/ jueves 15 de noviembre de 2018

De la FESTSE y el ISSSTE en Celaya

La plural crónica

Son tantos los temas, las opiniones, los hechos y personajes que merecen ser "cronicados", que por hoy esta colaboración abarca dos tópicos: La importancia de la FESTSE en el devenir de los trabajadores al servicio del estado; y la tortuosa ruta que hubo de seguir la edificación de la clínica hospital del ISSSTE en el municipio.

Los burócratas sin buró

"Tenemos una enfermedad en Francia que seriamente trata de obstaculizar nuestros esfuerzos; esta enfermedad es llamada buromanía" (Vicent de Gourmay).

La palabra burocracia deriva del francés buró, que significa mesa de trabajo y el kratos griego: poder. En el devenir histórico del término, éste ha pasado por varias acepciones y connotaciones, desde el desdeñoso para equipararlo con la holganza y la irresponsabilidad o el "poder del papel" (papelocracia) al neutral término sociológico de Weber o el concepto para describir fenómenos administrativos y políticos.

Lo cierto es que, en nuestros días gana el uso popular del vocablo referido a los funcionarios y servidores públicos al servicio del Estado en sus tres niveles de gobierno. Más allá del chascarrillo fallido, es obvio que un burócrata no trabaja en su "mueble de recámara (buró)" lo hace desde un modesto escritorio lleno de expedientes, oficios, documentos importantes, etc. La burocracia per se, no es, en términos maniqueos, ni buena ni mala, simplemente es una definición de ciertos empleos.

El Estado Mexicano, o más bien el gobierno del país, se caracterizó por décadas en crear un ejército de trabajadores a su servicio. Ejército que lo mismo abarcaba y abarca al probo funcionario que al oficinista chambón; al hombre de méritos que a la rémora pegada a la ubre del dinero y el poder.

Con los años, en el México contemporáneo, los burócratas vieron la conveniencia de organizarse gremialmente para defensa de sus legítimos intereses y entonces surgieron los sindicatos.

La Federación de Trabajadores al Servicio del Estado (por sus siglas la FETSE) es una especie de Sindicato de Sindicatos, donde confluyen las particulares organizaciones gremiales. La cúpula sindical, la FETSE, ha tenido un papel fundamental no solo en la defensa de sus agremiados sino en el aliento para obras de gran calado social.

¿La vida es justa?

No, la vida nos es justa, es simplemente. . . la vida, sí, un tránsito terrenal lleno de cimas y simas, de luces y sombras, de homenajes y olvidos. De ello da cuenta precisa la vida y obra del doctor Juan Antonio Jiménez, líder de la FSTSE en Celaya, personaje lo mismo alabado que defenestrado; querido que olvidado. A Toño, como gusta le llamen, le tocaron luchas sociales y momentos políticos de perseverancia, esfuerzo y ninguneo, mucho ninguneo, fruto de la vulgar envidia.

Hombre poliédrico y de plurales intereses, desde el ejercicio honesto como médico, el papel de legionario en la Fraternal, líder político, hombre de familia, todo con un rasgo común: la bondad y el compromiso como divisa de vida.

Jiménez se echó a cuestas encabezar los esfuerzos, entre muchas otras acciones, para que se dotara a Celaya de una Clínica Hospital del ISSSTE. La carencia de inmuebles edificados para la atención médica de la población por parte del estado ha sido una constante en nuestro municipio (actualmente hay un vigoroso reclamo porque el IMSS amplíe sensiblemente su cobertura), constante injusta que el doctor, pugnó por corregir.

Clínica hospital en Celaya

En sus orígenes el ISSSTE se instaló en la calle de Manuel Doblado como clínica y subrogaba servicios a un sanatorio particular. Pronto el crecimiento de la población de trabajadores al servicio del Estado, rebasaron la modesta oferta de un inmueble inadecuado para la atención médica.

Ante el escenario, Jiménez González inició la herculea tarea de tocar puertas en el gobierno federal para que se dotara de una clínica hospital a nuestra ciudad.

Múltiples fueron los avatares. En noviembre de 1984 las obras iniciadas dos años antes, estaban paradas, una demanda del ISSSTE contra la constructora encargada de la edificación, provocó la suspensión momentánea, de ello daba cuenta la prensa de la época, Jiménez en su calidad de líder sindical, se aseguró que independientemente de la edificación, el servicio médico se siguiera prestando.

Ese mismo año nuestro personaje firmaba convenios y compromisos para que el INEA alcanzara con sus beneficios a los trabajadores y los niños de los burócratas pudieran mandar a sus hijos a una guardería del gobierno federal.

Ambos asuntos: la educación de los trabajadores y la guardería fueron proyectos concretados.

En mayo de 1986 el Doctor Alejandro Carrillo Castro, titular del ISSSTE y el Gobernador el licenciado Rafael Corrales Ayala, gobernador del estado, anunciaron el reinicio de de la construcción de la Clínica hospital del ISSSTE, el anuncio lo atestiguaron el doctor Hugo Domensain y el líder de una de las carteras de la FESTSE, Jaime Martínez Jasso.

El "largo y sinuoso camino" andado por Jiménez al fin veía la luz al final del túnel, y con ello un galardón más se añadía a su noble tarea.



La plural crónica

Son tantos los temas, las opiniones, los hechos y personajes que merecen ser "cronicados", que por hoy esta colaboración abarca dos tópicos: La importancia de la FESTSE en el devenir de los trabajadores al servicio del estado; y la tortuosa ruta que hubo de seguir la edificación de la clínica hospital del ISSSTE en el municipio.

Los burócratas sin buró

"Tenemos una enfermedad en Francia que seriamente trata de obstaculizar nuestros esfuerzos; esta enfermedad es llamada buromanía" (Vicent de Gourmay).

La palabra burocracia deriva del francés buró, que significa mesa de trabajo y el kratos griego: poder. En el devenir histórico del término, éste ha pasado por varias acepciones y connotaciones, desde el desdeñoso para equipararlo con la holganza y la irresponsabilidad o el "poder del papel" (papelocracia) al neutral término sociológico de Weber o el concepto para describir fenómenos administrativos y políticos.

Lo cierto es que, en nuestros días gana el uso popular del vocablo referido a los funcionarios y servidores públicos al servicio del Estado en sus tres niveles de gobierno. Más allá del chascarrillo fallido, es obvio que un burócrata no trabaja en su "mueble de recámara (buró)" lo hace desde un modesto escritorio lleno de expedientes, oficios, documentos importantes, etc. La burocracia per se, no es, en términos maniqueos, ni buena ni mala, simplemente es una definición de ciertos empleos.

El Estado Mexicano, o más bien el gobierno del país, se caracterizó por décadas en crear un ejército de trabajadores a su servicio. Ejército que lo mismo abarcaba y abarca al probo funcionario que al oficinista chambón; al hombre de méritos que a la rémora pegada a la ubre del dinero y el poder.

Con los años, en el México contemporáneo, los burócratas vieron la conveniencia de organizarse gremialmente para defensa de sus legítimos intereses y entonces surgieron los sindicatos.

La Federación de Trabajadores al Servicio del Estado (por sus siglas la FETSE) es una especie de Sindicato de Sindicatos, donde confluyen las particulares organizaciones gremiales. La cúpula sindical, la FETSE, ha tenido un papel fundamental no solo en la defensa de sus agremiados sino en el aliento para obras de gran calado social.

¿La vida es justa?

No, la vida nos es justa, es simplemente. . . la vida, sí, un tránsito terrenal lleno de cimas y simas, de luces y sombras, de homenajes y olvidos. De ello da cuenta precisa la vida y obra del doctor Juan Antonio Jiménez, líder de la FSTSE en Celaya, personaje lo mismo alabado que defenestrado; querido que olvidado. A Toño, como gusta le llamen, le tocaron luchas sociales y momentos políticos de perseverancia, esfuerzo y ninguneo, mucho ninguneo, fruto de la vulgar envidia.

Hombre poliédrico y de plurales intereses, desde el ejercicio honesto como médico, el papel de legionario en la Fraternal, líder político, hombre de familia, todo con un rasgo común: la bondad y el compromiso como divisa de vida.

Jiménez se echó a cuestas encabezar los esfuerzos, entre muchas otras acciones, para que se dotara a Celaya de una Clínica Hospital del ISSSTE. La carencia de inmuebles edificados para la atención médica de la población por parte del estado ha sido una constante en nuestro municipio (actualmente hay un vigoroso reclamo porque el IMSS amplíe sensiblemente su cobertura), constante injusta que el doctor, pugnó por corregir.

Clínica hospital en Celaya

En sus orígenes el ISSSTE se instaló en la calle de Manuel Doblado como clínica y subrogaba servicios a un sanatorio particular. Pronto el crecimiento de la población de trabajadores al servicio del Estado, rebasaron la modesta oferta de un inmueble inadecuado para la atención médica.

Ante el escenario, Jiménez González inició la herculea tarea de tocar puertas en el gobierno federal para que se dotara de una clínica hospital a nuestra ciudad.

Múltiples fueron los avatares. En noviembre de 1984 las obras iniciadas dos años antes, estaban paradas, una demanda del ISSSTE contra la constructora encargada de la edificación, provocó la suspensión momentánea, de ello daba cuenta la prensa de la época, Jiménez en su calidad de líder sindical, se aseguró que independientemente de la edificación, el servicio médico se siguiera prestando.

Ese mismo año nuestro personaje firmaba convenios y compromisos para que el INEA alcanzara con sus beneficios a los trabajadores y los niños de los burócratas pudieran mandar a sus hijos a una guardería del gobierno federal.

Ambos asuntos: la educación de los trabajadores y la guardería fueron proyectos concretados.

En mayo de 1986 el Doctor Alejandro Carrillo Castro, titular del ISSSTE y el Gobernador el licenciado Rafael Corrales Ayala, gobernador del estado, anunciaron el reinicio de de la construcción de la Clínica hospital del ISSSTE, el anuncio lo atestiguaron el doctor Hugo Domensain y el líder de una de las carteras de la FESTSE, Jaime Martínez Jasso.

El "largo y sinuoso camino" andado por Jiménez al fin veía la luz al final del túnel, y con ello un galardón más se añadía a su noble tarea.



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