CELAYA, Gto. (OEM-Informex).- El atentado perpetrado el pasado 21 de mayo contra Faustino Armendáriz Jiménez, Arzobispo de Durango, al finalizar la celebración eucarística “es una muestra de la inseguridad que se vive en nuestro país a lo largo y ancho por distintos factores que pueden ser sociales, económicos, políticos o todos juntos”, comentó Monseñor Víctor Alejandro Aguilar Ledesma, Obispo de la Diócesis de Celaya, quien además manifestó su solidaridad y elevó sus oraciones para que Dios, así como a la Virgen María lo cuiden y protejan.
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Ante este atentado, el obispo aseguró que aunque sea doloroso, siempre hay que perdonar al agresor, al ofensor y en este caso a quien agredió a Monseñor Faustino, el cual ya fue detenido en posesión de dos armas blancas. Agradeció a Dios el que no pasara de un ataque, además pidió que se esclarezca el caso y que no se dé un carpetazo a un evento de esta magnitud, tal y como ha ocurrido en otras situaciones.
Invitó a toda la población a que “seamos constructores artesanales de esta paz que nos urge en México, que evitemos en lo más que podamos todos las polarizaciones, hostilidades, las agresiones y que aprendamos todos a vivir fraternalmente, es decir, como hermanos, donde podamos aceptar las diferencias y poner en común todas las convergencias para poder construir un país que queremos, un país en paz, democrático, un país donde la justicia no sea una tarea pendiente, sino sea algo cotidiano entre nosotros, realmente que haya justicia y paz”.
Recordó que el arzobispo perteneció años atrás a la Provincia del Bajío, ya que era obispo de la Diócesis de Querétaro. A él, dijo, “le mandamos un saludo, nuestra solidaridad, nuestra oración y también a la Arquidiócesis de Durango le mandamos nuestras condolencias, nos duele a nosotros lo que les pasa a ellos”.
Por otra parte, también recordó que en el caso de la Diócesis de Celaya desde hace tiempo no se tienen registrados ataques contra la integridad de los clérigos, ni amenazas. Lo único que hubo, pero en octubre de 2022 fue el robo en cuatro casas sacerdotales en Celaya ubicadas en las parroquias de San Pedro y San Pablo, la Santísima Trinidad, la Sagrada Familia y en la rectoría de Cristo Rey, además de que se tuvo un agravio en una capilla ubicada en la localidad de Mexicanos, perteneciente a Villagrán.
Sobre esto, aseguró, se presentaron las denuncias correspondientes ante el Ministerio Público. Aclaró, que estos eventos solo se han registrado en Celaya y no en otro municipio perteneciente a la Diócesis de Celaya, por lo que consideró que “en otros lugares aún hay un respeto a las personas, sacerdotes y lugares”.
“Son situaciones que han ido pasando, seguiremos pidiendo y orando a Dios por la conversión de los hermanos que delinquen, que andan en situaciones no correctas en su vida. Los invitamos a todos a la conversión, oramos por ellos. Estamos en esa actitud de colaborar a través de acciones como la reconstrucción del tejido social y la atención de los migrantes”.
Asimismo, dijo que se busca colaborar y cooperar con el pueblo mexicano, el cual a pesar de todo, tiene muchos valores y cosas positivas, sin embargo, ahora se están mezclando muchos anti valores y situaciones que antes no se vivían, por tal motivo, espera que este tipo de acciones no se conviertan en algo cotidiano en la sociedad.
Finalmente, pide a la población que tome sus precauciones, que exijan a quienes les corresponde velar por la seguridad y la integridad de los ciudadanos, pero sin olvidar que ellos también son corresponsables para la mejora de la reconstrucción del tejido social, comenzando en la familia al inculcar los valores a los hijos y al enseñarles cómo resolver los conflictos.