CELAYA, Gto. (OEM-Informex).- El empresario Gustavo Rébora González, apasionado de la música y las artes, el día de ayer partió de este mundo, y deja sin duda un legado importante en la sociedad celayense, sobre todo en los jóvenes, a quienes apoyó a través de distintas actividades y labores. Desde los inicios del Patronato del Conservatorio de Música de Celaya, formó parte de él como vicepresidente, destacando que desde hace poco más de cuatro años hasta la actualidad fungía como presidente de dicho patronato.
Gustavo Rébora González, nació en la Ciudad de México y contrajo matrimonio con la maestra y bailarina profesional Cecilia Zárate.
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En el año de 1996, llegó junto a su esposa a esta ciudad para adoptarla como su segunda casa, por lo que con su apoyo, Cecilia comenzó la academia de ballet del Campestre, impulsando junto a ella las artes y diversas obras de teatro; procreó dos hijos: Bernardo y María, sobreviviéndole María y sus dos nietos, a quienes enseñó con el ejemplo el amor a la familia y al prójimo.
Gustavo disfrutaba y amaba escribir, era una pasión que se llevó hasta el último día de su vida, además de que en todo momento apoyó al conservatorio, sus directivos, alumnos y docentes.
Cabe mencionar que fue el encargado de escribir la ópera “Nuestro Tresguerras”, con la que mostró una vez más su pasión y amor por la música, así como también creó importantes proyectos de labor social, preocupándose siempre por darle la oportunidad a los jóvenes de esta ciudad.
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Además destacó como empresario al crear la empresa Mezfer, encargada de elaborar pesticidas, y posteriormente Biokrone, compañía del mismo ramo.
Una de sus actividades actuales fue crear el restaurante llamado “Patio Madero”, mismo que realizó en una majestuosa casa ubicada en pleno centro de la ciudad, específicamente en la calle Madero, frente al Conservatorio de Música de Celaya.
Durante varios años, con energía, sencillez y entusiasmo, colaboró y fue integrante del Club Rotario Celaya, con el cual realizó innumerables actividades y programas sociales, distinguiéndose siempre por el gran carácter altruista que tenía.
