CELAYA, Gto.- (OEM-Informex).- Nadie se imaginaba que aquel niño que acababa de nacer un lunes 30 de enero de 1939 en Celaya, Guanajuato, se convertiría en uno de los cardenales más queridos por la comunidad católica. Alberto Suárez Inda, fue el nombre que recibió por parte de sus padres, quienes a los 24 años de casados recibían a su undécimo hijo, el cual fue una bendición para toda su familia.
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En entrevista exclusiva para El Sol del Bajío, el Cardenal platicó que para él “ser sacerdote es una gracia de Dios y un gran privilegio, porque puedo compartir con los demás clérigos el ministerio, puedo anunciar el Evangelio, servir a los hermanos y ser un instrumento de Dios para la salvación de las almas”.
Agradecido con sus padres, recordó la gran admiración que siempre ha tenido hacia ellos por su dedicación al trabajo y la familia, pues tal fue su preocupación por que sus hijos tuvieran una educación complementaria en los valores y creencias cristianas que fue inscrito en el Colegio México, el cual tenía un año de haberse fundado, donde terminó sus estudios de primaria y secundaria.
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Al finalizar, entró al primer grupo de Scouts fundado por el padre José María Hernández y fue invitado por uno de sus amigos para solicitar su ingreso al seminario de Morelia, sin embargo, por un momento lo dudó porque no sabía si ser ingeniero químico. Al hablar con su papá, decidió aceptar esta invitación para conocer si realmente era su vocación, por lo que, el padre “Chema”, los llevó con mucho gusto.
59 AÑOS DE SACERDOCIO
Ya instalado en el seminario, se sintió muy contento porque los sacerdotes, los maestros y sus hermanos seminaristas demostraban a cada instante la alegría, la fe y la humildad que solo Dios puede dar, lo cual le ayudó a confirmar que el sacerdocio era el camino que debía seguir. Fue el 8 de agosto de 1964, en donde ahora es la Catedral de Celaya, que fue ordenado sacerdote.
Han pasado 59 desde que entregó su vida a Dios, a través del sacerdocio, por lo tanto, la sociedad ha cambiado de manera considerable. Ante la situación actual de inseguridad y violencia que se vive en estos tiempos, mencionó que el principal mensaje que le da a los sacerdotes es:
“Acompañar a la gente en sus sufrimientos, esperanzas, tratar de anunciar el Evangelio para que llegue a los corazones para que la gente viva en la justicia, la paz, la fraternidad. Estar dispuestos a dar la vida por los demás”.
“Como Iglesia en todo el mundo, no solo en Celaya o el país, le toca evangelizar, catequizar, falta más acompañar la vida social de los jóvenes para inculcarles una formación sólida en la virtud, trabajar más con los líderes para que tengan convicciones fuertes, la Iglesia tiene que formar laicos, en la doctrina social y de la corresponsabilidad”.
Ya que dijo, desafortunadamente muchos jóvenes prefieren ganar dinero fácil participando en actividades ilícitas, en proyectos inmorales y de muerte que lo único que provocan es seguir contaminado al país, por tal motivo, espera que los sacerdotes trabajen más en los niños y jóvenes para que conozcan el Evangelio.
EN LOS MOMENTOS MÁS IMPORTANTES DE LA IGLESIA
Recién ordenado, durante tres meses se desempeñó como vicario parroquial en Valle de Santiago, posteriormente, estuvo tres años como profesor en el seminario de Morelia, luego fue vicario parroquial en Morelia en la Parroquia de San José, y después en la Basílica de Nuestra Señora de la Salud en Pátzcuaro, hasta que lo enviaron como párroco a la Parroquia de la Asunción, ubicada actualmente en el Barrio del Zapote.
El cardenal recordó que tuvo el privilegio de estar presente en los eventos más importantes de la Iglesia y, es que, el 13 de octubre de 1973 se anunció la creación de la Diócesis de Celaya, el 18 de abril de 1974 se ejecutó la bula “Escribae illi Evangelico”, fecha en la que tomó posesión como primer obispo Monseñor Victorino Álvarez Tena.
Una vez encabezando la diócesis, Monseñor Álvarez Tena le pidió trabajar en la búsqueda de vocaciones y aunque en un inicio la idea era mandar a los jóvenes con inquietud al seminario de Morelia, decidió junto a otros sacerdotes que sería mejor crear un seminario en Celaya.
El primer espacio con el que se contó fue la casa de cursillos de cristiandad, la cual se encontraba atrás del Colegio México, iniciando con 42 jóvenes, después se adaptó en el Templo del Señor de la Piedad y posteriormente consiguieron en terreno en Valle Hermoso para construir el seminario. Recordó que durante 11 años, trabajó con otros sacerdotes para hacerlo crecer. De a poco comenzaron a surgir las vocaciones y el número de presbíteros comenzó a incrementar.
LO NOMBRÓ CARDENAL EL PAPA FRANCISCO
El 20 de diciembre de 1985 recibió la Ordenación Episcopal, es decir, fue nombrado obispo de Tacámbaro y el 20 de enero de 1995 fue designado como octavo Arzobispo de Morelia, tomando posesión de la Arquidiócesis el 23 de febrero de 1995. Para el 29 de junio de ese mismo año, recibió el palio arzobispal de manos del Papa San Juan Pablo II.
De 2004 a 2006 se desempeñó como Vicepresidente de la Conferencia Episcopal Mexicana, durante la LXXVI Asamblea Ordinaria de la CEM e incluso fue reelecto para el trienio 2006-2009. Posteriormente, Suárez Inda, recibió el cargo de presidente de la Comisión del Episcopado para la Conmemoración del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución.
El 4 de enero de 2015 el Papa Francisco anunció que el 14 de febrero Alberto Suárez Inda sería nombrado cardenal, influyendo la inseguridad que golpeaba a Michoacán, esto de acuerdo con las notas publicadas del portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, publicadas por Radio Vaticana.
Suárez Inda, mencionó que su función como cardenal es asistir al Papa de modo colegial. Además, agregó que el Sumo Pontífice le dio la titularidad en la parroquia de San Policarpo, ubicada en Roma, en la cual no tiene injerencia, ni da nombramientos, ya que es algo honorífico.
Actualmente, el cardenal a sus 84 años continúa participando en diversas actividades en su ciudad natal, siendo su última visita el pasado 3 de agosto, fecha en que se llevó a cabo el primer día de la “Jornada Sacerdotal Jubilar Diocesana”, en las instalaciones del Seminario Diocesano.
Lugar donde recordó sus inicios y platicó un poco sobre la historia de la Diócesis de Celaya. Con motivo al 50 aniversario de la diócesis y como parte de “Memoria Agradecida”, le fue entregado un reconocimiento por parte del Obispo, Monseñor Víctor Alejando Aguilar Ledesma en presencia de los sacerdotes diocesanos.
