/ miércoles 13 de enero de 2021

DROs ¿Club de Toby o Chivos Expiatorios?

DRO, quizás los hayas escuchado nombrar cuando construiste tu casa o cuando fuiste a solicitar el permiso de construcción, o quizá cuando han encarcelado a más de uno por derrumbes o faltas graves en la construcción. Más vale que lo sepas, siempre que construyas, remodeles, anexes o demuelas, necesitas de un permiso de construcción que te da tu administración municipal.

Según el código territorial para el municipio y los estados de Guanajuato los Directores Responsables de Obra son los peritos que otorgan su responsiva contratados por los propietarios, responsables o incluso un tercer constructor que quizá no cuente con esta licencia para poder construir, en palabras más simples, el DRO si bien es un trabajo que pocos pueden ostentar en cada municipio y puede ser muy bien remunerado, siempre corre el riesgo de que si no se hacen conforme a la norma las construcciones, puede terminar tras las rejas.

Existe un debate sobre si es necesario que los profesionistas deban convertirse en un DRO, a final del día pareciera que la autoridad busca más atribuciones para controlar, autorizar y vigilar la utilización del suelo, y si, de hecho así es, lo dice la ley. A raíz del sismo del 85 se evidenció la falta de profesionales en el área de la construcción, más aún con el reciente caso de la escuela Rebramen la cual no contaba con todos los permisos de obra y la construcción final no correspondía con lo autorizado.

Desde municipios como Apaseo el Grande, en que para tramitar la licencia sólo es necesario una carta recomendación, currículum y cedula profesional, hasta Dolores Hidalgo el cuál no es de forma permanente, se abre un espacio sólo cada tres años y además de los requisitos básicos se realiza un examen verbal y escrito. Pasando por la ciudad de Leon que desde 1963 son los mismos profesionistas quienes dan esta licencia en una comisión integrada también con miembros de la administración municipal.

Para el bajío, con una gran demanda de construcción industrial, comercial o de vivienda, los DRO se han convertido en un mero trámite o peor aún se han prostituido como un chivo expiatorio. Si bien es una gran de oportunidad para el gremio, deben ser los ayuntamientos a partir de sus reglamentos los primeros en proponerlo y no depender de buenas obras que parecen malas de las direcciones de desarrollo urbano que solicitan un sinnúmero de extras a lo que los reglamentos municipales dictan.

¿Vale la pena tener una comisión en conjunto de profesionistas y de autoridades para poder otorgar estas licencias? ¿Se puede convertir en un exclusivo club de Toby quienes monopolicen la construcción de cada municipio? Lo que si hace falta son profesionistas profesionales que aseguren un andamiaje para la calidad donde se pueda evidenciar la solvencia técnica y así mejorar el territorio de todos.

DRO, quizás los hayas escuchado nombrar cuando construiste tu casa o cuando fuiste a solicitar el permiso de construcción, o quizá cuando han encarcelado a más de uno por derrumbes o faltas graves en la construcción. Más vale que lo sepas, siempre que construyas, remodeles, anexes o demuelas, necesitas de un permiso de construcción que te da tu administración municipal.

Según el código territorial para el municipio y los estados de Guanajuato los Directores Responsables de Obra son los peritos que otorgan su responsiva contratados por los propietarios, responsables o incluso un tercer constructor que quizá no cuente con esta licencia para poder construir, en palabras más simples, el DRO si bien es un trabajo que pocos pueden ostentar en cada municipio y puede ser muy bien remunerado, siempre corre el riesgo de que si no se hacen conforme a la norma las construcciones, puede terminar tras las rejas.

Existe un debate sobre si es necesario que los profesionistas deban convertirse en un DRO, a final del día pareciera que la autoridad busca más atribuciones para controlar, autorizar y vigilar la utilización del suelo, y si, de hecho así es, lo dice la ley. A raíz del sismo del 85 se evidenció la falta de profesionales en el área de la construcción, más aún con el reciente caso de la escuela Rebramen la cual no contaba con todos los permisos de obra y la construcción final no correspondía con lo autorizado.

Desde municipios como Apaseo el Grande, en que para tramitar la licencia sólo es necesario una carta recomendación, currículum y cedula profesional, hasta Dolores Hidalgo el cuál no es de forma permanente, se abre un espacio sólo cada tres años y además de los requisitos básicos se realiza un examen verbal y escrito. Pasando por la ciudad de Leon que desde 1963 son los mismos profesionistas quienes dan esta licencia en una comisión integrada también con miembros de la administración municipal.

Para el bajío, con una gran demanda de construcción industrial, comercial o de vivienda, los DRO se han convertido en un mero trámite o peor aún se han prostituido como un chivo expiatorio. Si bien es una gran de oportunidad para el gremio, deben ser los ayuntamientos a partir de sus reglamentos los primeros en proponerlo y no depender de buenas obras que parecen malas de las direcciones de desarrollo urbano que solicitan un sinnúmero de extras a lo que los reglamentos municipales dictan.

¿Vale la pena tener una comisión en conjunto de profesionistas y de autoridades para poder otorgar estas licencias? ¿Se puede convertir en un exclusivo club de Toby quienes monopolicen la construcción de cada municipio? Lo que si hace falta son profesionistas profesionales que aseguren un andamiaje para la calidad donde se pueda evidenciar la solvencia técnica y así mejorar el territorio de todos.