/ domingo 7 de enero de 2024

Cinecrítica

“El chico y la garza”

Comenzamos el año con algo del gran maestro del ánime Hayao Miyazaki, quien ya ha dejado un gran legado con su peculiar estilo gracias a su maravillosa imaginación, la cual, plasma de manera excepcional, dando un vuelco visual y dejando en claro que la realidad no tiene cavidad alguna en sus ingeniosas historias.

“El chico y la garza”, es uno de los trabajos más esperados por todos los seguidores de Miyazaki y de los trabajos realizados en los Studio Ghibli, quienes por décadas, se han encargado de realizar historias sorprendentes dentro de la animación, además de regalarnos personajes entrañables que se quedarán por varias generaciones más, dado que son de esas películas que van de boca en boca y logran expandirse sin problemas, y justo por ello, es tan relevante esta película porque no sabemos si habrá más, aunque todo indica que sí, pero por mientras, sí podemos decir que es uno de los trabajos más libres que nos ha presentado el director, considerando que gracias al respaldo de sus espectadores, puede tener más libertad creativa y que será mejor valorada.

La historia basada en la novela de Yoshino Genzaburō y adaptada por el director de la película para dar un toque personal y más apegado a lo que el director quería, nos cuenta la historia de Mahito, un niño de 12 años que pierde a su madre y busca encajar con la tía que se convierte en su madrastra, alejado de su tierra de origen, en una casa, donde hay una torre abandonada que lo llevará a un viaje inesperado en medio de su duelo, intentando apaciguar su dolor para continuar, pese a estar en medio de una guerra, encontrando así personajes y elementos que lo harán crecer, mientras es guiado por una garza quien le hace creer que su mamá sigue viva, siendo esto el objetivo de enfrentarse a todo lo que le pasa.

Los detalles, son tan puntuales que podemos apreciar desde las cenizas flotando en el aire, el plumaje y los detalles que avivan a la garza, las características cabezotas de ancianos con sus narizotas y sus verrugas, los árboles frondosos, las expresiones de los mismos personajes, todo ello hace que esta entrega de ánime se consolide como de las mejores.

Con un ritmo que va creciendo al igual que la historia, nos mantiene expectantes sin importar si tiene o no coherencia pero siempre llevándonos de la mano y haciendo que se vaya entendiendo de una u otra forma, todo lo que Mahito, con su corta edad, está viviendo.

La música a cargo de Joe Hisaishi, acompaña cada momento, haciendo que se entrelace sin problema alguno para embellecer la historia, llevándonos emotivamente con las notas de piano, las cuerdas y las voces que en verdad nos adentran a los sentimientos que brotan de cada espectador con esta historia.

El doblaje realizado al español latino, es muy bueno, y lo encabeza Alfonso Herrara como la Garza Gris, Emilio Treviño como Mahito, Elizabeth Infante como Lady Himi, Marisol Romero como Natsuko, Gerardo García como Shochi, Alejandro Villeli como el Tío Abuelo y Valka Ponzanelli como Kiriko.

Cabe señalar que el elenco de voces fue muy bien seleccionado, buscando calidad interpretativa más que nombres conocidos, siendo que el actor Alfonso Herrera, es de los más reconocidos pero por eso mismo, tenía una gran responsabilidad al dar vida con su voz a la garza y dejando en claro que el doblaje requiere talento y por ello, logró encontrar la modulación apropiada para dar vida a su personaje.

“El chico y la garza”, es una película que vale mucho la pena ver en la pantalla grande y más porque estamos ante un trabajo cinematográfico de uno de los más importantes directores de este género, Hayao Miyazaki.

“El chico y la garza”

Comenzamos el año con algo del gran maestro del ánime Hayao Miyazaki, quien ya ha dejado un gran legado con su peculiar estilo gracias a su maravillosa imaginación, la cual, plasma de manera excepcional, dando un vuelco visual y dejando en claro que la realidad no tiene cavidad alguna en sus ingeniosas historias.

“El chico y la garza”, es uno de los trabajos más esperados por todos los seguidores de Miyazaki y de los trabajos realizados en los Studio Ghibli, quienes por décadas, se han encargado de realizar historias sorprendentes dentro de la animación, además de regalarnos personajes entrañables que se quedarán por varias generaciones más, dado que son de esas películas que van de boca en boca y logran expandirse sin problemas, y justo por ello, es tan relevante esta película porque no sabemos si habrá más, aunque todo indica que sí, pero por mientras, sí podemos decir que es uno de los trabajos más libres que nos ha presentado el director, considerando que gracias al respaldo de sus espectadores, puede tener más libertad creativa y que será mejor valorada.

La historia basada en la novela de Yoshino Genzaburō y adaptada por el director de la película para dar un toque personal y más apegado a lo que el director quería, nos cuenta la historia de Mahito, un niño de 12 años que pierde a su madre y busca encajar con la tía que se convierte en su madrastra, alejado de su tierra de origen, en una casa, donde hay una torre abandonada que lo llevará a un viaje inesperado en medio de su duelo, intentando apaciguar su dolor para continuar, pese a estar en medio de una guerra, encontrando así personajes y elementos que lo harán crecer, mientras es guiado por una garza quien le hace creer que su mamá sigue viva, siendo esto el objetivo de enfrentarse a todo lo que le pasa.

Los detalles, son tan puntuales que podemos apreciar desde las cenizas flotando en el aire, el plumaje y los detalles que avivan a la garza, las características cabezotas de ancianos con sus narizotas y sus verrugas, los árboles frondosos, las expresiones de los mismos personajes, todo ello hace que esta entrega de ánime se consolide como de las mejores.

Con un ritmo que va creciendo al igual que la historia, nos mantiene expectantes sin importar si tiene o no coherencia pero siempre llevándonos de la mano y haciendo que se vaya entendiendo de una u otra forma, todo lo que Mahito, con su corta edad, está viviendo.

La música a cargo de Joe Hisaishi, acompaña cada momento, haciendo que se entrelace sin problema alguno para embellecer la historia, llevándonos emotivamente con las notas de piano, las cuerdas y las voces que en verdad nos adentran a los sentimientos que brotan de cada espectador con esta historia.

El doblaje realizado al español latino, es muy bueno, y lo encabeza Alfonso Herrara como la Garza Gris, Emilio Treviño como Mahito, Elizabeth Infante como Lady Himi, Marisol Romero como Natsuko, Gerardo García como Shochi, Alejandro Villeli como el Tío Abuelo y Valka Ponzanelli como Kiriko.

Cabe señalar que el elenco de voces fue muy bien seleccionado, buscando calidad interpretativa más que nombres conocidos, siendo que el actor Alfonso Herrera, es de los más reconocidos pero por eso mismo, tenía una gran responsabilidad al dar vida con su voz a la garza y dejando en claro que el doblaje requiere talento y por ello, logró encontrar la modulación apropiada para dar vida a su personaje.

“El chico y la garza”, es una película que vale mucho la pena ver en la pantalla grande y más porque estamos ante un trabajo cinematográfico de uno de los más importantes directores de este género, Hayao Miyazaki.

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