CELAYA, Gto.- (OEM-Informx).- El periodismo de Celaya está de luto con la partida de este mundo de nuestro compañero y amigo Javier Patiño Araiza. La redacción de El Sol del Bajío no será la misma sin el carisma, la entrega, compromiso, compañerismo y responsabilidad del “Güerito”, quien deja un vacío luego de 17 años de servicio en esta casa editora.
Javier Patiño falleció este lunes 8 de agosto a los 60 años de edad; deja a su esposa Lucía y a sus hijas Romina y Valeria.
Nació el 31 de marzo de 1962, era el séptimo hijo de los doce que tuvo el matrimonio formado por los señores Teresa Araiza Montalvo y Javier Patiño Ramírez.
Sus hijas y esposa lo recuerdan como un hombre cariñoso y muy responsable, no solamente como padre de familia y esposo, sino en el trabajo, ya que a decir de ellas cuando salían en las calles siempre lo saludaban con respeto.
Culminó la preparatoria en el Tecnológico de Celaya en la generación 1978 - 1981, su meta en la vida siempre fue la superación día con día tanto en lo laboral como en la familia, y lo consiguió.
Antes de entrar a la vida del periodismo, Javier trabajó como almacenista en la constructora Zugul en el año de 1979 a 1981, cuando tenía 17 años de edad y donde dejó de laborar una vez que concluyó la construcción de la colonia Latinoamericana.
Su primer acercamiento con el medio fue cuando fungió como voceador para el periódico AM, equipo al que se integró el 9 de noviembre de 1981; posteriormente ascendió de puesto a jefe de distribución del periódico, y más tarde, la vida y sus ganas de salir adelante le dieron la oportunidad en el periodismo gráfico, oficio que aprendió por un compañero de trabajo y que fue puliendo con el paso de los años, además de tomar un seminario fotográfico, que lo llevó hacer jefe de fotógrafos.
Tras un recorte de personal que hubo el periódico salió de la empresa el 27 de diciembre del año 2005; pero inmediatamente, El Sol del Bajío abrió sus puertas para él, y se incorporó el 28 de diciembre del mismo año a esta casa editorial.
La encomienda fue ser corresponsal en los municipios de Yuriria, Moroleón y Uriangato, lo que representó otro reto para Javier, iniciándose en la redacción de notas informativas.
En sus ratos libres le gustaba leer y practicar el fútbol soccer, además era aficionado de las chivas de Guadalajara. Su familia lo recuerda como carismático y muy entregado al trabajo, siempre pendiente de ayudar a conocidos y desconocidos, pero principalmente a la familia.
Este lunes 8 de agosto, terminó el ciclo de Javier Patiño en este mundo terrenal, trabajando hasta el último día de su vida con entrega y profesionalismo. Descanse en paz.
