CELAYA, Gto. (OEM-Informex).- Iván Dávila tenía 9 años cuando perdió un brazo y una pierna en un accidente ocurrido en el tercer piso de su casa con un cable de alta tensión. El joven originario de Querétaro ahora tiene 22 años y cumplió su sueño de convertirse en jugador profesional en el equipo de los Toros F.A. de Celaya, perteneciente a la Liga PROAN de Futbol de Amputados, donde juega en la posición de delantero. Además, imparte conferencias motivacionales y se graduó de la carrera de Arquitectura.
➡️ Suscríbete a nuestra edición digital
Platicó que a los 9 años su familia se encontraba en problemas económicos y se vieron obligados a cambiarse a una casa más barata. “Nunca fuimos a verla, nos dimos cuenta de las condiciones en las que estaba hasta que llegamos. No había patio adelante, ni atrás, pero sí uno en el tercer nivel. Cuando la revisamos, tampoco nos dimos cuenta que en ese patio pasaba un cable de alta tensión”.
Te puede interesar: Con arcángeles piden por la paz en Celaya
“Al segundo día, recuerdo que mi mamá se fue a la tienda a comprar un aceite, cuando se me ocurrió subir y sin darme cuenta me acerqué demasiado al cable de alta tensión, me jaló la corriente eléctrica, me entró por el brazo y me salió por el pie, automáticamente me caí de los tres niveles. Al despertar estaba en el hospital y fue cuando me di cuenta que había sufrido amputaciones, pero milagrosamente había sobrevivido”.
Explicó que adquirir una discapacidad es muy difícil de asimilar, porque la moral se viene abajo, se tienen muchos pensamientos y preguntas como si se volverá a caminar, a jugar futbol, si algún día iba a poder tener pareja, si tendría amigos, entre otras cosas.
A pesar de todo, considera que “como me pasó de niño, pude asimilarlo más rápido. Aprendí a crecer con esto, ya no me fijaba en qué me había pasado, sino que me enfocaba en lo que iba a hacer en el futuro. Fui construyendo mi futuro a base de esfuerzo, aprendí que cada vez que superas algo, viene otro obstáculo que debes afrontar y luego hay que seguir adelante”.
A los 16 años, destacó, empezó a jugar en un equipo de futbol de amputados en Querétaro, después se fue a la Ciudad de México y luego conoció a Ángel Cano y al equipo, el cual estaba en San Miguel de Allende y posteriormente, llegó a Celaya, “donde la gente nos recibió cálidamente”.
“Desde niño siempre he amado el futbol, mi más grande deseo era ser futbolista. Por un tiempo pensé que eso jamás sería posible, sin embargo, lo logré, ahora soy parte de un equipo profesional, juego como delantero y he anotado muchos goles”.
“Estoy muy agradecido y feliz con el recibimiento y la respuesta que ha tenido la gente de Celaya, los patrocinadores y el club. Este año y medio que tenemos aquí han sido maravillosos, hemos obtenido muy buenos resultados, hemos participado en los dos torneos, hemos llegado a dos finales, no se ha concretado el campeonato, pero yo creo que para la siguiente temporada sí lo haremos”.
Explicó que actualmente sigue viviendo en Querétaro, pero viene a Celaya cada que hay entrenamiento, un partido, cuando tiene que dar una conferencia o tiene una reunión con Eduardo Ruíz Vargas, director del Instituto Municipal de Celaya para la Inclusión y Atención de Personas con Discapacidad (INCLUDIS), “quien ha sido un gran apoyo”.
Por otro lado, mencionó que actualmente, los únicos gastos fuertes que tiene son de sus prótesis, la del pie, por ejemplo, tiene un costo de 380 mil pesos, sin embargo, le fue proporcionada con apoyo de la empresa Pirelli Celaya, “aún me falta la del brazo, estoy recaudando fondos con las conferencias que doy y con el apoyo que nos brinda la empresa que mencioné”.
Finalmente, envió un mensaje a todas las personas que piensan que no pueden salir adelante para decirles que “le echen ganas siempre, no se fijen en lo que no tienen, sino en lo que sí tienen y trabajen en ello. No hay que tener la mentalidad del quisiera, del por qué la vida no me da esto, sino debes enfocarte en trabajar y salir adelante siempre, porque sí se puede”.
