SAN MIGUEL DE ALLENDE, Gto.- Víctor Alejandro Aguilar Ledesma, obispo de la Diócesis de Celaya, a la cual pertenece San Miguel de Allende, realizó la misa de los 46 años de la parroquia de San Antonio.
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Agradeció la invitación del padre Pablo para acompañar en este 46 aniversario de esta parroquia indicando que las parroquias son el corazón de Jesús.
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Agregó que esta parroquia de San Antonio tiene una historia que va junto con la Diócesis, ya que ésta está por cumplir 50 años y esta parroquia cumple 46 años, además de que dijo que él es el quinto obispo en la Diócesis y el padre Pablo es el quinto párroco de esta parroquia y ahí van las historias caminando.
“Es tiempo también de darle gracias a Dios porque tener una parroquia es una gracia y bendición. Hoy la primera lectura nos habla de cómo Salomón bendice el templo, estar frente al altar y en una hermosa oración, alabar a Dios, ya que no hay nadie como él”, expresó el obispo Víctor Aguilar.
Expresó en su homilía que “es Dios el que ha querido estar con nosotros y eso es lo hermoso de nuestra fe y religión, no es que nosotros estemos buscando a Dios, sino que Dios se hace presente, cercano, Él es quien nos busca a través del amor”.
Dijo el obispo que espera que Dios mantenga siempre en los presentes ese amor y que no deje de atenderlos en sus necesidades, además de pedirle que no deje de socorrer y bendecir la parroquia, que siempre sea atento, ya que a través de los sacerdotes se hace presente, a través de los sacramentos; y que la Eucaristía y la fuente de Dios sean una bendición de la parroquia, no las tradiciones y costumbres.
“La parroquia tiene su corazón en la Eucaristía. Cada vez que la comunidad se reúne y toma la Eucaristía podríamos decir que confecciona, porque está Iglesia es el cuerpo místico de Cristo, porque se inciensa al sacerdote que hace presente al Cristo sacerdote y luego se inciensa al pueblo que es Cristo pueblo y está es la iglesia y cuerpo de Cristo y que hace visible a Dios”, dijo el Obispo.
Aseguró que la parroquia no es una comunidad de costumbres y tradiciones, sino es una comunidad de fe, es una comunidad de esperanza, de amor, es expresión de amor entre todos, porque es el cuerpo de Cristo, agregando, “qué hermosas son las parroquias donde Dios es el centro de la vida, donde Dios está en el centro de las familias y corazón de cada quien”.
Finalizó su mensaje diciendo: “estos 46 años les recuerden que está parroquia nació chiquita, pequeña, pero ahora ya tienen experiencia durante estos años como parroquia y esperamos que siga creciendo en años, en fe, en esperanza y en amor y cada día sea ese ciclo sacramentado para hablar de Dios”.
Después de la eucaristía realizada por Víctor Aguilar Ledesma, la gente afuera en el atrio acomodó mesas y entre todos aportaron para tener un momento de convivencia, con comida y música.
