“Los mitos tienen más poder que la realidad”. Albert Camus
Cuando se repite con insistencia una mentira, para el que la dice y para muchos que lo escuchan la toman como verdad. Semejante es cuando se modifica la verdad de un hecho o se le cuelgan cosas que nunca sucedieron a algún personaje o se crea uno ficticio para atribuirle milagros. Mitos que a través de los años se heredan como verdades falseando la realidad a conveniencia. Sobran los casos, uno es la leyenda del siglo II cuando el emperador romano Marco Aurelio Claudio II prohibió las bodas de los soldados por creer que menguaban su capacidad combativa, motivo para que un sacerdote de nombre Valentín, a escondidas bendijera las uniones de parejas de legionarios, lo que valió la decapitación cuando fue descubierto. Dos siglos después, en 1494, el Papa Gelasio decidió declarar el día 14 de febrero el día de San Valentín que no cuadra por la diferencia de calendarios, el Juliano de entonces y el Gregoriano de nuestros días establecido en 1582 por el Papa San Gregorio.
Falsedades y mitos avalados por el retiro del calendario eclesiástico la festividad de San Valentín en el año de 1969 por el Papa Paulo VI. Empero, sigue vigente el santo retirado de los altares como producto comercial, el 14 de febrero es fiesta frívola, mundana, se obtiene provecho de un símbolo para vender una figura artificiosa.
Para este día hay tres palabras que suelen confundir o tomarse como sinónimos: amor, cariño y amistad. Partiendo de lo simple, existe el amor a la naturaleza, a los animales, a algo inanimado sin ser una amistad. Por el lado de las relaciones humanas, en nuestro país de mayoría católica, el primer mandamiento de la ley de Dios señala: Amarás (tener amor) a Dios sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti mismo. Siguiendo el hilo, se practica el amor filial, amor fraterno, el amor en la amistad, para llegar al extremo del hipotético hilo en el noviazgo formal que termina en el amor de esposos certificado por la ley civil en acta matrimonial susceptible a disolverse por medio del divorcio por mutuo acuerdo o por un juicio civil. Por el lado de la Ley de Dios, acudo al escritor católico Clayton C. Barbeau quien glosa el principio cristiano en el libro “Cana is fo rever” en referencia al matrimonio indisoluble, para siempre, “hasta que la muerte los separe” establecido por Jesús en las bodas de Caná. No obstante, me parece razonable considerar en ese canon, la unión libre y estable entre un varón y una mujer que se profesan amor y lealtad sin traicionar una promesa vigente de fidelidad anterior. Descarto por no ser objetivo de esta entrega, lo tocante a las relaciones en la diversidad sexual.
En cuanto al cariño, se aplica tanto a la inclinación de amor que se siente hacia alguien o algo, así como al afecto y a la amistad entre dos personas sean varón o mujer.
Explorando el concepto amistad, abrevio algunas opiniones. Sócrates dice que la amistad descansa en el amor y se regula por la virtud. Aristóteles sostiene que el amigo es otro yo, idea que repite Cicerón, Para Nietzsche los amigos son quienes se aceptan y apoyan, quienes tienen sus propios ideales frente a los nuestros. Jorge Luis Borges distingue el amor de la amistad. En el amor, un día de ausencia puede ser terrible, necesita frecuencia, está lleno de ansiedades y dudas. En la amistad no es así.
La esencia de la amistad reside en la confianza, en compartir, conversar y en el compenetrarse. En ella, el ser humano se encuentra en la misma relación respecto al amigo o amiga que consigo mismo.
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