El pasado 20 de mayo se conmemoró el día del psicólogo, fecha designada debido a que ese día se otorgó la primera licencia para ejercer esta profesión en nuestro paìs.
Estudié psicología educativa, ya entrada en años, tenía 35 años cuando decidí ingresar de nueva cuenta a la universidad, no sabría explicar con precisión lo que me motivó a hacerlo, después entendí que cada uno busca lo que necesita, (y vaya que me hacía falta) el caso es que conversé con mi esposo y mi hijo para saber si me apoyarían en la decisión, y dijeron que sí, sin imaginar siquiera lo que eso implicaría.
Cuando llegué a la primera clase y los maestros nos pedían presentarnos y explicar las razones por las cuales elegimos esa carrera, la mayoría de mis compañeros de salón, expresaban el deseo de ayudar a los demás, yo traté de ser lo más honesta posible y dije que necesitaba explorar una nueva forma de allegarme de ingresos económicos.
Obviamente era la mayor de mi salón, rodeada de dieciochoañeros, recién egresando de la prepa y me convertí por default en la jefa de grupo por toda la carrera, labor que por cierto, disfruté mucho, le cuento todo esto, porque para mí, estudiar la carrera representó una terapia cada sábado, una sed de ir a la escuela a escuchar a mis maestros con una ansiedad de aprender y comprender todo lo que me rodeaba, hoy puedo decir sin lugar a dudas, que más que para ayudar a otros, fue para ayudarme a mí, fue profundamente sanador, descubrirme, entenderme, analizarme, verme como esa enorme roca de hielo que está debajo de un iceberg en el que solo se puede ver la superficie, y que es lo que la mayoría de la gente solamente puede ver de cada uno de nosotros y en muchos casos, lo único que queremos mostrar, pero cuando indagamos en nuestra infancia, en nuestro pasado y logramos abrazar todo eso, bueno y malo que nos construye y nos destruye, sin duda somos mejores seres humanos.
Hoy no ejerzo esa profesión, me encantaría, pero la comunicación me ha dado desde hace mucho tiempo la manera de vivir y me ha sido difícil repartir el tiempo para hacerlo, pero le invito de verdad a atender su salud mental, esa que dejamos siempre al final, y que no nos hemos dado nunca la oportunidad de atender, así como se atienden los dolores de muela o de espalda, los dolores del alma, se tienen que curar y le aseguro que muchos de sus malestares físicos desaparecerán.
Agradecida siempre por esta oportunidad de vida que tuve, por mis entrañables maestras, que son maestras de vida hasta hoy, cómplices, consejeras, por ser espejo en muchos momentos y enseñarnos más que la simple catedra.
No lo eche en saco roto, cúrese el alma, ámese, entiéndase a sí mismo y por tanto a los demás, no juzgue al de enfrente si no conoce lo profundo de las cargas que arrastra, no señale al otro, sin analizarse primero a sí mismo, empiece por sus padres, abrace la idea de que de ahí viene y por mucho que lo deteste reconcíliese con su origen, eso resolverá casi de forma instantánea la manera en que se relaciona con su pareja, hay tanto que aprender de la psicología…inviértale a su salud mental.
Terminaría este apartado diciendo que la corriente humanista que es con la que más comulgo, plantea que el ser humano es su mayor problema y su gran solución, usted mismo tiene en su ser, el mayor potencial para resolver de fondo esos conflictos que tal vez le han aquejado por mucho tiempo, busque una guía y atrévase al cambio.
POR UNA INFANCIA FELIZ. Este sábado entreviste a Rosita Suárez, presidenta del patronato del DIF, no sabe qué gusto me da, el enfoque de la campaña por una infancia feliz que están promoviendo con todo, para que dejemos de darle monedas a los niños en los cruceros, no lo van a permitir más, esos niños están siendo rentados, maltratados y violentados por sus papás, para que pidan dinero en la calle y nosotros estamos siendo cómplices de padres irresponsables al darles una moneda.
Usted dirá y qué van a comer, si no los ayudamos, si los papás quieren trabajar el DIF les ayuda, consiguiéndoles empleo formal y bien remunerado, para que los niños regresen a la escuela, también en eso se les ayuda, que tengan atención psicológica, ahí también se les proporciona, además de un desayuno caliente y la posibilidad de practicar futbol con los Toros del Celaya.
El programa CAFI, es muy completo, pero de nada servirá si no apoyamos desde la sociedad, según los datos que nos proporcionó, en un día logran ganar alrededor de mil 200 pesos, pero trayendo al niño o niña, porque si van solos nadie les da, necesitan a los chicos para causar lástima y eso es explotación infantil, pues el dinero que obtienen no es para alimentarlos bien, o para comprarles ropa, es en la mayoría de los casos para pagar las adicciones de los papás.
Muchos de estos bebés están dopados, para que permanezcan dormidos durante muchas horas envueltos en un rebozo, padeciendo altas temperaturas y altos niveles de deshidratación, pero sobre todo para que cumplan su objetivo, pero se imagina cómo está su estómago o su cerebro, generando una adicción a esos medicamentos desde su nacimiento, están condenados a ser adictos en un futuro, todo eso lo vemos a diario y en ocasiones no somos conscientes del daño que se les causa.
Lo más aterrador que nos comentó la presidenta del DIF, es que ya detectaron madres que rentan a sus hijos, para que otros los usen en la mendicidad, sin saber si durante esas horas, abusan de ellos, solo cobran por hora que sus hijos se vayan a las calles y el escenario sigue empeorando, adolescentes embarazadas, que solo están procreando hijos para usarles en el negocio, pero ya a los 13 años no les sirven porque ya no generan la misma lástima que los chiquitos y por tanto deciden ponerlos a trabajar en otra cosa, son chicos que crecen sin un sentido de vida y que merecen ser rescatados de esa realidad.
Apoyemos denunciando al 911 a estos padres de familia que no quieren hacerse responsables de sus hijos y les roban la posibilidad de disfrutar su infancia a plenitud.
SALE USABIAGA. Finalmente y cambiando de tema radicalmente, qué sorpresiva la decisión del gobernador del estado para remover del cargo de secretario de desarrollo económico al celayense Mauricio Usabiaga y la preocupación que esta decisión genera entre el empresariado de la ciudad, por los tres proyectos tan importantes que tenía en sus manos, el proyecto del libramiento ferroviario, el distribuidor Celanese y el puerto interior 2, el arquitecto Ismael Pérez Ordaz, lamentó la salida de su amigo y le pidió al gobernador que le dé seguimiento a los proyectos, reconoció que Celaya ha sido muy maltratada en materia presupuestal con respecto a León y otros municipios del corredor industrial, veremos si Alfaro les pone el mismo interés que Usabiaga, pronto sabremos qué se rompió con los empresarios, o con el mismo Mauricio que provocara su salida.
