CELAYA, Gto. (OEM-Informex).- El Obispo de la Diócesis de Celaya Monseñor Víctor Alejandro Aguilar Ledesma, lamentó con profunda tristeza y condenó la masacre ocurrida en el balneario “La Palma”, que dejó como saldo al menos siete personas muertas, entre ellas un menor de edad; además hizo un llamado a los tres órdenes de gobierno para que garanticen la seguridad en los lugares de recreación familiar.
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El obispo indicó que desafortunadamente este tipo de situaciones de a poco se van haciendo habituales, por lo que, pidió a la población no acostumbrarse a este tipo de violencia, especialmente, en los centros recreativos, familiares y de encuentros.
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“Las autoridades estatales, municipales y federales deben proteger y cuidar estos lugares de convivencia familiar, son pocos los espacios donde la gente y la familia puede congregarse para cantar, convivir, comer. Es necesario que estos espacios recreativos lúdicos sean protegidos. Habrá que tomar algunas providencias, tanto los propietarios de estos lugares para que tengan mayor seguridad, que no pueda entrar fácilmente cualquier tipo de personas a delinquir y cometer estos atropellos y situaciones”.
“Verdaderamente lamentamos esto, mandamos un saludo y un pésame a las personas que sufrieron la muerte de sus seres queridos, fueron seis más un niño. Todo esto causa mucho dolor, la Iglesia nos unimos a ellos, les ofrecemos nuestra oración, palabras de aliento a las familias que sufrieron la pérdida de sus seres queridos”.
A quienes quedaron lastimados, espantados y dolidos les mandó su cercanía, un saludo y les ofreció ayuda para sobre llevar este tema en las parroquias vecinas al balneario de Cortazar, a quienes delinquen y causan dolor y muerte, los exhortó a tener cuidado con la gente, que respeten y protegen los lugares donde van las familias a convivir y divertirse.
A la población les pide que tengan cuidado en este tiempo de adversidad y que busquen los lugares más seguros, también pidió a las autoridades que se garantice la seguridad en los balnearios y en todos los lugares de convivencia, ya que se desconoce en dónde pueda haber un nuevo brote de violencia.
“Quisiéramos que un día pasara toda esta tragedia, como si fuera un sueño, una pesadilla y poder dar paso a un país de más justicia, paz, un lugar donde pudiéramos todos transitar con tranquilidad, seguridad, saber que podemos llegar de un lugar a otro, que podemos ir a comer tranquilamente a un restaurant, que podemos ir a divertirnos en un balneario, entrar a una sala de cine, de teatro. Queremos vivir en paz y armonía en nuestro México, en nuestro estado y municipio”, concluyó el obispo.
