Nuevamente el Presidente es la nota y no por el que escribe esta columna sino por todos, se ha dedicado a atacar y señalar de manera intensa a la Sra. Amparo Casar y todo por la muerte de su esposo y que AMLO insiste en que fue un suicidio y no muerte accidental como señala el acta de defunción, pero ¿qué es lo lamentable?.
Lo lamentable no es que el Presidente use su energía y todo el aparato del Gobierno para señalar a una viuda y su familia de un asunto de hace 20 años y no utiliza su energía y a todo el aparato del Estado para atrapar a quienes son los verdaderos delincuentes, hasta esta semana ya se habían superado los 180 mil homicidios, con un promedio de 95 homicidios diarios y 1 cada 15 minutos, cifras que rebasan a todos los gobiernos anteriores y que este gobierno ha abandonado cualquier día usa dedicada a perseguir delincuentes, los esfuerzos están dirigidos a atacar periodistas, madres buscadoras y cualquier ciudadano que no concuerde con la 4T.
Un verdadero líder, un presidente tiene la obligación de ayudar a sus ciudadanos, de darles tranquilidad y refugio, pero sobre todo, rumbo a un país, sin embargo, AMLO ha decidido realizar una batalla frontal contra sus opositores, el poder se le subió a la cabeza, lo puso en un ladrillo y no logró controlarse, AMLO debe hacer conciencia que en sus últimos días debe reconciliarse con el país y hacer bien las cosas, él cree que por seguir alimentando a la gente del plato a la boca es suficiente pero hay problemas que nunca fueron atendidos o dejaron de ser atendidos para hacer campaña en todo el sexenio.
Estamos presentes ante un autoritarismo, ante un dirigente que pretende hacer lo que le plazca y que no le importe pasar por quien tenga que pasar, nos está poniendo en un gran riesgo y debemos salir de él.
