/ sábado 10 de abril de 2021

La cartonería celayense se niega a desaparecer

En la zona entre el barrio de San Antonio y el barrio de Tierras Negras había más de 20 talleres que producían una gran cantidad de juguetes

CELAYA, Gto. (OEM-Informex).- La cartonería es un oficio y una tradición celayense que se niega a desaparecer; pues, aunque cada vez existen menos personas que se dedican a trabajarla, ha surgido una nueva generación de artesanos y promotores culturales que buscan el resurgimiento de esta noble labor; mientras que los maestros cartoneros de toda la vida trabajan para que algún día vuelva a ser aquel juguete al que todos los niños mexicanos tenían alcance.

LA CARTONERÍA EN CELAYA

La cartonería llegó al municipio de Celaya a través de la piñata, la cual tiene su origen en China, pero fue hasta su llegada a Italia cuando se le añadió un simbolismo religioso, posteriormente llegó a España, y finalmente a nuestro país donde se expandió durante la colonización.


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En Celaya, se estima que fue a partir del siglo XVII cuando los franciscanos difundieron el aprendizaje de la técnica por el territorio, adoptada por la población gracias a la habilidad de sus antiguos pobladores, que en su mayoría la conformaban indígenas otomíes reunidos en los barrios que circundaron el entonces asentamiento español.

En un principio la cartonería tuvo un uso lúdico, pues de ella se hacían juguetes; pero también se le dio un uso ceremonial porque se creaban los tradicionales judas que se quemaban en las festividades populares y religiosas para representar el fin de un mal año o los pecados capitales, tradición europea adaptada a estas tierras.

Posteriormente, a finales del siglo XIX, la cartonería sirvió para manifestar expresiones políticas, pues se hacían representaciones de funcionarios públicos a modo de sátira para manifestar el descontento popular.


A diferencia de las piezas de juguete, las piezas de ornato son más detalladas. | Foto: Adrián Mendoza | El Sol del Bajío


Cabe señalar que en Celaya se construyeron los diseños de las piezas de barro que posteriormente fueron replicadas en serie y que sirvieron de molde para las futuras figuras de cartón, por lo que el municipio llegó a ser considerado como la sede del juguete tradicional mexicano, según detalla el historiador Rafael Soldara Luna en su libro “Piel de cartón alma de barro. Esplendor del arte popular en Celaya”.

Soldara Luna comentó que en la zona entre el barrio de San Antonio y el barrio de Tierras Negras había más de 20 talleres que producían una gran cantidad de juguetes que se comercializaban en diferentes partes de la región y a nivel nacional, saliendo en vagones del tren o en camiones tipo torton a vender sus piezas por la magnitud de la producción.



De esa forma la cartonería celayense se expandió y llegó a mercados y ferias de diferentes estados de la República, viviendo su época dorada. Una de las más grandes y conocidas representantes de esta disciplina fue la celayense Carmen Caballero Sevilla, quien al llegar a la Ciudad de México destacó a nivel nacional por la calidad de sus trabajos, mismos que cautivaron al propio Diego Rivera, artista que la contrató para que le elaborara piezas de cartonería y cuyas obras aún se exhiben en diferentes museos del país.

Anteriormente las piezas de cartonería se producían con papel de los empaques de diferentes productos que desechaban las tiendas y talleres del pueblo, y todo lo que sobraba prácticamente se lo regalaban a los cartoneros; además, los pinceles que usaban eran hechos en casa, elaborados de pelo de zorro y de ardilla; pero en la actualidad los cartoneros deben comprar el papel y los pinceles, así como las pinturas, lo que ha ocasionado que se incremente el precio de cada pieza.


Vasta variedad de juguetes de cartón tradicionales. | Foto: Cortesía | Mario Tierrablanca



En el año 2017, cuando el Instituto de Arte y Cultura de Celaya realizó un censo en el municipio, detalló Soldara Luna, se localizaron alrededor de 35 familias celayenses que todavía se dedicaban a trabajar la cartonería tradicional; sin embargo, al no existir puntos de venta oficiales es complicado tener una cifra exacta de las familias dedicadas al oficio; además, muchas de ellas radican o trabajan fuera de la ciudad y venden sus artesanías en comunidades, ferias y fiestas de pueblo, lo que complica tener un registro real.

CASA DE LA CULTURA FOMENTA LA CARTONERÍA.

Desde la Coordinación de Culturas Populares del INSMACC se promueve, difunde e incentiva la cartonería tradicional; muestra de ello es el Concurso Estatal de Cartonería, que desde hace 30 años se realiza durante los días de semana santa, pero que este año pospondrá hasta los meses de septiembre y octubre debido a la pandemia de Covid-19, según mencionó el titular del área, Fernando Krissant.


Fernando Krissant destacó el papel de la cartonería en las celebraciones religiosas. | Foto: Adrián Mendoza | El Sol del Bajío



Otra de las actividades que mantiene viva la cartonería en Celaya es la expo-venta artesanal que se lleva a cabo a las afueras de Casa de la Cultura, donde Iris Viridiana López Bárcenas, joven cartonera de 28 años de edad y psicóloga de profesión, ofrece sus artesanías al público en general.

CARTONEROS DE CELAYA MANTIENEN VIVO EL OFICIO.

Iris proviene de una familia cartonera del barrio de Santiaguito en la que dicho oficio se practica desde hace más de 80 años; sin embargo, actualmente combina su profesión de psicóloga con la herencia familiar de trabajar el cartón, pues, aunque su deseo a futuro es montar una tienda de artesanías debe trabajar mucho para lograr su objetivo.


Muñecas de cartón conocidas como “Las Lupitas”. | Foto: Cortesía | Mario Tierrablanca


Con nueve años dedicándose a este oficio, Iris forma parte de las nuevas generaciones que aún lo conservan, y al pasar de los años se ha dado cuenta de cómo han evolucionado los diseños para volverlos más atractivos para los niños y jóvenes de ahora, con la innovación en los colores, formas y diseños más llamativos, pero respetando la técnica tradicional.

La artesana menciona que en la actualidad la cartonería tiene poco uso como el típico juguete tradicional que era hace muchos años, pues el uso que se le da ahora es de ornato, como una pieza decorativa o de colección.



Al ser un producto con poca demanda en la actualidad muchos artesanos tienden a malbaratar sus piezas; sin embargo, Iris ha trabajado para tratar de introducir de nueva cuenta en el mercado sus artesanías y que la gente le dé el valor que realmente tiene para ellos, pues implica horas de trabajo y mucha dedicación.

Ahí es donde entra el dilema de la cartonería, porque hay artesanos como el maestro Mario Tierrablanca, quien lleva más de 30 años dedicándose a trabajar el juguete tradicional y es promotor del uso lúdico de la cartonería, esperando que algún día en la calle se vuelva a ver a los niños jugando con sus juguetes tradicionales como trompos de madera, carritos de hojalata y, por supuesto sus muñecos de cartón.

Para que eso se convierta en realidad, dice el maestro Tierrablanca, debe involucrarse toda la sociedad, pues no se trata solamente de que los artesanos vendan más, sino de que nuevos talentos aprendan el oficio, que las autoridades abran espacios para la venta de cartonería y que los celayenses conozcan y promuevan esta herencia cultural.

Además, el maestro Tierrablanca propone que los artesanos vendan baratas sus piezas y así tengan una mayor distribución y alcance, porque sería casi imposible que un niño compre un juguete de cartón costoso, cuando en las tiendas puede encontrar toda una variedad de juguetes de plástico a precios similares.

LA TRADICIÓN NO MUERE

A diferencia de cartoneros como Mario Tierrablanca o Iris López Bárcenas hay artesanos que no aprendieron el oficio de la cartonería por herencia familiar, sino que obtuvieron el conocimiento en talleres y cursos especializados que se han impartido en centros culturales y otros espacios.

De ahí que existan diseñadores gráficos que aprendieron a trabajar la cartonería y han implementado nuevas técnicas para la aplicación de colores, con la creación de personajes modernos o ficticios que se adaptan a las necesidades del momento y a las modas de cada época, pues inclusive hay descendientes de familias celayenses que emigraron a la Ciudad de México y actualmente trabajan elaborando artesanías para Disney.

Celaya es una de las pocas ciudades que cuentan con una Coordinación de Culturas Populares, desde donde trabajan para promover esta tradición por medio de eventos y actividades. Muestra de ello es la próxima exposición “Judas según el arte popular”, en la que, a partir del 16 de abril en el Museo de Celaya Historia Regional, exhibirán piezas de cartonería para que la gente conozca el papel que jugaron en la historia de nuestro país.

CELAYA, Gto. (OEM-Informex).- La cartonería es un oficio y una tradición celayense que se niega a desaparecer; pues, aunque cada vez existen menos personas que se dedican a trabajarla, ha surgido una nueva generación de artesanos y promotores culturales que buscan el resurgimiento de esta noble labor; mientras que los maestros cartoneros de toda la vida trabajan para que algún día vuelva a ser aquel juguete al que todos los niños mexicanos tenían alcance.

LA CARTONERÍA EN CELAYA

La cartonería llegó al municipio de Celaya a través de la piñata, la cual tiene su origen en China, pero fue hasta su llegada a Italia cuando se le añadió un simbolismo religioso, posteriormente llegó a España, y finalmente a nuestro país donde se expandió durante la colonización.


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En Celaya, se estima que fue a partir del siglo XVII cuando los franciscanos difundieron el aprendizaje de la técnica por el territorio, adoptada por la población gracias a la habilidad de sus antiguos pobladores, que en su mayoría la conformaban indígenas otomíes reunidos en los barrios que circundaron el entonces asentamiento español.

En un principio la cartonería tuvo un uso lúdico, pues de ella se hacían juguetes; pero también se le dio un uso ceremonial porque se creaban los tradicionales judas que se quemaban en las festividades populares y religiosas para representar el fin de un mal año o los pecados capitales, tradición europea adaptada a estas tierras.

Posteriormente, a finales del siglo XIX, la cartonería sirvió para manifestar expresiones políticas, pues se hacían representaciones de funcionarios públicos a modo de sátira para manifestar el descontento popular.


A diferencia de las piezas de juguete, las piezas de ornato son más detalladas. | Foto: Adrián Mendoza | El Sol del Bajío


Cabe señalar que en Celaya se construyeron los diseños de las piezas de barro que posteriormente fueron replicadas en serie y que sirvieron de molde para las futuras figuras de cartón, por lo que el municipio llegó a ser considerado como la sede del juguete tradicional mexicano, según detalla el historiador Rafael Soldara Luna en su libro “Piel de cartón alma de barro. Esplendor del arte popular en Celaya”.

Soldara Luna comentó que en la zona entre el barrio de San Antonio y el barrio de Tierras Negras había más de 20 talleres que producían una gran cantidad de juguetes que se comercializaban en diferentes partes de la región y a nivel nacional, saliendo en vagones del tren o en camiones tipo torton a vender sus piezas por la magnitud de la producción.



De esa forma la cartonería celayense se expandió y llegó a mercados y ferias de diferentes estados de la República, viviendo su época dorada. Una de las más grandes y conocidas representantes de esta disciplina fue la celayense Carmen Caballero Sevilla, quien al llegar a la Ciudad de México destacó a nivel nacional por la calidad de sus trabajos, mismos que cautivaron al propio Diego Rivera, artista que la contrató para que le elaborara piezas de cartonería y cuyas obras aún se exhiben en diferentes museos del país.

Anteriormente las piezas de cartonería se producían con papel de los empaques de diferentes productos que desechaban las tiendas y talleres del pueblo, y todo lo que sobraba prácticamente se lo regalaban a los cartoneros; además, los pinceles que usaban eran hechos en casa, elaborados de pelo de zorro y de ardilla; pero en la actualidad los cartoneros deben comprar el papel y los pinceles, así como las pinturas, lo que ha ocasionado que se incremente el precio de cada pieza.


Vasta variedad de juguetes de cartón tradicionales. | Foto: Cortesía | Mario Tierrablanca



En el año 2017, cuando el Instituto de Arte y Cultura de Celaya realizó un censo en el municipio, detalló Soldara Luna, se localizaron alrededor de 35 familias celayenses que todavía se dedicaban a trabajar la cartonería tradicional; sin embargo, al no existir puntos de venta oficiales es complicado tener una cifra exacta de las familias dedicadas al oficio; además, muchas de ellas radican o trabajan fuera de la ciudad y venden sus artesanías en comunidades, ferias y fiestas de pueblo, lo que complica tener un registro real.

CASA DE LA CULTURA FOMENTA LA CARTONERÍA.

Desde la Coordinación de Culturas Populares del INSMACC se promueve, difunde e incentiva la cartonería tradicional; muestra de ello es el Concurso Estatal de Cartonería, que desde hace 30 años se realiza durante los días de semana santa, pero que este año pospondrá hasta los meses de septiembre y octubre debido a la pandemia de Covid-19, según mencionó el titular del área, Fernando Krissant.


Fernando Krissant destacó el papel de la cartonería en las celebraciones religiosas. | Foto: Adrián Mendoza | El Sol del Bajío



Otra de las actividades que mantiene viva la cartonería en Celaya es la expo-venta artesanal que se lleva a cabo a las afueras de Casa de la Cultura, donde Iris Viridiana López Bárcenas, joven cartonera de 28 años de edad y psicóloga de profesión, ofrece sus artesanías al público en general.

CARTONEROS DE CELAYA MANTIENEN VIVO EL OFICIO.

Iris proviene de una familia cartonera del barrio de Santiaguito en la que dicho oficio se practica desde hace más de 80 años; sin embargo, actualmente combina su profesión de psicóloga con la herencia familiar de trabajar el cartón, pues, aunque su deseo a futuro es montar una tienda de artesanías debe trabajar mucho para lograr su objetivo.


Muñecas de cartón conocidas como “Las Lupitas”. | Foto: Cortesía | Mario Tierrablanca


Con nueve años dedicándose a este oficio, Iris forma parte de las nuevas generaciones que aún lo conservan, y al pasar de los años se ha dado cuenta de cómo han evolucionado los diseños para volverlos más atractivos para los niños y jóvenes de ahora, con la innovación en los colores, formas y diseños más llamativos, pero respetando la técnica tradicional.

La artesana menciona que en la actualidad la cartonería tiene poco uso como el típico juguete tradicional que era hace muchos años, pues el uso que se le da ahora es de ornato, como una pieza decorativa o de colección.



Al ser un producto con poca demanda en la actualidad muchos artesanos tienden a malbaratar sus piezas; sin embargo, Iris ha trabajado para tratar de introducir de nueva cuenta en el mercado sus artesanías y que la gente le dé el valor que realmente tiene para ellos, pues implica horas de trabajo y mucha dedicación.

Ahí es donde entra el dilema de la cartonería, porque hay artesanos como el maestro Mario Tierrablanca, quien lleva más de 30 años dedicándose a trabajar el juguete tradicional y es promotor del uso lúdico de la cartonería, esperando que algún día en la calle se vuelva a ver a los niños jugando con sus juguetes tradicionales como trompos de madera, carritos de hojalata y, por supuesto sus muñecos de cartón.

Para que eso se convierta en realidad, dice el maestro Tierrablanca, debe involucrarse toda la sociedad, pues no se trata solamente de que los artesanos vendan más, sino de que nuevos talentos aprendan el oficio, que las autoridades abran espacios para la venta de cartonería y que los celayenses conozcan y promuevan esta herencia cultural.

Además, el maestro Tierrablanca propone que los artesanos vendan baratas sus piezas y así tengan una mayor distribución y alcance, porque sería casi imposible que un niño compre un juguete de cartón costoso, cuando en las tiendas puede encontrar toda una variedad de juguetes de plástico a precios similares.

LA TRADICIÓN NO MUERE

A diferencia de cartoneros como Mario Tierrablanca o Iris López Bárcenas hay artesanos que no aprendieron el oficio de la cartonería por herencia familiar, sino que obtuvieron el conocimiento en talleres y cursos especializados que se han impartido en centros culturales y otros espacios.

De ahí que existan diseñadores gráficos que aprendieron a trabajar la cartonería y han implementado nuevas técnicas para la aplicación de colores, con la creación de personajes modernos o ficticios que se adaptan a las necesidades del momento y a las modas de cada época, pues inclusive hay descendientes de familias celayenses que emigraron a la Ciudad de México y actualmente trabajan elaborando artesanías para Disney.

Celaya es una de las pocas ciudades que cuentan con una Coordinación de Culturas Populares, desde donde trabajan para promover esta tradición por medio de eventos y actividades. Muestra de ello es la próxima exposición “Judas según el arte popular”, en la que, a partir del 16 de abril en el Museo de Celaya Historia Regional, exhibirán piezas de cartonería para que la gente conozca el papel que jugaron en la historia de nuestro país.

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