Duda de los datos hasta que los datos no dejen lugar a dudas
Henry Poincaré
Esta lucha tan tremenda por el combustible nos está dejando muy desgastados mental y físicamente, llenar el tanque o lo que te permitan es una gran satisfacción, pero pensar que lo consumirás a partir del segundo en que se encienda nuevamente el vehículo, es casi frustrante.
Hay tantas reflexiones por hacer con respecto a este tema que no es posible encontrar un punto de unión, sin embargo está muy definido que hay personas que apoyan la medida hasta la agresión contra los demás, y hay quien simplemente calla y trata de adecuarse a la nueva estrategia de distribución del combustible, algo así como lobos y corderos.
Si ya le tocó hacer fila, primero debió decidir en dónde la realizaría, quizá dudo si esa era la fila, porque están tan largas que ya no sabe uno a dónde llevan, sin embargo, suponiendo que todo estaba correcto, descubrió la parte paciente de su ser, esperando y viendo como poco a poco se acercaba al objetivo de cargar combustible, pero como decía una sección de un periódico nacional de hace algunos años: “Nunca falta alguien así”, y surgen las personas que se meten a la fila, sin miedo, sin recato, sin cortesía, con una acción muy prepotente y abusiva. No sé qué motive estas acciones, pero esa persona abusiva pareciera un lobo, y los pacientes de la fila los corderos; sin embargo, poco a poco, esos corderos se han comenzado a transformar, y créame, están exhibiendo una violencia digna de cualquier fiera de la selva.
¿Ya le tocó ver que las personas de una localidad defienden a los que se roban el combustible? ¿Qué pasó ahí? Y además secuestraron militares, entonces debe analizarse quien está en lo correcto. ¿Las personas que son parte de un pueblo que defiende a las personas que roban combustible? ¿Los militares que tratan de impedirlo? ¿Cuál es la verdadera posición del gobierno? ¿Apoyando al pueblo o apoyando a sus militares?
Está claro que no se puede tener más que un camino, el de la legalidad, y que no se puede dar la razón a todos para tratar de quedar bien con todos, porque entonces la pregunta siempre será: ¿Quiénes son los lobos y los corderos?
Después de hacer ya varias filas por combustible, tuve la oportunidad de ver en redes sociales como un Jetta blanco muy conocido hacía fila en la CDMX, tratando de mostrar que su propietario tenía paciencia y hacía lo que todos: fila. Pero más tarde un reportero entrevistó al usuario del Jetta blanco, en la carretera, viajando en unas unidades de traslado muy bonitas. ¿Y el Jetta blanco? No queda más que pensar quien de los espectadores son lobos y quienes corderos.
Así que me puse a pensar, ¿Cuantas horas hizo fila el Jetta y su propietario? ¿Cuánto tardó en el traslado en las unidades bonitas? ¿Cuánto tiempo ha invertido el Presidente de México en defender lo que deberían explicar la Secretaria de Energía y el Director de PEMEX? ¿Ya se sabía que ante lo que pudiera pasar era necesario bajar los salarios por anticipado? ¿Quiénes son los lobos y quienes los corderos?
