El dirigente del grupo yihadista Estado Islámico (EI), Abu Ibrahim al Hashimi al Qurashi, murió durante una operación de las fuerzas especiales de Estados Unidos este jueves en Siria.
El presidente Joe Biden fue quien dio a conocer la noticia desde la Casa Blanca asegurándole a los terroristas que seguirán tras ellos hasta encontrarlos. Además, aseguró que los soldados estadounidenses de dicha operación estaban a salvo.
"El ejército estadounidense sacó del campo de batalla al dirigente del grupo ultrarradical y envió un fuerte mensaje a los terroristas de todo el mundo: los perseguiremos y encontraremos. Todos los soldados estadounidenses están sanos y salvos".
La operación estadounidense que terminó con el líder del EI tardó meses en planificarse.
Altos funcionarios estadounidenses dieron detalles este jueves de cómo se organizó y se levó a cabo la operación, y confirmaron la muerte de al menos siete personas, entre ellas dos niños.
Dicha cifra es muy inferior a la aportada por los rescatistas de los Cascos Blancos, que se encargaron de tratar a los heridos y recuperar los cuerpos, y que informaron de 13 fallecidos a lo largo de la intervención, entre ellos seis menores.
¿Cómo murió el líder del Estado Islámico?
Abu Ibrahim al Hashimi al Qurashi, conocido como "el destructor" o "el profesor" decidió quitarse la vida al verse acorralado por las fuerzas especiales estadounidenses.
Biden dijo haber ordenado un asalto en lugar de bombardear la casa donde se encontraba el líder del EI para minimizar las bajas civiles, pese a que esto suponía un riesgo mucho mayor para los militares.
"En la casa había familias, incluidos niños. Cuando nuestras tropas se acercaron para capturar al terrorista, en un acto último de desesperada cobardía, sin tener en cuenta las vidas de su propia familia u otras personas en el edificio, eligió saltar por los aires (...) en vez de enfrentarse a la justicia por los crímenes que ha cometido".
Biden también reveló que Qurashi detonó un chaleco suicida para matarse haciendo saltar por los aires todo el tercer piso de la residencia en la ciudad de Atme, llevando a varios miembros de su familia con él.
Según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), los militares estadounidenses aterrizaron en helicópteros cerca de los campos de desplazados de la localidad de Atme, una región de la provincia de Idlib, y luego estallaron enfrentamientos. Trece personas murieron, entre ellas cuatro mujeres y tres niños.
Los helicópteros habían despegado de una base militar en la ciudad siria de mayoría kurda Kobani y miembros de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), dominadas por kurdos, participaron en la operación, añadió el OSDH.
Yihadistas se esconden en campamentos
Los expertos afirman que los campamentos superpoblados de la zona de Atme están siendo utilizados como base por los líderes yihadistas que se esconden entre los desplazados.
Partes de la provincia de Idlib y de las vecinas Hama, Alepo y Latakia están dominadas por Hayat Tahrir Al Sham (HTS, Organización para la Liberación del Levante), antigua rama siria de Al Qaida. La zona también alberga grupos rebeldes y otras formaciones yihadistas.
Todas estas facciones ya han sido objeto de ataques aéreos por parte del gobierno sirio, de Rusia pero también de la coalición internacional antiyihadista liderada por Estados Unidos y las fuerzas especiales estadounidenses.
La intervención de hoy tuvo lugar pocos días después del fin del asalto del EI contra una cárcel controlada por las FDS, en la región de Hassake, donde murieron más de 370 personas. Fue la ofensiva del grupo yihadista más importante después de su derrota en Siria en 2019.
Qurashi y el Estado Islámico
Abu Ahmad, dueño de la casa destruida, dijo a la AFP que Qurashi había vivido ahí durante 11 meses ahí.
"No vi nada sospechoso, sólo venía a verme para pagar el alquiler. Vivía con sus tres hijos y su mujer. Su hermana viuda y su hija vivían en el piso de arriba".
Por su parte, el Estado Islámico fue expulsado de sus feudos en Siria e Irak pero sigue perpetrando ataques en estos dos países vecinos mediante sus células durmientes.
Aunque la capacidad operativa de sus células del EI todavía activas hoy, se considera limitada, la formación terrorista llevó a cabo el mes pasado su acción de mayor envergadura en casi tres años: un motín en una prisión que se saldó con 495 muertos en el noreste de Siria.
Atme linda con la localidad turca de Iskanderun y está controlada por el Organismo de Liberación del Levante, que incluye la exfilial siria de Al Qaeda, como la mayor parte de Idlib, el último bastión opositor de Siria.
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La compleja guerra de Siria, un país fragmentado en el que intervienen diferentes protagonistas, ha dejado unos 500 mil muertos desde 2011.
Con información de AFP y EFE
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