Celaya y sus alrededores ha sido afectadode manera tremenda en las últimas 3 semanas, la delincuencia no cesa, losdelitos van en aumento y qué decir de los ataques directos.
Los grupos hacen muestra de su poder, lasredes que trabajan, como las trabajan y han demostrado que tienen el control dela Ciudad y probablemente del Estado, las autoridades minimizaron muchasocasiones y desde hace algunos años, la presencia de carteles e inclusohicieron caso omiso de algunos delitos y es fecha que son omisos a esta situacióno de manera más vulgar, se hacen de la vista gorda.
Los mandatarios municipales, autoridades enmateria de seguridad y elementos de diversas corporaciones han sido señaladospor la delincuencia organizada por no cumplir los tratos que realizan orealizaron y estos carteles cumplen su palabra y lo hemos vivido losCiudadanos.
Queda claro que Guanajuato ya no es seguro,ya no es el Estado que presumía su tranquilidad y mucho menos el Estado que prometíaprosperidad hoy el paisaje generalizado en Guanajuato es ver cortinas denegocios cerradas, casas abandonas, familias exiliadas y amenazadas.
El Estado ya lleva en este 2022contabilizado hasta julio la triste y muy lamentable lista de 1,259 homicidiosdolosos y a esos ya debemos sumarle 2 hijos de alcaldes tan solo con diferenciade dos meses, aquí no manda el Gobierno, no corrige el Gobierno y mucho menostiene un orden y por lo tanto el Pacto está roto y así lo han hecho saber losgrupos delictivos en los menajes que despliegan en cartulinas, lonas o redessociales, desde cómo trabajan, hasta qué habían acordado.
Mientras la autoridad no tome cartas en elasunto, Celaya y el Estado no avanzarán y quedaremos estancados por muchotiempo.
Y como dijo cantinflas “Estamos peor, peroestamos mejor”. Porque antes estábamos bien, pero, era mentira. No como ahoraque estamos mal, pero es verdad.
