CELAYA, Gto.- Luego de que la organización civil “Causa en Común”, diera a conocer que del 1 de enero al 16 de diciembre de 2023 se contabilizaron 57 masacres y 434 atrocidades en el estado de Guanajuato, Monseñor Víctor Alejandro Aguilar Ledesma, Obispo de la Diócesis de Celaya, considera que este tipo de actos atroces ocurren porque, desafortunadamente, “nos hemos deshumanizado”.
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Comentó que llegar a este tipo de violencia en que los seres humanos se descuartizan y se despedazan, refleja un odio tan cruel que ha llevado a que se actúe con sadismo. El odio hacia el ser humano, dijo, “empezó cuando iban a rematar a un difunto, pero si ya está muerto van a volver a rematar, o sea ¿Volver a matar al muerto?, más bien es querer casar un dolor extra ya no a la persona, si no a los dolientes”.
“Es decir, no se trata a veces tanto del sadismo hacia la persona, si no a los seres queridos, a la familia o al grupo para crearles más dolor, por eso digo que es un sadismo, es amor al dolor, al sufrimiento, a que el otro sufra, que a otro le duela. Ese es el tema”.
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Mencionó que de acuerdo con algunos filósofos, los seres humanos sin Dios, sin valores y sin conciencia se están convirtiendo en unas bestias. Y, peor aún, dijo que es lamentable que las personas que se creen educadas defiendan la vida de los animales, pero pidan la pena de muerte para otro ser humano.
“El ser humano tiene la conciencia fragmentada, fracturada, este es el tema porque el ser humano se ha olvidado de Dios, de la conciencia y los valores. No es que tomes un curso de valores, el valor es la medida del bien en tu persona”.
Mencionó que la mejor forma de empezar a contrarrestar este tipo de actos atroces es con la educación desde casa, ya que “la educación debe tender a que el hombre sea bueno, no a que sepamos muchas cosas. Necesitamos a la persona educada, no instruida. La persona educada es buena, hay quienes están instruidas, saben mucho, pueden tener una cabezota llena de conocimientos, pero tienen un corazón lleno de veneno que no pueden con su vida y termina mal. Ese es problema de este pueblo, le falta educación”, concluyó el obispo.
