Soy un aficionado a los deportes colectivos, el basquebol y el beisbol. Me considero afortunado porque puedo asistir muy frecuentemente a ver a los equipos profesionales, apoyando a los representativos guanajuatenses, por supuesto, las Abejas, vistas en el Domo de la Feria, y los Bravos, vistos en el Estadio Domingo Santana, ambos en el municipio de León. Presenciar el deporte in situ adereza la emoción e incrementa el espectáculo.
El deporte profesional guanajuatense tiene todo para consolidar sus destacados triunfos: Abejas, campeones nacionales en 2022 y campeones de zona (subcampeones nacionales) en 2023; Bravos nos debe triunfos, esperemos que muy pronto nos los brinden; y el equipo de futbol, de los pocos bicampeones en la era de torneos cortos en México.
Cabe destacar que algo tiene Guanajuato que ha atraído a grandes figuras de talla mundial, como doy cuenta a continuación: la tercia legendaria del equipo más importante del mundo, el Real Madrid, conformada por Hugo Sánchez, Emilio Butragueño y Miguel González Míchel, quienes en la década de los noventa decidieron contribuir con su futbol para el modesto equipo de los Toros e hicieron vibrar a la ciudad de Celaya; o bien, ya en este siglo, pero en década pasada, la contratación de Rafael Márquez, quien ganó todo con el club de futbol Barcelona para luego ser contratado por el León; o la reciente contratación, también por el equipo de la fiera, de Andrés Guardado. Los tres (Hugo, Rafa y Andrés) considerados por algunos especialistas en el top cinco de los jugadores mexicanos de toda la historia.
El softbol se convertirá en referente. El 25 de enero próximo pasado fue histórico, pues fueron los juegos inaugurales de la liga mexicana de softbol, integrada por seis equipos: Águilas de Veracruz, Charras de Jalisco, Diablas de México, Olmecas de Tabasco, Sultanas de Monterrey y Bravas de León. Da gusto y emoción ver al equipo guanajuatense competir con equipos de tanta tradición, equipos ganadores cuya estructura deportiva es muy avanzada y con nóminas elevadas.
Vi el juego uno de las Bravas contra las Charras. Emocionantísimo: en la parte baja de la séptima entrada Barbosa pegó un batazo al jardín central que le dio oportunidad de correr hasta la antesala y, después, llegar a home. Ya había un out y lamentablemente un doble play borró la sonrisa de la afición, pero sembró la esperanza de que este equipo estaba para competir dignamente en esta novel liga. Por lo pronto, espero el nueve de febrero para ir al Domingo Santana, en donde las Bravas se medirán con las Olmecas.
El deporte, pues, en Guanajuato, atento a los logros obtenidos, merece más. Algo están haciendo los dueños de los equipos, que está funcionando desde la perspectiva deportiva.
El deporte profesional no deja de ser un negocio y un espectáculo, por tanto, de suyo es lucrativo. Es ahí en donde el Estado debe intervenir con regulaciones de manera tal que todos salgamos ganando: dueños de equipos, Estado y espectadores apasionados de los deportes en conjunto.
Estaremos pendientes de los próximos resultados y de las próximas noticias que, auguro, serán buenas nuevas.
germanrodriguez32@hotmail.com
