CELAYA, Gto.- Cerca de 60 enfermos, en su mayoría, de la tercera edad, se dieron cita en la Catedral de Celaya para participar en la “Jornada por los Enfermos”, en la cual acudieron algunas enfermeras voluntarias para realizarles una revisión general, además se celebró la misa, hubo confesiones, se ungió a los enfermos, se presentó una plática sobre los cuidados de la salud y se llevó a cabo un convivio.
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La enfermera, Laura quien apoya en la Catedral en la Pastoral Social, en el comedor de los pobres y con la Unión de Enfermos Misioneros (UEM), puntualizó que a los enfermos se les tomó la presión arterial, se les revisó la glicemia capilar, se les realizó una somatografía, que consiste en checar su peso y talla “para ver cómo está su índice de masa corporal, ver cómo va en su alimentación, si tienen sobre peso y ayudarles con una orientación”.
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“Si ya tienen la enfermedad, les preguntamos cómo llevan su tratamiento, si toman sus medicamentos adecuadamente, pero en caso de que no lo hagan, se les hace una observación y se les invita a que se cuiden más. Dios nos presta el cuerpo, el cuerpo es un reflejo que hay que cuidar. Si ya se tiene la enfermedad se puede ofrecer a Dios, sin embargo, hay que cuidarnos para que la enfermedad no avance, ni se provoquen más enfermedades”.
Por otra parte, el padre Samuel Damián Pascual, director diocesano de Misiones, mencionó que dentro de las misiones existe la UEM, los cuales organizaron esta actividad junto con la Pastoral Social. Explicó que esta jornada se realiza cada tercer viernes de mes, por lo que, en el marco de la Jornada Mundial de los Enfermos, que se celebró el pasado 11 de febrero, fue que se decidió llevar a cabo esta actividad de manera más especial.
El sacerdote envió un mensaje a “los hermanos enfermos”, para decirles que todos quieren estar sanos, “pero la enfermedad nos recuerda que nuestro cuerpo es frágil, que la vida del ser humano va unida al sufrimiento, de esa nadie se salva, todos en algún momento de la vida podemos sufrir, sea físicamente o interiormente, sin embargo, nadie de los que están enfermos, de los que sufren debe perder el sentido de que la enfermedad también sirve para santificarnos, son momentos de angustia, dolor, llanto, pero todo esto se puede ofrecer con amor cuando se padece con amor, se lleva con amor, ganamos méritos por llevar una enfermedad de esa manera”.
“Hemos encontrado a muchos enfermos que tienen un optimismo más que los que estamos sanos, personas que han encontrado en el sufrimiento al mismo Dios y eso ¿De dónde sale?, del Señor, eso es lo que nos ha enseñado”.
Finalmente, recordó que San Pablo dice que “la Cruz que cargó Cristo se ve completada con los sufrimientos de nosotros”, por lo que, aseguró que todos los enfermos que estén en los hospitales y en sus casas no deben sentirse abandonados, “porque nosotros desde acá oramos por ellos para que lleven con amor esta cruz que les ha tocado”.