/ domingo 22 de octubre de 2023

El Médico, El Humano

“Si algo es sagrado, ese es el cuerpo humano”. Walt Whitman

Desde el inicio de los tiempos, el cuerpo humano ha sido vinculado al estudio de su estructura anatómica sin desligar el binomio imposible de separar, la relación metafísica del Yo y el cuerpo. El hombre es cuerpo y alma en que surgen inquietudes sobre la relación entre cuerpo y la razón que nos distingue de los animales. El padre de la Iglesia, San Agustín, usó el término “Ego seu mens” (Yo o sea, mi espíritu) expresión de análisis de las facultades corpóreas y tener conciencia de ser nosotros mismos para efectuar alguna acción bajo la conciencia de actuar por el bien propio y el de los demás. Noción intrincada orientada a discutir sobre la libertad humana como punto de encuentro con la moral y el deber que se tiene del respeto a sí mismo y a los demás.

Carlo Caffarra señala que desde Platón en adelante la conducta y la corporeidad humana es un nudo de reflexión antropológica, plantea el problema de la libertad que se convierte en una relación íntima de la libertad-naturaleza, entendida como todo lo que el hombre puede realizar en y con el mundo que lo rodea, para lo cual señala tres modos posibles de ver el cuerpo humano. El científico consistente en verlo como un cuerpo sujeto a la exploración y descubrir los laberintos anatómicos, funciones físicas y químicas, señal de vida en la materia. El segundo es la consideración técnica que suele confundirse con el tercer modelo, la científica. La técnica denota al ser humano mientras que la ciencia denota el saber humano, implicaciones que merecen estudios separados del objetivo de estas líneas.

Toda profesión o actividad productiva está regida por la aplicación del conocimiento adquirido en la familia, en las aulas o en el haber cotidiano. Solo una profesión está encausada a desarrollar sus habilidades intelectuales y destrezas en la complejidad de un organismo vivo animado por el espíritu divino, es el médico, el humano de profesión distinto a las demás. Tener frente de sí la corporeidad dotada de vida, de sentimientos propia del ser pensante para resolver las alteraciones causadas por la enfermedad en que no puede, en que no debe desligar lo material con las emociones del que sufre. Es el que, en ejercicio de sus conocimientos y habilidades requiere participar en la realidad ajena para comprender y conectar con la situación que motivó a una persona de acudir ante él para para resolver o aliviar el daño causado por la enfermedad. Como humano sujeto a las mismas adversidades que afronta su paciente, el médico es empático sin importar la vacuidad de la tecnología necesaria para llegar a un diagnóstico y establecer un tratamiento.

Hace dos siglos el notable idealista George W. Friedrich Hegel esbozaba lo que llamó “conciencia de la modernidad” aplicada a la práctica médica por los novedosos tratamientos de la época que hoy llamaríamos “de última generación” que se han perdido en los años dejándolos en la historia ante la cambiante rapidez de las técnicas y productos farmacológicos en el horizonte de la terapéutica.

Estos renglones intentan bosquejar el panorama que enfrenta del médico científico y humano bajo la amenaza de la Inteligencia Artificial que lo convierta en esclavo de la tecnología deshumanizadora echando al olvido los sentimientos que el paciente lleva ante la presencia del médico.

Mañana es El día del Médico, no lo olvide. Un mensaje, una muestra de aprecio o una oración son más valiosos que la materia de una joya.

flokay33@gmail.com


“Si algo es sagrado, ese es el cuerpo humano”. Walt Whitman

Desde el inicio de los tiempos, el cuerpo humano ha sido vinculado al estudio de su estructura anatómica sin desligar el binomio imposible de separar, la relación metafísica del Yo y el cuerpo. El hombre es cuerpo y alma en que surgen inquietudes sobre la relación entre cuerpo y la razón que nos distingue de los animales. El padre de la Iglesia, San Agustín, usó el término “Ego seu mens” (Yo o sea, mi espíritu) expresión de análisis de las facultades corpóreas y tener conciencia de ser nosotros mismos para efectuar alguna acción bajo la conciencia de actuar por el bien propio y el de los demás. Noción intrincada orientada a discutir sobre la libertad humana como punto de encuentro con la moral y el deber que se tiene del respeto a sí mismo y a los demás.

Carlo Caffarra señala que desde Platón en adelante la conducta y la corporeidad humana es un nudo de reflexión antropológica, plantea el problema de la libertad que se convierte en una relación íntima de la libertad-naturaleza, entendida como todo lo que el hombre puede realizar en y con el mundo que lo rodea, para lo cual señala tres modos posibles de ver el cuerpo humano. El científico consistente en verlo como un cuerpo sujeto a la exploración y descubrir los laberintos anatómicos, funciones físicas y químicas, señal de vida en la materia. El segundo es la consideración técnica que suele confundirse con el tercer modelo, la científica. La técnica denota al ser humano mientras que la ciencia denota el saber humano, implicaciones que merecen estudios separados del objetivo de estas líneas.

Toda profesión o actividad productiva está regida por la aplicación del conocimiento adquirido en la familia, en las aulas o en el haber cotidiano. Solo una profesión está encausada a desarrollar sus habilidades intelectuales y destrezas en la complejidad de un organismo vivo animado por el espíritu divino, es el médico, el humano de profesión distinto a las demás. Tener frente de sí la corporeidad dotada de vida, de sentimientos propia del ser pensante para resolver las alteraciones causadas por la enfermedad en que no puede, en que no debe desligar lo material con las emociones del que sufre. Es el que, en ejercicio de sus conocimientos y habilidades requiere participar en la realidad ajena para comprender y conectar con la situación que motivó a una persona de acudir ante él para para resolver o aliviar el daño causado por la enfermedad. Como humano sujeto a las mismas adversidades que afronta su paciente, el médico es empático sin importar la vacuidad de la tecnología necesaria para llegar a un diagnóstico y establecer un tratamiento.

Hace dos siglos el notable idealista George W. Friedrich Hegel esbozaba lo que llamó “conciencia de la modernidad” aplicada a la práctica médica por los novedosos tratamientos de la época que hoy llamaríamos “de última generación” que se han perdido en los años dejándolos en la historia ante la cambiante rapidez de las técnicas y productos farmacológicos en el horizonte de la terapéutica.

Estos renglones intentan bosquejar el panorama que enfrenta del médico científico y humano bajo la amenaza de la Inteligencia Artificial que lo convierta en esclavo de la tecnología deshumanizadora echando al olvido los sentimientos que el paciente lleva ante la presencia del médico.

Mañana es El día del Médico, no lo olvide. Un mensaje, una muestra de aprecio o una oración son más valiosos que la materia de una joya.

flokay33@gmail.com


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