CELAYA, Gto. (OEM-Informex).- Pese a que los ciudadanos pagan sus impuestos, sienten que la autoridad no le está cumpliendo en su responsabilidad de brindarle seguridad y servicios públicos de calidad, dijo el contador José Luis Magueyal.
Recordó que hace algunos años se dispararon los precios de los combustibles y esto fomentó el mercado ilegal del huachicol, donde se vendía combustible a menor precio. Mucha gente almacena combustible en sus casas, sin tener las medidas que este material requiere, haciendo sus hogares una bomba de tiempo.
José Luis Magueyal
El profesionista dijo que la finalidad de todo impuesto, sin importar como se llamen, es transferir la riqueza de los particulares a favor del estado, para que los devuelva en servicios. Ciertamente, hay unos impuestos que son más destructivos que otros, por ejemplo, los impuestos al consumo, las personas no pueden evitar pagarlos y a través de ellos los capta el estado.
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El pago de impuestos se puede equiparar a pagar una póliza de seguro, para que el gobierno le brinde protección, en sus bienes y en sus personas. La violencia que estamos viviendo en Celaya pone de manifiesto que el gobierno no está cumpliendo con su función principal que es proteger, dijo.
Al gravar indiscriminadamente el impuesto al consumo, la gente no puede pagar los precios en el mercado formal y los obliga a moverse a los mercados negros, con todos los riesgos que implica. Esto incentiva a la delincuencia, muchos de los artículos que son robados aparecen en estos mismos mercados negros.
“La desgracia de la escasez de gasolina para la gente es lo mejor que le puede pasar al fisco federal, porque montañas de dinero a través del pago de impuestos en combustible le están llegando”, declaró Magueyal.
De cada 100 pesos del precio de la gasolina, 47 van al pago de los impuestos, sólo 53 van al precio del líquido, por litros que a veces no son de litro.
La autoridad considera que las personas que consumen es porque tienen dinero, mientras que la mayoría consume por necesidad.
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En los extremos está la verdadera evasión, los que tienen más dinero pueden costear mecanismos de evasiones fiscales, y acaban por no pagar, mientras que los que menos tienen, son tantas sus obligaciones y tan poco el dinero que terminan por no cumplir, moviéndose a la informalidad; así es que solo quedan atrapados los contribuyentes cautivos, los asalariados que son los que han cargado con el costo tributario del país, explicó.
