínese que en el momento que atravesaba el meteoro, los vidrios de miles de edificios se rompían y los trozos volaban como balas mientras los vientos arrancaban árboles de raíz y los ríos invadían las calles llevando a su paso lo que encontraban.

Las primeras imágenes son de personas hospedadas en hoteles de gran turismo como El Princess o Mundo Imperial, que quedaron devastados. Imagine usted cómo estarán los asentamientos irregulares o dónde quedó la gente que no pudo llegar a un refugio seguro.

Veinte horas después, Acapulco no tiene energía eléctrica y está incomunicado por carretera, telecomunicaciones y por aire, ya que los aeropuertos quedaron severamente dañados.

Tardaremos varios días en conocer la magnitud de los daños.

Si usted estuviera en Acapulco no tendría manera de salir de ahí ni de conectar su teléfono celular, tal vez no tendría agua potable ni comida. Los enfermos en terapia intensiva o conectados a un respirador en los hospitales se quedaron sin esa posibilidad pues las plantas de energía eléctrica se terminaron o simplemente quedaron inservibles.

Los ríos en que se convirtieron las calles llevaron aludes que seguramente sepultaron lo que fueron encontrando. Por eso Acapulco en este momento es una zona destruida ante una de las mayores, sino es que la mayor tragedia de su historia.

En lugar de que el presidente Andrés Manuel López Obrador realizará por la mañana un sobrevuelo por el área afectada con los secretarios de la Defensa Nacional y de la Marina Armada de México, decidió "ir por carretera" cuando todo mundo sabía que en la Autopista del Sol no había paso.

Uno puede pensar que el Presidente no tenga idea de la logística para hacer un operativo de emergencia, pero resulta asombroso que los secretarios de Marina y Defensa no le hayan ofrecido mejores alternativas que irse a hacer el ridículo y embotellarse por donde no había paso.

No se trata de que el Presidente de México vaya a remover escombros. Es el comandante supremo de las Fuerzas Armadas y debería mostrar liderazgo ante una tragedia de ese tamaño, en lugar de que no llegara "porque no pudo pasar".


MORENISTAS A PUNTO DE TURRÓN

El pasado martes se aprobó en el Congreso que las diputadas Irma Leticia González, cercana a Ricardo Sheffield y Martha Ortega, del Partido Verde, asistan a una cumbre ambiental de la ONU en Dubai.

No obstante, el diputado David Martínez Mendizábal, cercano al ala morenista de Ernesto Prieto, se inconformó y dijo que deberían viajar integrantes de otras comisiones y no sólo de Medio Ambiente.

A ver si la semana entrante, que conozcamos ya al o la candidata, ya todo es felicidad en Morena de Guanajuato… o no.


El martes por la noche entró a Acapulco el huracán Otis, con la fuerza máxima que puede tener un fenómeno de esa naturaleza: la categoría 5. Los vientos eran de alrededor de 300 kilómetros por hora, aunados a una precipitación sin precedentes y con el aumento de la marea de varios metros.

Un huracán de esa magnitud provoca daños inmensos a su paso. A las 2 de la mañana, una mexicana residente en Canadá escribía en la red social X (Twitter) que no entendía cómo era posible que no fluía la información desde México y que no podía comunicarse con sus familiares en Acapulco.

El mensaje de esa persona nos hace ver cuánto estamos acostumbrados ya a la inmediatez de la información en tiempo real y que es de lo más normal para nosotros que ocurra un acontecimiento en Pakistán y lo podamos ver al minuto siguiente en redes sociales, mucho mejor que como lo miran quienes se encuentren a pocos kilómetros de ahí pero no tienen a su disposición medios de telecomunicación.

Este día es un ejemplo para la generación de jóvenes que tal vez nunca habían experimentado algo así y les cuesta trabajo que, a 16 horas de que el huracán 'arrolló' a Acapulco, no hay un solo video ni una 'selfie'.

Con vientos de 50 kilómetros por hora es difícil caminar y hay que hacerlo sostenido de algo fijo en el suelo. Pues en Acapulco anoche los vientos llegaron a más de 280 kilómetros por hora.

Desde anoche no hay energía eléctrica. Imagínese que en el momento que atravesaba el meteoro, los vidrios de miles de edificios se rompían y los trozos volaban como balas mientras los vientos arrancaban árboles de raíz y los ríos invadían las calles llevando a su paso lo que encontraban.

Las primeras imágenes son de personas hospedadas en hoteles de gran turismo como El Princess o Mundo Imperial, que quedaron devastados. Imagine usted cómo estarán los asentamientos irregulares o dónde quedó la gente que no pudo llegar a un refugio seguro.

Veinte horas después, Acapulco no tiene energía eléctrica y está incomunicado por carretera, telecomunicaciones y por aire, ya que los aeropuertos quedaron severamente dañados.

Tardaremos varios días en conocer la magnitud de los daños.

Si usted estuviera en Acapulco no tendría manera de salir de ahí ni de conectar su teléfono celular, tal vez no tendría agua potable ni comida. Los enfermos en terapia intensiva o conectados a un respirador en los hospitales se quedaron sin esa posibilidad pues las plantas de energía eléctrica se terminaron o simplemente quedaron inservibles.

Los ríos en que se convirtieron las calles llevaron aludes que seguramente sepultaron lo que fueron encontrando. Por eso Acapulco en este momento es una zona destruida ante una de las mayores, sino es que la mayor tragedia de su historia.

En lugar de que el presidente Andrés Manuel López Obrador realizará por la mañana un sobrevuelo por el área afectada con los secretarios de la Defensa Nacional y de la Marina Armada de México, decidió "ir por carretera" cuando todo mundo sabía que en la Autopista del Sol no había paso.

Uno puede pensar que el Presidente no tenga idea de la logística para hacer un operativo de emergencia, pero resulta asombroso que los secretarios de Marina y Defensa no le hayan ofrecido mejores alternativas que irse a hacer el ridículo y embotellarse por donde no había paso.

No se trata de que el Presidente de México vaya a remover escombros. Es el comandante supremo de las Fuerzas Armadas y debería mostrar liderazgo ante una tragedia de ese tamaño, en lugar de que no llegara "porque no pudo pasar".


MORENISTAS A PUNTO DE TURRÓN

El pasado martes se aprobó en el Congreso que las diputadas Irma Leticia González, cercana a Ricardo Sheffield y Martha Ortega, del Partido Verde, asistan a una cumbre ambiental de la ONU en Dubai.

No obstante, el diputado David Martínez Mendizábal, cercano al ala morenista de Ernesto Prieto, se inconformó y dijo que deberían viajar integrantes de otras comisiones y no sólo de Medio Ambiente.

A ver si la semana entrante, que conozcamos ya al o la candidata, ya todo es felicidad en Morena de Guanajuato… o no.