CELAYA, Gto.- De acuerdo con el padre José de Jesús Palacios Torres, Vocero de la Diócesis de Celaya, el que las personas hagan rituales por tradición para recibir el año nuevo no es malo, sin embargo, si éstos se realizan con el afán de llevar la contra a las disposiciones de la Iglesia y las normas religiosas sí se estaría obrando mal, ya que “sería como una renuncia a la fe y a lo que Cristo pide”.
➡️ Suscríbete a nuestra edición digital
Explicó que existen familias que por tradición y sin ningún contexto comen 12 uvas, se ponen calzones amarillos o rojos para atraer el dinero y el amor, respectivamente, salen con las maletas a dar la vuelta a la manzana, se ponen a barrer para sacar las malas vibras, entre otras cosas, por lo que, en este caso “para mí no sería tanto pecado, están obrando mal nada más”.
“Podemos nosotros pensar que hay rituales que vienen a unificar a la familia o la convivencia como las uvas, es una costumbre más sana, más acorde y tradicional”, otro tipo de ritual, dijo, es cuando algunas personas se levantan y van directo a la cafetera para prepararse un café y entre trago y trago piensan en cómo organizar su día”.
“Los rituales nos ayudan a tener una referencia de lo que estamos viviendo, hay rituales que pueden tener sentido, hay rituales que nos ayudan a estructurar nuestro día o nuestra vida o bien rituales que nos integran a una vivencia de fe”.
Pero, si la persona lo hace con un paralelismo de “yo no creo en aquello y con el afán de llevar en contra a las disposiciones de la Iglesia y las normas religiosas, ahí sí se está obrando mal. Sería como una renuncia a la fe y a lo que Cristo pide”.
“Tendríamos que pensar que el ritual en sí mismo no es malo, todos los seres humanos estamos llenos de rituales, la Iglesia misma ofrece rituales, la bendición de una casa es un rito, los sacramentales, la bendición de las imágenes, de la ceniza, la representación de los Reyes Magos no deja de ser una especie de rito. El asunto es la interpretación que se le dé, la desvinculación de los rituales con un proyecto de fe, de santidad, con algo que no tiene nada que ver en el camino y en la madures de nuestra fe cristiana”.
Refirió que cuando el ritual se vive como una creencia en la que de verdad se piensa que al ponerse la ropa interior de color amarillo va a conseguir dinero y se olvidan de que el dueño de todo es Dios o quieren llevar la contra a la fe es cuando la Iglesia considera que está mal lo que hacen.
Por lo que, “no va a depender el hecho de que tengas trabajo de un calzón de cierto color. Mejor ponte a trabajar, a estudiar, a ganar experiencia, a presentar currículos en las empresas, haz algo de tu parte, sino la cosa sería muy fácil”, concluyó el sacerdote.
