CELAYA, Gto.- Cientos de fieles católicos se congregaron para celebrar la fiesta de la Virgen de la Merced, patrona de los presos y de todos aquellos que trabajan en prisión. En concreto, para este año los frailes mercedarios pidieron por la paz de Celaya, la reconciliación y la conversión de todos aquellos que hacen el mal a otros.

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Los frailes mercedarios destacaron que para lograr la paz que tanto se desea en la ciudad, es importante que la gente deje a un lado la vida desordenada, de pecado, llena de ambiciones materiales, las cuales los convierten en esclavos, ya que cuando consiguen lo que quieren, no les es suficiente y siguen buscando más.

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Agregaron que “desde hace 800 años nos está auxiliando la Virgen María de la Merced, si en algún momento perdemos la brújula que nos conduce a Dios, con toda confianza podemos buscarla a ella para que nos muestre el camino”.

“Si deseamos que exista paz en una ciudad, es necesario que en cada uno de nosotros desaparezca la ambición mal encausado, los odios, los rencores. Para tener paz, es necesario empezar desde el corazón para que esto sea posible, por eso los invitamos a que se conviertan y a que trabajen en la reconstrucción del tejido social. Pidamos la intercesión de la Virgen de la Merced para que nos ayude con su intercesión a conseguir la paz, la reconciliación y la conversión de los pecadores”.

Por otra parte, a partir de las 6:00 horas los fieles comenzaron a llegar al Templo de la Merced para cantar las mañanitas, después participaron en las misas que se celebraron a diferentes horas del día. En el atrio, los diferentes grupos colocaron puestos de comida en beneficio del templo, mientras que, en la calle Insurgentes estuvieron presentes cerca de 30 puestos de alimentos, bebidas, juegos mecánicos y más.

Durante todo el día, hubo música en vivo, se presentaron cantantes, danzantes y bandas de viento. A las 19:00 horas se concelebró la misa, la cual estuvo encabezada por el Obispo de la Diócesis de Celaya, Monseñor Víctor Alejandro Aguilar Ledesma.

Finalmente, es importante mencionar que, la devoción a la Virgen de la Merced tiene su origen el 1 de agosto de 1218. De acuerdo con los frailes mercedarios, la Virgen se apareció por separado a tres hombres: San Pedro Nolasco, San Raimundo de Peñafort y Jaime I el Conquistador, rey de Aragón.