CELAYA, Gto.- (OEM-Informex).- Ante miles de feligreses, que asistieron al Santuario de Guadalupe a la Misa Solemne por la fiesta de la Patrona de México, el obispo de la Diócesis de Celaya, Benjamín Castillo Plascencia, hizo un llamado para aprovechar el momento religioso y proponerse trascender en la fe, desde la persona y desde la familia, para así ser parte colectiva en la reconstrucción del tejido social.
Invitó a no caer en el consumismo que suele darse en estas fechas, sino abrir el corazón, buscar por medio de la fe la conversión en Dios, y lograr una verdadera transformación social, partiendo de actos con valores y de una mejor convivencia con el prójimo, con el vecino, con el otro.
Los acontecimientos guadalupanos han iluminado la historia de México; así, la fiesta por la Virgen de Guadalupe debe tener el principal motivo de buscar un verdadero cambio, fortaleciendo los valores dentro de la familiaBenjamín Castillo Plascencia
Expuso que el gran reto del católico es ser parte de la transformación del tejido social, pero para ello es importante primero la transformación de la persona, la transformación de la familia, pero iniciando con la aceptación de Cristo, y actuando conforme Jesús, el Mesías, enseñó, que es amar y perdonar.
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Desde el pie del altar, rodeado de flores y jaulas con decenas de pájaros que no dejaron de cantar, el obispo contextualizó que la Virgen de Guadalupe le pide a Juan Diego que le haga una casita, pero aclaró que esa casa no era sólo un templo, sino que era la unidad del pueblo de México.
En el llamado al pueblo católico, la máxima autoridad de la Diócesis de Celaya, expuso que la fiesta de la Virgen de Guadalupe debe iluminar los corazones de todos los hogares, pero que también sea motivo de la unidad familiar y de todo el pueblo.
Invitó a darle sentido a la vida, y explicó que, tener sentido, es saber para lo que se vive; por lo que consideró que la fe orienta a la persona, la ilumina, la enriquece, pero a la vez ayuda a estar en comunión con las demás personas.
Explicó que en ocasiones pasan estas fiestas religiosas y no hay transformación alguna en la persona; por ello, reiteró la invitación para que se propongan cada uno de los feligreses darle sentido a la vida, y la mejor luz para encaminar la vida es la fe.
Reconoció que se viven tiempos difíciles en donde está dañado el tejido social, a través de la violencia e injusticia, pero le corresponde a los católicos ser parte de la transformación social.
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Expuso que el gobierno está hablando sobre la cuarta transformación, pero aseguró que no habrá tal transformación social, si no se hace primero desde la persona, y a través de la fe; y no habrá transformación nacional, si no existe una verdadera transformación en la familia.
Por todo ello, dijo que la festividad de la Virgen de Guadalupe es el mejor momento para que todos se propongan, desde la fe, una transformación y una trascendencia espiritual como persona, como familia y como sociedad.
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