CELAYA, Gto.- Tan solo en México, el asma afecta a seis millones de niños y se considera como la primera causa de atención pediátrica en referencia a especialidad en consulta externa, urgencias y hospitalización por el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y de acuerdo con el estudio GAN, en la población pediátrica, las sibilancias se presentan hasta en un 26% de los niños escolares, y hasta en un 23% de los adolescentes.
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El doctor Said Arablin Oropeza, inmunólogo clínico pediatra y gerente médico en Inmunología de Sanofi, comentó que hoy en día, el asma es una enfermedad que impacta a 262 millones de personas en todo el mundo, se caracteriza por la presencia de tos, dificultad para respirar, opresión y silbidos en el pecho y está relacionada a una respuesta inmunitaria conocida como inflamación tipo 2.
“Nos encontramos ante un panorama de cambios constantes en el mundo, generados a partir de diversos factores y acontecimientos como el cambio climático, mismo que influye en la agudización de algunos padecimientos como el asma. Por ello, especialistas en salud hacen un llamado a visibilizar los retos en salud relacionados a este padecimiento y el medio ambiente”, comentó.
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Ahondó que en México, el asma es un trastorno respiratorio con el que viven 8.5 millones de personas y es una de las principales enfermedades no transmisibles.
ASMA Y CAMBIO CLIMÁTICO
A la pregunta de cómo se relacionan el asma y el cambio climático, respondió que actualmente se vive en ciudades y comunidades que se distinguen por un nivel de urbanización considerable y en el que diversas formas de contaminación del aire como el ozono, dióxido de nitrógeno y la contaminación vinculada con el tráfico vehicular, pueden desencadenar o empeorar un cuadro de asma.
“La situación sobre la prevalencia del asma cobra mayor relevancia al considerar que, estudios recientes demuestran que para el año 2025 el número de personas con asma aumentará en 100 millones a nivel mundial, debido al estilo de vida urbanizado”, amplió.
De igual forma, señaló que si bien los cambios en el medio ambiente permean en la salud de distintos grupos poblacionales, los niños y los adultos mayores o personas con enfermedades preexistentes como asma presentan un mayor riesgo de enfermedad cardiorrespiratoria o agravamiento de su padecimiento durante los episodios de mala calidad del aire.
Por ejemplo, los bebés que están expuestos a niveles elevados de aire contaminado tienen una mayor probabilidad de padecer sibilancias persistentes al crecer, y los niños expuestos a contaminantes hasta los siete años desarrollarían asma con mayor facilidad.
Lo anterior es una situación apremiante, puesto que el asma ya figura entre las enfermedades respiratorias más frecuentes en la población infantil a nivel global, sin tener en cuenta los efectos de las alteraciones medioambientales.
Said Arablin Oropeza, consideró que es vital prestar atención a los efectos que las transformaciones de nuestro entorno pueden generar en la salud de las personas que padecen asma.
“Se ha estudiado cómo la inflamación de los bronquios se desencadena cuando hay una exposición a partículas contaminantes, dando lugar a los síntomas característicos del asma. Sin embargo, hoy día, existen líneas terapéuticas de última generación para el abordaje de la inflamación tipo 2 que se relaciona con este padecimiento”, señaló Arablin.
Mencionó que además del cuidado y atención que debemos prestar a nuestro entorno, es necesario considerar los desafíos a los que se enfrentan las personas que viven con asma, en un mundo en donde las modificaciones a su alrededor pueden influir en su salud.