El peligro de que asistentes virtuales escuchen a los niños

Aunque hoy es común que en los hogares de todo el mundo hablemos con asistentes virtuales, especialistas alertan del peligro de que los datos de los menores de edad sean acumulados por estos dispositivos

Stephen J. Neville y Natalie Coulter *

  · viernes 15 de julio de 2022

Los asistentes virtuales están continuamente escuchando, grabando y procesando sucesos sonoros, lo que plantea preocupaciones relacionadas con la privacidad y la vigilancia / Reuters

En muchos hogares de todo el mundo, no es raro que los niños hablen con Siri, el asistente virtual de Apple o con Alexa, que es el de Amazon, ya sea para hacerles una pregunta, solicitarles que pongan una canción o cualquier otra cosa. Pero aunque esto nos pueda parecer algo mundano de la vida doméstica, hay mucho en juego.

Los asistentes virtuales están continuamente escuchando, grabando y procesando sucesos sonoros en un proceso que combina espionaje y minería de datos. Esto plantea preocupaciones importantes relacionadas con cuestiones de privacidad y vigilancia, así como de discriminación, ya que los rastros sonoros de nuestras vidas se registran y analizan mediante algoritmos.

Te puede interesar: Inteligencia Artificial aprende de los bebés

Pero estas preocupaciones se intensifican si las aplicamos a los niños, ya que sus datos se estarían acumulando a lo largo de la vida de maneras que van mucho más allá de lo que se recopiló sobre sus padres, con consecuencias de gran alcance que ni siquiera hemos comenzado a comprender.

La adopción de estos dispositivos está avanzando a un ritmo asombroso, ya que se extiende para incluir teléfonos móviles, bocinas inteligentes y una cantidad cada vez mayor de productos que están conectados a internet, desde juguetes digitales para niños hasta sistemas de seguridad para el hogar que detectan robos y timbres inteligentes que pueden captar conversaciones en la banqueta.

Existen problemas apremiantes que se derivan de la recopilación, el almacenamiento y el análisis de datos sonoros en lo que respecta a padres, jóvenes y niños. Las alarmas se han disparado desde 2014, cuando los defensores de la privacidad expresaron su preocupación sobre cuánto escuchaba Amazon Echo, qué datos se recopilaba y cómo los motores de recomendación de Amazon utilizarían los datos.

Sin embargo, a pesar de estas preocupaciones, estos sistemas sólo se han extendido exponencialmente. Investigaciones de mercado recientes predicen que para 2024 la cantidad de dispositivos activados por voz se disparará a más de 8 mil 400 millones.

Te puede interesar: No te dejes estafar: Así operan los préstamos "gota a gota" en las app

Se recopila más que sólo frases, ya que los asistentes y otros sistemas de espionaje escuchan características personales de voces que involuntariamente revelan atributos biométricos y de comportamiento como la edad, el género, la salud, la intoxicación y la personalidad.

Los sistemas de espionaje ya tienen un historial reciente de colaboración con las agencias de aplicación de la ley y de ser citados para obtener datos en investigaciones criminales. Esto genera preocupaciones sobre otras formas de vigilancia y creación de perfiles de niños y familias.

También hay nuevos sistemas de espionaje presentados como una solución para mantener a los niños seguros llamados "detectores de agresión". Estas tecnologías consisten en sistemas de micrófonos cargados con software de aprendizaje automático, que afirman de manera dudosa que pueden ayudar a anticipar incidentes de violencia al escuchar señales de aumento de volumen y emociones en las voces, y otros sonidos como cristales rotos.

Algunos niños y jóvenes se verán desproporcionadamente perjudicados por esta forma de escucha, y los intereses de todas las familias no se protegerán ni atenderán de manera uniforme. Una crítica recurrente de la tecnología activada por voz es que reproduce sesgos culturales y raciales al imponer normas vocales y reconocer erróneamente formas de habla culturalmente diversas en relación con el idioma, el acento, el dialecto y la jerga.

➡️ Suscríbete a nuestro Newsletter y recibe las notas más relevantes en tu correo

Sin ningún requisito legal para borrar la información, los datos se acumulan a lo largo de la vida de los niños y pueden durar para siempre. Se desconoce cuánto tiempo y qué alcance seguirán estos rastros digitales a los niños a medida que envejecen, qué tan extendidos se compartirán estos datos o cuánto se cruzarán estos datos con otros datos. Estas preguntas tienen serias implicaciones en la vida de los niños tanto en la actualidad como a medida que envejecen.

Debemos considerar el avance de un marco colectivo que combata los riesgos únicos y las realidades de las escuchas ilegales. Tal vez el desarrollo de Principios de práctica de escucha justa, un giro auditivo sobre los "Principios de práctica de información justa", ayudaría a evaluar las plataformas y los procesos que impactan las vidas sónicas de los niños y las familias.

* Stephen es estudiante de doctorado en Comunicación y Cultura, en la Universidad de York, Canadá, y Natalie es académica especialista en Alfabetizaciones Digitales de la misma institución.

 

 

Lee también otros contenidos de Normal ⬇️