/ jueves 11 de febrero de 2021

Ingenioso Hidalgo

Dante y Cervantes: Purgatorio y Rebelión

Investigación de Cuadernos Hispanoamericanos, señalan si no sería demasiado aventurado pensar que el proceso del desencantamiento de Dulcinea y si tiene algo que ver con el eventual descubrimiento de Beatriz en Purgatorio 30. La aparición de Beatriz es una revelación, es decir la revelación, y desencantar a Dulcinea al revelar su verdadero ser, oculto tras el aspecto de tosca labradora que Sancho y le ha creado con sus escalonadas mentiras, que culminan con su figura como travestí. Ambos procesos son graduales y conducen a un descubrimiento en que la incomparable belleza de sus rostros juega un papel fundamental. La belleza de la Dulcinea travestí es doblemente engañosa porque es la de un hombre, el paje, pero éste es bello de todos modos, como ya se vio, admirable a pesar de su falseado sexo. Claro, en el Quijote no se llega a desencantar a Dulcinea, como lamenta el hidalgo a medida que se aproxima a su aldea derrotado. Es una diferencia fundamental entre la novela de Cervantes y la Comedia de Dante; ésta termina en un final apoteósico como no hay otro en la literatura occidental en que todo se resuelve, mientras que el Quijote no tiene otro remate que la recobrada cordura del caballero, que lo separa del mundo literario en que se movía sin que se solucione otra cosa que la conclusión de su demencia y vida. Es imposible no reflexionar sobre la distancia que media entre el universo creado por Dante en la Divina Comedia y el inventado por Cervantes en el Quijote. ¿Cuál es la diferencia fundamental entre los mundos de Dante y Cervantes? Ésta se manifiesta en la inherente divergencia entre la poesía de Dante y la prosa de Cervantes, un dechado de orden, la otra de desorden y hasta caos. Según Erich Auerbach, en su espléndido Mimesis: “Dante tenía un concepto del acontecer histórico que no era como el nuestro en la modernidad, sino un sistema de acontecimientos sobre la tierra en constante conexión con un plan divino, hacia cuya meta se mueve constantemente el acaecer terreno. Esto no debe interpretarse solamente en el sentido de que la sociedad humana en su conjunto se acerca en movimiento progresivo hacia el fin del mundo y la consumación del reino de Dios, en cuyo caso todo suceso estaría enderezado horizontalmente hacia el futuro, sino también en el sentido de una conexión sempiterna e independiente de todo movimiento hacia adelante, entre cada acaecer y cada aparición terrenales y el plan divino, o sea que cada manifestación terrena se refiere, inmediatamente, por medio de una multitud de conexiones verticales al plan de salvación de la Providencia”. En el Quijote ya no hay correspondencia entre las palabras y las cosas, como ha propuesto Michel Foucault: “La escritura y las cosas ya no se asemejan. Entre ellas, Don Quijote vaga a la aventura. Lo más plausible es pensar que Cervantes conoció la obra de Dante, o sus repercusiones en Italia. Tal vez no leyó toda la Divina Comedia, pero sí algunos de sus más importantes pasajes, como el que he comentado aquí. También habrá sabido, por supuesto, de la enorme relevancia del florentino por sus repercusiones entre los escritores italianos del momento. En la segunda parte de el Quijote, que ya sabía era una obra digna de semejante prosapia, se propusiera rescribir algunos de los momentos cimeros de la Divina Comedia, para insertarla en lo que hoy llamamos el canon occidental. “Los lugares más calientes en el infierno están reservados para aquellos que, en tiempos de gran crisis moral, mantienen su neutralidad, Dante Alighieri”.

Twitter @ArellanoRabiela

Dante y Cervantes: Purgatorio y Rebelión

Investigación de Cuadernos Hispanoamericanos, señalan si no sería demasiado aventurado pensar que el proceso del desencantamiento de Dulcinea y si tiene algo que ver con el eventual descubrimiento de Beatriz en Purgatorio 30. La aparición de Beatriz es una revelación, es decir la revelación, y desencantar a Dulcinea al revelar su verdadero ser, oculto tras el aspecto de tosca labradora que Sancho y le ha creado con sus escalonadas mentiras, que culminan con su figura como travestí. Ambos procesos son graduales y conducen a un descubrimiento en que la incomparable belleza de sus rostros juega un papel fundamental. La belleza de la Dulcinea travestí es doblemente engañosa porque es la de un hombre, el paje, pero éste es bello de todos modos, como ya se vio, admirable a pesar de su falseado sexo. Claro, en el Quijote no se llega a desencantar a Dulcinea, como lamenta el hidalgo a medida que se aproxima a su aldea derrotado. Es una diferencia fundamental entre la novela de Cervantes y la Comedia de Dante; ésta termina en un final apoteósico como no hay otro en la literatura occidental en que todo se resuelve, mientras que el Quijote no tiene otro remate que la recobrada cordura del caballero, que lo separa del mundo literario en que se movía sin que se solucione otra cosa que la conclusión de su demencia y vida. Es imposible no reflexionar sobre la distancia que media entre el universo creado por Dante en la Divina Comedia y el inventado por Cervantes en el Quijote. ¿Cuál es la diferencia fundamental entre los mundos de Dante y Cervantes? Ésta se manifiesta en la inherente divergencia entre la poesía de Dante y la prosa de Cervantes, un dechado de orden, la otra de desorden y hasta caos. Según Erich Auerbach, en su espléndido Mimesis: “Dante tenía un concepto del acontecer histórico que no era como el nuestro en la modernidad, sino un sistema de acontecimientos sobre la tierra en constante conexión con un plan divino, hacia cuya meta se mueve constantemente el acaecer terreno. Esto no debe interpretarse solamente en el sentido de que la sociedad humana en su conjunto se acerca en movimiento progresivo hacia el fin del mundo y la consumación del reino de Dios, en cuyo caso todo suceso estaría enderezado horizontalmente hacia el futuro, sino también en el sentido de una conexión sempiterna e independiente de todo movimiento hacia adelante, entre cada acaecer y cada aparición terrenales y el plan divino, o sea que cada manifestación terrena se refiere, inmediatamente, por medio de una multitud de conexiones verticales al plan de salvación de la Providencia”. En el Quijote ya no hay correspondencia entre las palabras y las cosas, como ha propuesto Michel Foucault: “La escritura y las cosas ya no se asemejan. Entre ellas, Don Quijote vaga a la aventura. Lo más plausible es pensar que Cervantes conoció la obra de Dante, o sus repercusiones en Italia. Tal vez no leyó toda la Divina Comedia, pero sí algunos de sus más importantes pasajes, como el que he comentado aquí. También habrá sabido, por supuesto, de la enorme relevancia del florentino por sus repercusiones entre los escritores italianos del momento. En la segunda parte de el Quijote, que ya sabía era una obra digna de semejante prosapia, se propusiera rescribir algunos de los momentos cimeros de la Divina Comedia, para insertarla en lo que hoy llamamos el canon occidental. “Los lugares más calientes en el infierno están reservados para aquellos que, en tiempos de gran crisis moral, mantienen su neutralidad, Dante Alighieri”.

Twitter @ArellanoRabiela