CELAYA, Gto. (OEM-Informex).- La sombra de sus manos moviendo sus dedos a contraluz, fue lo último que vieron los ojos de José Luis Ruíz Macías, quien hace 35 años se sumergió en la depresión, la desesperación y las ganas de vivir desaparecieron en el momento en que perdió la vista debido al glaucoma, sin embargo, con ayuda de su familia y amigos, pudo salir adelante con valentía y comenzó una nueva etapa en la que su principal objetivo es ayudar a las personas con discapacidad a no rendirse.
A diferencia de José Luis, Juan José Herrera Ortiz es ciego de nacimiento y desde pequeño aprendió a enfrentar con determinación las grandes dificultades y la falta de inclusión. Sus padres quisieron darle estudios y, en su momento, al no existir una escuela para ciegos en Celaya tuvo que irse a un internado a San Luis Potosí para terminar sus estudios básicos.
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Hoy y desde hace 42 años la Unión Mundial de Ciegos en París proclamó el 15 de octubre como el Día Internacional del Bastón Blanco, con la finalidad de concientizar a la población en el tema de la inclusión. Para conmemorar este día, El Sol del Bajío platicó con dos maestros del CAM Martha Catalina García Olivares, escuela que actualmente atiende a 65 estudiantes de todas las discapacidades, de los cuales siete son ciegos.
SE CIERRA UN CAPÍTULO
José Luís Ruíz Macías, quien tiene 74 años, platicó que durante 39 años tuvo vista, pero a causa del glaucoma comenzó a perder la vista de forma gradual, lo cual le resultaba aterrador. “Lo último que mis ojos vieron fue la sombra de mis manos moviendo los dedos a contraluz. Esto ha sido lo más difícil que he tenido que enfrentar en mi vida, a pesar de ello, mi esposa y mis seis hijos estuvieron para apoyarme”.
“Yo me dedicaba al comercio y cuando perdí la visión la gente que sí ve comenzó a ser muy abusiva, no me daban el dinero que decían, me robaban y al final quebré. Mi vida se vino abajo, porque además no tenía prestaciones, pensión, seguro, nada”.
CARTA: DE LA OSCURIDAD A LA VIDA
“Sumido en la depresión me la pasaba llorando, tomando e incluso escribí una carta que dice: Cuando perdí la vista en el año 1986 quedé sumido en la más profunda obscuridad, al mismo tiempo, interiormente, el dolor moral me hacía entrar por una profunda desesperación, perdiendo el interés por vivir”.
“Me pasaba los días sentado en un rincón de la casa, a veces llorando, a veces rezando, pues yo pensaba que el mundo y la vida se habían terminado para mí, pero un buen día, Dios guío mis pasos a la escuela de invidentes, donde personas atentas me recibieron, me inscribí, desde ese momento empecé una nueva vida. Aprendí lectura y escritura braille, tejido de bolsas de plástico, entre otras cosas que me ayudaron a volver a vivir y salir adelante”.
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En 1984, fecha en que inició el CAM, se inscribió como alumno y el maestro José Herrera le enseñó a leer braille, “y no fue complicado, porque este código tiene seis puntitos y cuando aprendes la ubicación de cada uno, se generan las 64 letras del sistema braille”.
Actualmente, y desde hace 20 años, consiguió la plaza en el CAM Martha Catalina García Olivares, donde se ha dedicado a dar clases de braille y ábaco.
ENFRENTA CON DETERMINACIÓN LA VIDA
Por su parte, Juan José Herrera Ortiz, quien tiene 53 años, contó que es ciego de nacimiento y desde pequeño superó todas las dificultades que la vida le presentaba. “Mis papás quisieron darme estudios, pero en Celaya y en todo el estado no existían escuelas para invidentes”.
“Yo tenía muchas ganas de aprender, superarme y demostrar que nada es imposible, por eso mis papás me mandaron a un internado en San Luis Potosí. Ahí terminé mis estudios de primaria y me enseñaron lo más que pudieron para que me pudiera integrar a una escuela regular, a la cual entré en la secundaria aquí en Celaya y aunque no contaba con apuntes, ni nada en braille, pude cursar mis estudios con la ayuda de una grabadora”.
Destacó que culminó sus estudios en derecho y actualmente cuenta con varios diplomados en educación.
29 AÑOS AL SERVICIO DE LA EDUCACIÓN ESPECIAL
Mencionó que en 1993 se fundó el CAM Celaya y lo invitaron a dar clases en secundaria a los alumnos de educación especial, lugar donde lleva 29 años laborando. “Nosotros iniciamos como escuela de ciegos, pero ahora somos un centro de atención múltiple”.
HERRAMIENTAS PARA BRAILLE
Ambos mencionaron que en el CAM cuentan con libros y señaléticas afuera de los salones en braille, sin embargo, coincidieron que actualmente se usa más la tecnología para desempeñarse en sus vidas diarias, debido a que el primero resulta muy caro y difícil de conseguir.
Entre las herramientas con las que cuenta José Herrera, se encuentra un reloj en braille y otro que habla para dar la hora y, al igual que José Luis, “aprovechamos que los celulares tienen aplicaciones que te leen los billetes, los colores, cuentan con GPS, entre otras cosas”.
DIFICULTADES
Entre las principales dificultades a las que se deben enfrentar cada día se encuentran el cruce de las calles, avenidas, el desplazamiento de largas distancias, la falta de concientización de los automovilistas y la gente en general, la falta de rampas, de banquetas dignas.
También coincidieron que ir al centro comercial solos es difícil, ya que no cuentan con señalética en braille. “Nos hace falta semáforos con sonido para saber cuándo podemos pasar, enseñarle a la gente que primero nos pregunten si necesitamos ayuda”.
“Si ven que queremos subir al transporte público que nos ayuden poniendo nuestra mano en el barandal, si nos van a ceder el asiento, póngannos la mano en el respaldo de la silla, no nos quiten el bastón, cuando nos hablen tóquennos el hombro o el brazo para saber que es a nosotros”.
RECOMENDACIONES
Por otra parte, agradecieron al municipio por apoyar a los alumnos que salen del CAM con el transporte público adaptado. También dijeron que es necesario que se tome en cuenta que se debe capacitar a los elementos de policía, policía turística, tránsitos, choferes del transporte público, personal del ayuntamiento y de las diferentes dependencias para que sepan cómo es que deben tratar a las personas débiles visuales e invidentes.
Destacaron que la campaña del bastón blanco es importante darlo a conocer para visibilizar y concientizar a la población sobre este tema. “Así como se cambian leyes, se destinan recursos económicos y se lucha por la inclusión del género, también queremos que se nos tome en cuenta, que la gente nos apoye”.
Finalmente, solicitan a personal del municipio u organizaciones civiles a que se acerquen a ellos para que conozcan sus necesidades “y con ello puedan seguir construyendo una ciudad incluyente para las personas con todo tipo de discapacidad”.
