/ miércoles 19 de octubre de 2022

Materializando Utopías

Con delimitaciones administrativas cada vez más irrelevantes y con la imperiosa necesidad de alcaldes con visión, para obtener líderes de ciudades que puedan crear diálogos inteligentes y no meros protagonistas que basen el poder en el populismo social. Acuérdense el poder pesa, pero el no poder, pesa más.

Gobernar un territorio no es para todos, las nuevas ciudades se construyen con perspectivas más amplias, lo urbano y lo rural comprende diferentes perspectivas, todas con un gran nivel de profesionalismo. La sociedad del conocimiento se encuentra en un cambio de época y no sólo una época de cambios.

Aunque los planes se dan para casi cualquier objetivo, aunque aquellos momentos menos pensados son los que más se disfrutan, pero en temas urbanísticos esto no debe aplicar. Visiones arbitrarias se disminuyen con planes fijados. Decía Le Corbusier “hacer un plano es precisar, fijar ideas, es haber tenido ideas. Es ordenar esas ideas para que se han intangibles, posibles, transmisibles”. Dejando de lado las terapias por el o la tóxica de tu ex, los planes son la herramienta en la que concluye la diagnosis y se plantea la terapia.

Los manuales de ciudad y la arquitectura que los conforma, a veces obsesionados por limitar el tamaño de las unidades urbanas, a veces con tensiones por descentralizar lo existente, buscan una disciplina urbana. Considerando que hice mi tarea, Lewis Mumford autor del plan de Chicago dejaba una vara muy alta a cualquier constructor de ciudades pronunciar que “no hagas planes modestos, porque no tienen capacidad para excitar la mente de los hombres”.

Establecer la conexión entre los planes y su construcción, es ahí el meollo de este asunto. Ya hemos tenido previos dónde las necesidades de alcaldes con visión y acompañados de un equipo que sea capaz de resolver planes para los territorios, ojo no sólo municipios, es la base para transformar la vida por medio de los espacios y la infraestructura. El siguiente paso es observar la estrategia para que lo que en algún momento se planeó, siga a su construcción.

Estrategias como los presupuestos participativos son ejemplos de cómo se va desarrollando la vida orgánica de la propia ciudad, pero sólo aquellos aventurados a comprender que los planes que trascienden son los que contemplan la versatilidad o adaptabilidad a las generaciones futuras y existentes que tienen características como el movimiento y la comunicatividad

No se puede desligar la política de la construcción de la ciudad, el carácter de los territorios necesita encontrar líderes con visión, que permitan entender a los municipios y su gobernanza como un ente que se transforma constantemente, como un territorio que construimos todos.

Con delimitaciones administrativas cada vez más irrelevantes y con la imperiosa necesidad de alcaldes con visión, para obtener líderes de ciudades que puedan crear diálogos inteligentes y no meros protagonistas que basen el poder en el populismo social. Acuérdense el poder pesa, pero el no poder, pesa más.

Gobernar un territorio no es para todos, las nuevas ciudades se construyen con perspectivas más amplias, lo urbano y lo rural comprende diferentes perspectivas, todas con un gran nivel de profesionalismo. La sociedad del conocimiento se encuentra en un cambio de época y no sólo una época de cambios.

Aunque los planes se dan para casi cualquier objetivo, aunque aquellos momentos menos pensados son los que más se disfrutan, pero en temas urbanísticos esto no debe aplicar. Visiones arbitrarias se disminuyen con planes fijados. Decía Le Corbusier “hacer un plano es precisar, fijar ideas, es haber tenido ideas. Es ordenar esas ideas para que se han intangibles, posibles, transmisibles”. Dejando de lado las terapias por el o la tóxica de tu ex, los planes son la herramienta en la que concluye la diagnosis y se plantea la terapia.

Los manuales de ciudad y la arquitectura que los conforma, a veces obsesionados por limitar el tamaño de las unidades urbanas, a veces con tensiones por descentralizar lo existente, buscan una disciplina urbana. Considerando que hice mi tarea, Lewis Mumford autor del plan de Chicago dejaba una vara muy alta a cualquier constructor de ciudades pronunciar que “no hagas planes modestos, porque no tienen capacidad para excitar la mente de los hombres”.

Establecer la conexión entre los planes y su construcción, es ahí el meollo de este asunto. Ya hemos tenido previos dónde las necesidades de alcaldes con visión y acompañados de un equipo que sea capaz de resolver planes para los territorios, ojo no sólo municipios, es la base para transformar la vida por medio de los espacios y la infraestructura. El siguiente paso es observar la estrategia para que lo que en algún momento se planeó, siga a su construcción.

Estrategias como los presupuestos participativos son ejemplos de cómo se va desarrollando la vida orgánica de la propia ciudad, pero sólo aquellos aventurados a comprender que los planes que trascienden son los que contemplan la versatilidad o adaptabilidad a las generaciones futuras y existentes que tienen características como el movimiento y la comunicatividad

No se puede desligar la política de la construcción de la ciudad, el carácter de los territorios necesita encontrar líderes con visión, que permitan entender a los municipios y su gobernanza como un ente que se transforma constantemente, como un territorio que construimos todos.