/ lunes 5 de octubre de 2020

¿Qué son los FIDEICOMISOS?

Acabar con la corrupción, mal que nos ha atormentado desde ya hace muchas décadas, no es sencillo y tampoco se verá de la noche a la mañana, mucho menos cuando no existe una plena coordinación entre los distintos niveles de gobierno (federal, estatal y municipal), los mismos poderes de gobierno (ejecutivo, legislativo y federal) y una sociedad la cual se niega a hacer las cosas bien, sean las razones que sean, se ha llegado a tal grado que este mal se ha hecho algo cotidiano en nuestra vida diaria y, como muchos personajes dicen, hasta cultural se ha vuelto, en fin.

Seguramente la palabra FIDEICOMISO nos ha brincado más de alguna vez en una conversación, noticia o artículo en los últimos meses y es que estos instrumentos se han vuelto tan controversiales por sus malos manejos y, sobre todo, por ser blanco clave en la “lucha” contra la corrupción que ha emprendido la administración federal por órdenes de AMLO.

Pero bien ¿qué son los FIDEICOMISOS? Éstos son instrumentos financieros y legales (contratos) mediante los cuales se busca cumplir algún objetivo previamente establecido.

Éstos instrumentos estarán integrados por tres partes: 1) la primera será el fiduciante, quien transferirá los recursos a un tercero, es decir, el encargado de poner el dinero, 2) después nos encontramos al fiduciario quien será el responsable del manejo de este “fondo” (FIDEICOMISO) y, por último, 3) el fideicomisario es la persona a la que le corresponde beneficiarse del fideicomiso, es decir, la persona a la que serán entregados estos recursos (una parte o su totalidad) una vez cumplidas las condiciones previamente establecidas.

Para tratar de esclarecer de una mejor manera usaré un ejemplo más cotidiano del uso de un FIDEICOMISO; un fondo para la educación universitaria de nuestros hijos, una gran herramienta de largo plazo que en los últimos años ha logrado posicionarse debido a su gran utilidad. En ésta nosotros depositaremos de manera periódica durante varios (muchos) años cierta cantidad a la institución financiera donde se encuentre nuestro FIDEICOMISO, éste a su vez será administrado por la institución financiera pertinente, el dinero que se vaya acumulando también irá generando rendimientos que nos ayudarán a lograr la cantidad fijada en un menor tiempo o con depósitos de menor cantidad, una vez llegada la fecha pactada en el contrato el dinero que se haya acumulado será entregado a nuestro hijo o hija para el pago de su educación universitaria, lo interesante es que nosotros podremos fijar condiciones para que el dinero sea entregado.

En esta ocasión, 109 fueron los FIDEICOMISOS que el presidente ordenó eliminar ya que, según declaraciones, estos carecían de controles y estaban repletos de abusos por lo que las secretarías y entidades correspondientes deberán realizar los procesos y la tramitología para poder cumplir la orden emanada desde palacio nacional. De esa larga lista, destacan los siguientes: el Fondo de Cooperación Internacional en Ciencia y Tecnología, Fondo de Innovación Tecnológica de la Secretaría de Economía, Fondo Sectorial Conacyt-Secretaría de Energía, Fondo de Desastres Naturales, Fondo de Financiera Rural, Fideicomiso Fondo de Inversión y Estímulos al Cine (Fidecine), Fondo Sectorial para la Innovación, Fondo para el Deporte de Alto Rendimiento, entre otros.

Muchas de las discusiones van más dirigidas a la acción de, por un decreto, ordenar eliminar o liquidar estos FIDEICOMISOS, y sí, es un acto de autoridad (misma que él tiene por ser el presidente) sin embargo, muchos de los beneficiarios podrían quedar descobijados ya que muchos dependen de estas transferencias que el gobierno hace, ése es el problema, no podemos negar que haya habido bastante corrupción en estos instrumentos, muchos de ellos pareciera eran a uso discrecional de los responsables, sin embargo, sigue la duda de cómo hará el gobierno para no dejar sin recursos a los beneficiarios de los FIDEICOMISOS.

Como conclusión, los FIDEICOMISOS son una muy buena herramienta siempre y cuando sea bajo cierta normatividad para lograr su objetivo, de lo contrario nos encontramos con FIDEICOMISOS que serán exprimidos por quien los controla, pues al no haber reglas de operación, condicionamientos y estar a cargo de gente corrupta se estará generando un gran daño a los supuestos beneficiarios.

Acabar con la corrupción, mal que nos ha atormentado desde ya hace muchas décadas, no es sencillo y tampoco se verá de la noche a la mañana, mucho menos cuando no existe una plena coordinación entre los distintos niveles de gobierno (federal, estatal y municipal), los mismos poderes de gobierno (ejecutivo, legislativo y federal) y una sociedad la cual se niega a hacer las cosas bien, sean las razones que sean, se ha llegado a tal grado que este mal se ha hecho algo cotidiano en nuestra vida diaria y, como muchos personajes dicen, hasta cultural se ha vuelto, en fin.

Seguramente la palabra FIDEICOMISO nos ha brincado más de alguna vez en una conversación, noticia o artículo en los últimos meses y es que estos instrumentos se han vuelto tan controversiales por sus malos manejos y, sobre todo, por ser blanco clave en la “lucha” contra la corrupción que ha emprendido la administración federal por órdenes de AMLO.

Pero bien ¿qué son los FIDEICOMISOS? Éstos son instrumentos financieros y legales (contratos) mediante los cuales se busca cumplir algún objetivo previamente establecido.

Éstos instrumentos estarán integrados por tres partes: 1) la primera será el fiduciante, quien transferirá los recursos a un tercero, es decir, el encargado de poner el dinero, 2) después nos encontramos al fiduciario quien será el responsable del manejo de este “fondo” (FIDEICOMISO) y, por último, 3) el fideicomisario es la persona a la que le corresponde beneficiarse del fideicomiso, es decir, la persona a la que serán entregados estos recursos (una parte o su totalidad) una vez cumplidas las condiciones previamente establecidas.

Para tratar de esclarecer de una mejor manera usaré un ejemplo más cotidiano del uso de un FIDEICOMISO; un fondo para la educación universitaria de nuestros hijos, una gran herramienta de largo plazo que en los últimos años ha logrado posicionarse debido a su gran utilidad. En ésta nosotros depositaremos de manera periódica durante varios (muchos) años cierta cantidad a la institución financiera donde se encuentre nuestro FIDEICOMISO, éste a su vez será administrado por la institución financiera pertinente, el dinero que se vaya acumulando también irá generando rendimientos que nos ayudarán a lograr la cantidad fijada en un menor tiempo o con depósitos de menor cantidad, una vez llegada la fecha pactada en el contrato el dinero que se haya acumulado será entregado a nuestro hijo o hija para el pago de su educación universitaria, lo interesante es que nosotros podremos fijar condiciones para que el dinero sea entregado.

En esta ocasión, 109 fueron los FIDEICOMISOS que el presidente ordenó eliminar ya que, según declaraciones, estos carecían de controles y estaban repletos de abusos por lo que las secretarías y entidades correspondientes deberán realizar los procesos y la tramitología para poder cumplir la orden emanada desde palacio nacional. De esa larga lista, destacan los siguientes: el Fondo de Cooperación Internacional en Ciencia y Tecnología, Fondo de Innovación Tecnológica de la Secretaría de Economía, Fondo Sectorial Conacyt-Secretaría de Energía, Fondo de Desastres Naturales, Fondo de Financiera Rural, Fideicomiso Fondo de Inversión y Estímulos al Cine (Fidecine), Fondo Sectorial para la Innovación, Fondo para el Deporte de Alto Rendimiento, entre otros.

Muchas de las discusiones van más dirigidas a la acción de, por un decreto, ordenar eliminar o liquidar estos FIDEICOMISOS, y sí, es un acto de autoridad (misma que él tiene por ser el presidente) sin embargo, muchos de los beneficiarios podrían quedar descobijados ya que muchos dependen de estas transferencias que el gobierno hace, ése es el problema, no podemos negar que haya habido bastante corrupción en estos instrumentos, muchos de ellos pareciera eran a uso discrecional de los responsables, sin embargo, sigue la duda de cómo hará el gobierno para no dejar sin recursos a los beneficiarios de los FIDEICOMISOS.

Como conclusión, los FIDEICOMISOS son una muy buena herramienta siempre y cuando sea bajo cierta normatividad para lograr su objetivo, de lo contrario nos encontramos con FIDEICOMISOS que serán exprimidos por quien los controla, pues al no haber reglas de operación, condicionamientos y estar a cargo de gente corrupta se estará generando un gran daño a los supuestos beneficiarios.