/ domingo 11 de septiembre de 2022

Cúmplase, Pero No Se Haga

Así piensa el presidente de México a la vieja costumbre española, cuando la corona española estaba en su apogeo, cuando Hernán Cortés fue cobijado por la Nueva España.

Cada que el presidente despierta con un nuevo capricho, una nueva idea o simplemente hacer su voluntad hace uso de esta frase de manera inconsciente, la Constitución nuestra Carta Magna, ese documento plasmado de palabras, órdenes, pero sobre todo derechos fundamentales se han vuelto solamente un pañuelo para limpiar su propio tiradero.

El presidente se ha encargado, no solamente de polarizar la situación del país, se ha encargado de que la constitución pase a segundo plano y que lo que dice la constitución se cumpla, pero no se haga.

La constitución tiene un fin, pero el presidente no pretende seguirla, y ahora el Presidente, a través de otros medios, pretende imponer o cumplir sus sueños o mejor dicho caprichos a través de vías jurídicas o imposiciones para militarizar al país a través de la guardia nacional y parece un objetivo claro, objetivo que es controlar masas y oposiciones, nada que vaya en su contra puede tener derecho a protestar y mucho menos a desafiarlo, antes de tomar el cargo, nuestro actual Presidente tenía como uno de sus estandartes “que militarizar el país era un error” y seguidores de él como Layda Sansores dijeron que era una muestra de debilidad de un presidente tener al ejército en las calles, entonces ¿qué hace él? No sería más fácil reconocer que hay un gran problema de seguridad y que se requieren de todas las voluntades para acabar con la delincuencia, pero ¿qué le impide a éste y otros mandatarios reconocer una problemática?

Militarizar al país no es más que un error y lo hemos visto al paso de los años, si hoy la delincuencia no se detiene con Militares que pasará en un futuro y que pasará con los derechos de los ciudadanos que cada día son pisoteados de distintas formas y a todas horas.

Así piensa el presidente de México a la vieja costumbre española, cuando la corona española estaba en su apogeo, cuando Hernán Cortés fue cobijado por la Nueva España.

Cada que el presidente despierta con un nuevo capricho, una nueva idea o simplemente hacer su voluntad hace uso de esta frase de manera inconsciente, la Constitución nuestra Carta Magna, ese documento plasmado de palabras, órdenes, pero sobre todo derechos fundamentales se han vuelto solamente un pañuelo para limpiar su propio tiradero.

El presidente se ha encargado, no solamente de polarizar la situación del país, se ha encargado de que la constitución pase a segundo plano y que lo que dice la constitución se cumpla, pero no se haga.

La constitución tiene un fin, pero el presidente no pretende seguirla, y ahora el Presidente, a través de otros medios, pretende imponer o cumplir sus sueños o mejor dicho caprichos a través de vías jurídicas o imposiciones para militarizar al país a través de la guardia nacional y parece un objetivo claro, objetivo que es controlar masas y oposiciones, nada que vaya en su contra puede tener derecho a protestar y mucho menos a desafiarlo, antes de tomar el cargo, nuestro actual Presidente tenía como uno de sus estandartes “que militarizar el país era un error” y seguidores de él como Layda Sansores dijeron que era una muestra de debilidad de un presidente tener al ejército en las calles, entonces ¿qué hace él? No sería más fácil reconocer que hay un gran problema de seguridad y que se requieren de todas las voluntades para acabar con la delincuencia, pero ¿qué le impide a éste y otros mandatarios reconocer una problemática?

Militarizar al país no es más que un error y lo hemos visto al paso de los años, si hoy la delincuencia no se detiene con Militares que pasará en un futuro y que pasará con los derechos de los ciudadanos que cada día son pisoteados de distintas formas y a todas horas.