CELAYA, Gto.- Las reliquias de primera clase de San Pietro de Pietrelcina, más conocido como el Padre Pío, provenientes de Italia, fueron veneradas en la Rectoría de Santo Cristo con motivo del 55 aniversario de su muerte. Este santo es conocido porque tenía los dones de la profecía, la bilocación (estar en dos lugares a la vez), la curación milagrosa y, de manera especial, por llevar los estigmas de cristo en sus manos, pies y costado, de los cuales se dice, salía sangre con olor a flores.
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A las 8:00 horas, los fieles acudieron a la Sagrada Eucaristía que se celebró en su honor, a las 9:00 horas se impartió la conferencia: “Padre Pío: Místico y Apóstol”, por parte de Enrique Lara, después se rezó el Rosario con las meditaciones del santo, al terminar, se veneró la reliquia hasta las 10:30 horas. Posteriormente, la reliquia fue despedida.
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Enrique Lara, encargado de la veneración explicó que esta reliquia, la cual es de primera clase, es el fragmento de una venda con la que el padre Pío recogía la sangra que le salía del estigma del costado. “Proviene de Italia, de los frailes Capuchinos en San Giovanni Giocondo, que es el pueblo donde está el santuario donde se conserva su cuerpo y una gran parte de sus reliquias. La autenticidad de estas está certificada por la Postulación General de la Orden de Hermanos Menores Capuchinos”.
Puntualizó que existen tres clases de reliquias, las de primera clase que corresponden a las partes del cuerpo o, como en este caso, el fluido de la sangre. Las de segunda clase que son los indumentos, la ropa, los artículos que usaban los santos, entre otras cosas y, las reliquias de tercera clase, que se hacen por contacto con las reliquias de primera clase.
Destacó que, San Pietro de Pietrelcina, es un santo muy querido por la Iglesia Católica en todo el mundo. “Este año se cumplió el 55 aniversario de su muerte, él murió el 23 de septiembre de 1968 y las reliquias las trajimos para veneración de los fieles”.
SAN PIO DE PIETRELCINA: MISTICO Y APÓSTOL
Por otra parte, durante la ponencia que impartió llamada: “Padre Pío: Místico y Apóstol”, destacó que fue una dicha el poder contar con la reliquia de primera clase, con la cual “podemos experimentar la presencia viva de los santos, que no son unos difuntos, sino hermanos nuestros que viven en Dios”.
Platicó que Francisco Forgione nació en Pietrelcina, Benevento, Italia, el 25 de mayo de 1887. Ingresó en la Orden de Hermanos Menores Capuchinos en 1903, tomando el nombre de Fray Pio y fue ordenado presbítero en 1910. El 28 de julio de 1916 llegó a San Giovanni Rotondo, en las estribaciones del monte Gárgano, Santuario S. Michele, donde salvo pocas y breves interrupciones, permaneció hasta su muerte.
MÍSTICO
Explicó que San Pío logró tener una vida mística, una unión profunda con Dios, además, su ambiente familiar le ayudó para forjar la afectividad, el carácter y la personalidad. Mencionó que desde los años de la adolescencia, cuando se vislumbraba su decisión de consagrarse, empezaron las apariciones, y locuciones internas.
“El Padre Pio vivió numerosos fenómenos místicos como lo es la bilocación, la lectura de conciencias, la transverberación, pero el que le dio fama mundial fue el fenómeno de los estigmas. La mañana del viernes 20 de septiembre de 1918, orando ante el Crucifijo del coro de la vieja iglesia conventual, recibió el don de los estigmas, que, durante cincuenta años permanecieron abiertos y sangrantes, hasta poco antes de expirar. Con todo, vivía con profunda humildad, sencillez y alegría franciscana en medio de los dolores físicos y morales, pues calumnias nunca le faltaron”.
Mencionó que aunque la gente común no recibe los estigmas, Dios les da heridas de otro tipo, a través de los golpes de la vida, heridas psicológicas, entre otras, que ayudan a acercarse a Él para lograr la configuración.
APÓSTOL
Comentó que el santo vivió pobremente, como profesan los franciscanos, sin embargo, manejó millones de pesos que le llegaban de todo el mundo para sus obras. “Padre Pio era un místico, no un misticucho, es decir, tenía la mirada puesta en Dios, pero los pies en la tierra, atento a las necesidades de sus hermanos los hombres, no solo su bienestar espiritual y su salvación eterna, sino su bienestar terrenal”.
“Desplegó un fecundo apostolado, fundando un moderno hospital, al que dio el nombre de Casa Alivio del Sufrimiento, que funciona hasta el día de hoy. Esto le costó no pocas incomprensiones, pero su amor al prójimo era mucho. Fundó además los grupos de oración, subsistentes hasta hoy, dedicados especialmente a dos cosas: promover el rezo individual y familiar del Santo Rosario, su oración predilecta”.
También recordó que el santo pasaba largas horas administrando el sacramento de la reconciliación y dando dirección espiritual. Su amor por Jesús en la Eucaristía y la Virgen eran incomparables y su lema preferido para infundir serenidad en las almas era: “Ora, ten fe y no te preocupes”.
Finalmente, indicó que San Pio murió el 23 de septiembre de 1968, rodeado de sus frailes, mientras que, afuera del convento, se encontraban en oración miles de fieles. El Papa San Juan Pablo Il lo beatificó el 2 de mayo de 1999 y lo canonizó el 16 de junio de 2002. Su memoria litúrgica se celebra cada año el 23 de septiembre.
