/ jueves 21 de marzo de 2024

Juárez, el Ejemplo

El 21 de marzo de 1806 nació Don Benito Juárez García quien es, quizás, el héroe nacional más querido y reconocido, al menos por el presidente de México quien, sin empacho alguno, lo califica como el mejor presidente que ha tenido nuestro país. La vida de don Benito Juárez y el legado al Estado mexicano es invaluable y se erige en un modelo a seguir, tanto en lo público como en lo privado y visto a la luz de las circunstancias que le tocaron afrontar y vivir.

Benito Juárez adquirió el mote de Benemérito de las Américas sustentado en su férrea defensa de la libertad y la independencia de México para consolidar la incipiente república que era acechada por fuerzas conservadoras, extranjeras y que estaba en constante inestabilidad política a grado tal que Juárez fue un presidente itinerante: en algún momento de su peregrinar por la república se asentó la Presidencia de México en la Ciudad de Guanajuato; el majestuoso Teatro Juárez, el Jardín de la Unión y la Plaza de la Paz, lugares denominados así en honor a la vida y obra del Benemérito.

Juárez fue un indígena zapoteca oriundo de San Pablo Guelatao, Oaxaca, huérfano de sus padres que, con base en el estudio y en el esfuerzo logró posiciones políticas que le permitieron forjar a la Patria: fue presidente de México por más de una década, ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y Gobernador de su Estado natal. Desde luego, para arribar a tales cargos, pasó por el escalafón correspondiente. Benito Juárez perteneció al Rito Yorkino de la masonería, alcanzando el grado más elevado.

Juárez convenció y venció; es el simiente republicano y el ejemplo vivo del rechazo al racismo y al clasismo. En su vida pública generó las condiciones para hacer realidad el principio hoy consignado en el artículo 130, párrafo primero constitucional: el principio histórico de la separación del Estado y las iglesias, éstas con el deber de sujeción a la ley, hoy transgredido por más de algún clérigo y sin consecuencias jurídicas.

Juárez fue pragmático y realizó pactos cuando y con quien era conveniente para la república. Lo hizo con los Estados Unidos para defender al país del intervencionismo francés.

Fue gran estatista, como pocos. También fue católico y, no obstante, materializó el principio bíblico de dar al césar lo que es del césar y a Dios lo que es de Dios.

Benito Juárez es autor de Apuntes para mis hijos, hoy editado y publicado por el Fondo de Cultura Económica en la colección Vientos del Pueblo a un costo más que accesible (menos de veinte pesos); también es el creador de un aforismo universalmente reconocido y cargado de verdad: «Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz».

Benito Juárez murió físicamente en Palacio Nacional siendo presidente de México el 18 de julio de 1972, pero vive en los mexicanos mediante su legado. ¡Larga vida al presidente Juárez!

Hoy corresponde conocer nuestros derechos y reconocerlos en los demás y, en consecuencia, respetarlos. Seguro estoy que volviendo a lo básico construiremos un mejor medioambiente para vivir, seremos más responsables, más felices y contribuiremos más a la consolidación de nuestra querida república.

germanrodriguez32@hotmail.com

El 21 de marzo de 1806 nació Don Benito Juárez García quien es, quizás, el héroe nacional más querido y reconocido, al menos por el presidente de México quien, sin empacho alguno, lo califica como el mejor presidente que ha tenido nuestro país. La vida de don Benito Juárez y el legado al Estado mexicano es invaluable y se erige en un modelo a seguir, tanto en lo público como en lo privado y visto a la luz de las circunstancias que le tocaron afrontar y vivir.

Benito Juárez adquirió el mote de Benemérito de las Américas sustentado en su férrea defensa de la libertad y la independencia de México para consolidar la incipiente república que era acechada por fuerzas conservadoras, extranjeras y que estaba en constante inestabilidad política a grado tal que Juárez fue un presidente itinerante: en algún momento de su peregrinar por la república se asentó la Presidencia de México en la Ciudad de Guanajuato; el majestuoso Teatro Juárez, el Jardín de la Unión y la Plaza de la Paz, lugares denominados así en honor a la vida y obra del Benemérito.

Juárez fue un indígena zapoteca oriundo de San Pablo Guelatao, Oaxaca, huérfano de sus padres que, con base en el estudio y en el esfuerzo logró posiciones políticas que le permitieron forjar a la Patria: fue presidente de México por más de una década, ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y Gobernador de su Estado natal. Desde luego, para arribar a tales cargos, pasó por el escalafón correspondiente. Benito Juárez perteneció al Rito Yorkino de la masonería, alcanzando el grado más elevado.

Juárez convenció y venció; es el simiente republicano y el ejemplo vivo del rechazo al racismo y al clasismo. En su vida pública generó las condiciones para hacer realidad el principio hoy consignado en el artículo 130, párrafo primero constitucional: el principio histórico de la separación del Estado y las iglesias, éstas con el deber de sujeción a la ley, hoy transgredido por más de algún clérigo y sin consecuencias jurídicas.

Juárez fue pragmático y realizó pactos cuando y con quien era conveniente para la república. Lo hizo con los Estados Unidos para defender al país del intervencionismo francés.

Fue gran estatista, como pocos. También fue católico y, no obstante, materializó el principio bíblico de dar al césar lo que es del césar y a Dios lo que es de Dios.

Benito Juárez es autor de Apuntes para mis hijos, hoy editado y publicado por el Fondo de Cultura Económica en la colección Vientos del Pueblo a un costo más que accesible (menos de veinte pesos); también es el creador de un aforismo universalmente reconocido y cargado de verdad: «Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz».

Benito Juárez murió físicamente en Palacio Nacional siendo presidente de México el 18 de julio de 1972, pero vive en los mexicanos mediante su legado. ¡Larga vida al presidente Juárez!

Hoy corresponde conocer nuestros derechos y reconocerlos en los demás y, en consecuencia, respetarlos. Seguro estoy que volviendo a lo básico construiremos un mejor medioambiente para vivir, seremos más responsables, más felices y contribuiremos más a la consolidación de nuestra querida república.

germanrodriguez32@hotmail.com