/ domingo 1 de octubre de 2023

Migrantes

“La libertad significa que no tienes obstruido vivir tu vida como tu eliges. Algo menor es un a forma de esclavitud” Wayne Dyer.

El movimiento migratorio de personas de mayoría centroamericanos a los que se agrega buen número de venezolanos, originarios de África, de Cuba y otros países no tiene precedente en nuestro país. El objetivo de los movientes es mucho más que cumplir con la ilusión de lograr el sueño americano, mejor dicho, la pesadilla americana. Quimera que se va desbaratando en cada paso que dan hombres, mujeres y niños al enfrentar un desafío tras otro. Fenómeno migratorio que se ha repetido por miles de años donde no se necesita sabiduría salomónica para adivinar las causas de la tragedia que cargan es su morral de sueños cada peregrino en pos de una vida mejor. Hombres y mujeres que esperan lo que posiblemente nunca llegará. La esperanza de dejar el hambre, la persecución, el sometimiento a gobiernos de dictadores que se apoderaron del control del Estado. Simplemente víctimas de la falta del preciado don y derecho de libertad. baste tener un poco de empatía para adivinar los sufrimientos que en esa muchedumbre lleva cada ser humano que cruza el territorio nacional. Padeceres físicos de una travesía inhóspita sujeta a enfrentar xenofobia, discriminación; acceso deficiente o carente de servicios de salud. Sufrimiento anímico de haber dejado el suelo que los vio nacer.

El ilustre periodista potosino Librado Rivera dejó la sentencia: “Si fuera la patria como una madre cariñosa que da abrigo y sustento a sus hijos, si se les diera tierras y herramientas para sembrar, nadie abandonaría su patria para ir a mendigar el pan a otros países en donde se les desprecia y se les humilla.” Pero no, el tirano lleva las riendas que restringen o invalidan la libertad.

Conmoverse por lo que está pasando en nuestro país y continente o señalar la tragedia de africanos que arriesgan su vida cruzando el Mediterránea en frágiles embarcaciones para llegar al sueño europeo, es fácil frente al encuentro de soluciones que pongan fin a la desventura humana de los migrantes.

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) hace llamados ante los gobiernos de Centroamérica y México para que “cooperen en el abordaje de las necesidades humanitarias” de las personas en movimiento mientras estos grupos vulnerables transitan por la región. Hace unos días Michele Klein Solomon Directora regional de la OIM para Norteamérica el Carbibe y Centroamérica dijo: "La situación pone de relieve la urgente necesidad de que haya una participación colectiva inmediata de parte de los gobiernos de los países de origen, tránsito y destino, para brindar asistencia humanitaria…” Aplico lo que escribí renglones arriba, es fácil decirlo pero contener la ola humana y darles “casa, vestido y sustento” es tarea de aristas filosos por el costo, la compleja organización y la contaminación política irremediable. Muchas veces, ayudar a un extranjero es quitar un trozo de ventura a un connacional.

Lógica, pero no humana es la actitud de los Estados Unidos, que si bien, es un país de inmigrantes, invocan que el flujo masivo de personas les acarreará problemas sociales y económicos que fomentan la xenofofia y pérdida de la calidad de vida de sus habitantes, quedando nuestro país como emparedado con gravoso e indeseable relleno presionado por el poderoso país del norte y por el sur la incompetencia de países para proporcionar calidad de vida a sus habitantes.

flokay33@gmail.com


“La libertad significa que no tienes obstruido vivir tu vida como tu eliges. Algo menor es un a forma de esclavitud” Wayne Dyer.

El movimiento migratorio de personas de mayoría centroamericanos a los que se agrega buen número de venezolanos, originarios de África, de Cuba y otros países no tiene precedente en nuestro país. El objetivo de los movientes es mucho más que cumplir con la ilusión de lograr el sueño americano, mejor dicho, la pesadilla americana. Quimera que se va desbaratando en cada paso que dan hombres, mujeres y niños al enfrentar un desafío tras otro. Fenómeno migratorio que se ha repetido por miles de años donde no se necesita sabiduría salomónica para adivinar las causas de la tragedia que cargan es su morral de sueños cada peregrino en pos de una vida mejor. Hombres y mujeres que esperan lo que posiblemente nunca llegará. La esperanza de dejar el hambre, la persecución, el sometimiento a gobiernos de dictadores que se apoderaron del control del Estado. Simplemente víctimas de la falta del preciado don y derecho de libertad. baste tener un poco de empatía para adivinar los sufrimientos que en esa muchedumbre lleva cada ser humano que cruza el territorio nacional. Padeceres físicos de una travesía inhóspita sujeta a enfrentar xenofobia, discriminación; acceso deficiente o carente de servicios de salud. Sufrimiento anímico de haber dejado el suelo que los vio nacer.

El ilustre periodista potosino Librado Rivera dejó la sentencia: “Si fuera la patria como una madre cariñosa que da abrigo y sustento a sus hijos, si se les diera tierras y herramientas para sembrar, nadie abandonaría su patria para ir a mendigar el pan a otros países en donde se les desprecia y se les humilla.” Pero no, el tirano lleva las riendas que restringen o invalidan la libertad.

Conmoverse por lo que está pasando en nuestro país y continente o señalar la tragedia de africanos que arriesgan su vida cruzando el Mediterránea en frágiles embarcaciones para llegar al sueño europeo, es fácil frente al encuentro de soluciones que pongan fin a la desventura humana de los migrantes.

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) hace llamados ante los gobiernos de Centroamérica y México para que “cooperen en el abordaje de las necesidades humanitarias” de las personas en movimiento mientras estos grupos vulnerables transitan por la región. Hace unos días Michele Klein Solomon Directora regional de la OIM para Norteamérica el Carbibe y Centroamérica dijo: "La situación pone de relieve la urgente necesidad de que haya una participación colectiva inmediata de parte de los gobiernos de los países de origen, tránsito y destino, para brindar asistencia humanitaria…” Aplico lo que escribí renglones arriba, es fácil decirlo pero contener la ola humana y darles “casa, vestido y sustento” es tarea de aristas filosos por el costo, la compleja organización y la contaminación política irremediable. Muchas veces, ayudar a un extranjero es quitar un trozo de ventura a un connacional.

Lógica, pero no humana es la actitud de los Estados Unidos, que si bien, es un país de inmigrantes, invocan que el flujo masivo de personas les acarreará problemas sociales y económicos que fomentan la xenofofia y pérdida de la calidad de vida de sus habitantes, quedando nuestro país como emparedado con gravoso e indeseable relleno presionado por el poderoso país del norte y por el sur la incompetencia de países para proporcionar calidad de vida a sus habitantes.

flokay33@gmail.com


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