CELAYA, Gto.- (OEM-Informex).- Violeta Ramírez Casillas afirmó que cada vez son de más corta edad las jovencitas e incluso niñas que también son violentadas, no sólo en casa sino en la escuela, por medio de compañeras y compañeros de grupo, y dicho bullying afecta en el desarrollo psicológico y emocional de las pequeñas.
En el marco de los eventos conmemorativos al Día Internacional para la Erradicación de la Violencia contra las Mujeres, la cuentacuentos de nivel profesional, dijo que las mujeres también reciben violencia desde los hogares, a pesar que dichos espacios deberían de ser los más seguros.
“Las mujeres, también recibimos violencia de otras mujeres. Y por ello es necesario recordar la historia en donde las mujeres, antes de que existieran los hombres de dos piernas, eran árboles, y sus piernas tenían raíces, y esas raíces conectaban directamente con las raíces de otras mujeres para sanar y comunicarse”, narró.
Sin embargo, llegó el hombre que, en su afán de progreso, corto árboles, sin darse cuenta que el origen y principio de la vida eran los grandes árboles.
Fue entonces que algunas mujeres dejaron de ser árboles para liberarse y defenderse, y aunque muchas murieron en su lucha por sobrevivir, muchas otras mujeres emprendieron el camino de la libertad, y muestra de ello está en las mujeres que ahora están empoderadas, que trabajan y cuidan su hogar.
Atrapados por la magia de la narración, decenas de mujeres empleadas municipales escucharon la metáfora de la mujer árbol, y comprendieron el mensaje de libertad y belleza.
Ramírez Casillas también narró, con amena expresión, sobre la historia de las Mil y una noches, en donde un rey había sido engañado por su mujer, lo que ocasionó que desde entonces se empeñó en vengarse de las mujeres, buscando a las más jóvenes y hermosas de varios pueblos, para estar con ellas una noche y al día siguiente darle muerte.+
Hasta que una joven llamada Scheherazade pidió a su padre que la dejara ir con el rey, porque creía tener la forma para detener tanta violencia hacia las mujeres, y el padre, pese al peligro que representaba, la dejó ir.
En ambas historias, la cuentacuentos cautivó al público, pero no sólo por su estilo de narrar historias, como lo hizo Sheherazade, sino por el contenido de cada cuento, en donde, insistía, era sobre la violencia hacia las mujeres; y cómo en ambos casos, la mujer superó las circunstancias y logró dignificarse, como ahora se empoderan muchas mujeres con trabajos dignos.
