/ jueves 18 de octubre de 2018

El Ingenioso Hidalgo

La primera premisa es ¿qué es lo normal o desde el punto de vista de quién? Siempre se nos dice qué debemos de hacer, pero podríamos hacer cosas diferentes en aras de buscar nuevas respuestas y es que a veces no hacer es hacer, puede ser incluso la mejor decisión. Buscamos la congruencia en cada uno de nuestros actos, buscamos la consistencia en nuestro comportamiento, buscamos a la par flexibilidad en nuestra conducta. En nuestro afán de buscar una explicación a todo lo que pensamos (y por ende a todo lo que sentimos), nos convertimos en seres automatizados y no es lo más adecuado, ya que ser autómata transgrede nuestros propios límites, los autoimpuestos, nos colgamos al límite de velocidad comportamental. ¿dónde queda la espontaneidad? ¿dónde ese ápice de locura? ¿dónde esa descarga de hormonas que nos regala una moderada transgresión a nuestras auto limitaciones? De las locuras aquí algunos inventos por accidente como por ejemplo los Rayos X, ya que en 1896, el físico Wilhelm Conrad Roentgen había descubierto la relación entre unos extraños rayos catódicos que atravesaban papel y metales y la emulsión fotográfica. Es por esto que se decidió a experimentar con humanos. Le pidió a su esposa que colocase la mano durante quince minutos sobre la placa de cristal que había creado. Al revelar la misma, apareció una imagen histórica: las falanges de la mano de Berta con su anillo de bodas. Esta fue la primera imagen radiográfica del cuerpo humano y aquí nace la Radiología. Otro fue La Viagra, pastilla azul que llena de esperanzas a los hombres con el deseo sexual en horas bajas fue diseñada para su uso en la hipertensión arterial y la angina de pecho. Pero para sorpresa de los científicos del Hospital de Morriston, en Gales, durante los primeros ensayos con la pastilla se comprobó que tenía un ligero efecto en la agina pero que tenía unos efectos potentes en la erección del pene. Es por esto que los laboratorios Pfizer decidieron comercializar el producto y patentarlo en 1996. De este modo, la pastilla se convirtió en un éxito en ventas entre 1999 y 2001 en Estados Unidos, primer país en el que se comercializó. Los fuegos artificiales, ya que existen varias teorías sobre el descubrimiento de la pólvora y los fuegos artificiales. Una de las más populares es la de que hace 2000 años un cocinero chino utilizó para hacer fuego al aire libre una mezcla con ácido sulfúrico, salitre y carbón vegetal. Al juntar estos elementos, se produjo una explosión que después comprimiría en un tubo de bambú, origen por tanto de los fuegos artificiales, que eran utilizados para espantar a los malos espíritus en ritos como el matrimonio. Los Post- it, en 1970, el químico Spencer Silver estaba realizando unos ensayos para conseguir un pegamento potente pero solo consiguió un simple adhesivo que más tarde usaría un colega suyo para pegar los puntos de libro usados en el cantoral de la iglesia en cuyo coro participaba. En este momento nacieron los Post-it. El Teflón

En 1930, Roy Plunkett, un investigador que trabajaba en la empresa DuPont, descubrió el teflón o politrafluoretileno por casualidad mientras realizaba ensayos con sustancias refrigerantes. El científico y un compañero almacenaron tetrafluoroetileno (TFE) en unos cilindros a presión que fueron sumergidos en hielo seco. Cuando abrieron los tubos, descubrieron que en las paredes había una sustancia blanca y cerosa, lo que después se denominaría teflón, material usado para revestimientos de aviones, cohetes y naves espaciales, además de ser el material estrella para las sartenes. El horno de microondas, fue descubierto en 1946 por accidente después de que el ingeniero Percy Spencer, de la Raytheon Corporation, estaba probando un tuvo llamado magnetrón cuando descubrió que la chocolatina que tenía en el bolsillo se había derretido. Posteriormente puso el tubo cerca de otros alimentos y se dio cuenta de que en pocos minutos se cocinaban gracias a las ondas de baja densidad emitidas por el cilindro. Metió esta energía en una caja que calentaba cualquier alimento que se introducía en la misma. Spencer había creado un invento revolucionario en las cocinas de medio mundo: el microondas. Cervantes visualizaba a un loco demasiado cuerdo para luchar por la justicia, contra sus molinos de viento, ¿Cómo reinventar al caballero andante que sea considerado un loco por acabar con la corrupción e impunidad en nuestro país? “En el amor siempre hay algo de locura, más en la locura siempre hay algo de razón, Friedrich Nietzsche”


La primera premisa es ¿qué es lo normal o desde el punto de vista de quién? Siempre se nos dice qué debemos de hacer, pero podríamos hacer cosas diferentes en aras de buscar nuevas respuestas y es que a veces no hacer es hacer, puede ser incluso la mejor decisión. Buscamos la congruencia en cada uno de nuestros actos, buscamos la consistencia en nuestro comportamiento, buscamos a la par flexibilidad en nuestra conducta. En nuestro afán de buscar una explicación a todo lo que pensamos (y por ende a todo lo que sentimos), nos convertimos en seres automatizados y no es lo más adecuado, ya que ser autómata transgrede nuestros propios límites, los autoimpuestos, nos colgamos al límite de velocidad comportamental. ¿dónde queda la espontaneidad? ¿dónde ese ápice de locura? ¿dónde esa descarga de hormonas que nos regala una moderada transgresión a nuestras auto limitaciones? De las locuras aquí algunos inventos por accidente como por ejemplo los Rayos X, ya que en 1896, el físico Wilhelm Conrad Roentgen había descubierto la relación entre unos extraños rayos catódicos que atravesaban papel y metales y la emulsión fotográfica. Es por esto que se decidió a experimentar con humanos. Le pidió a su esposa que colocase la mano durante quince minutos sobre la placa de cristal que había creado. Al revelar la misma, apareció una imagen histórica: las falanges de la mano de Berta con su anillo de bodas. Esta fue la primera imagen radiográfica del cuerpo humano y aquí nace la Radiología. Otro fue La Viagra, pastilla azul que llena de esperanzas a los hombres con el deseo sexual en horas bajas fue diseñada para su uso en la hipertensión arterial y la angina de pecho. Pero para sorpresa de los científicos del Hospital de Morriston, en Gales, durante los primeros ensayos con la pastilla se comprobó que tenía un ligero efecto en la agina pero que tenía unos efectos potentes en la erección del pene. Es por esto que los laboratorios Pfizer decidieron comercializar el producto y patentarlo en 1996. De este modo, la pastilla se convirtió en un éxito en ventas entre 1999 y 2001 en Estados Unidos, primer país en el que se comercializó. Los fuegos artificiales, ya que existen varias teorías sobre el descubrimiento de la pólvora y los fuegos artificiales. Una de las más populares es la de que hace 2000 años un cocinero chino utilizó para hacer fuego al aire libre una mezcla con ácido sulfúrico, salitre y carbón vegetal. Al juntar estos elementos, se produjo una explosión que después comprimiría en un tubo de bambú, origen por tanto de los fuegos artificiales, que eran utilizados para espantar a los malos espíritus en ritos como el matrimonio. Los Post- it, en 1970, el químico Spencer Silver estaba realizando unos ensayos para conseguir un pegamento potente pero solo consiguió un simple adhesivo que más tarde usaría un colega suyo para pegar los puntos de libro usados en el cantoral de la iglesia en cuyo coro participaba. En este momento nacieron los Post-it. El Teflón

En 1930, Roy Plunkett, un investigador que trabajaba en la empresa DuPont, descubrió el teflón o politrafluoretileno por casualidad mientras realizaba ensayos con sustancias refrigerantes. El científico y un compañero almacenaron tetrafluoroetileno (TFE) en unos cilindros a presión que fueron sumergidos en hielo seco. Cuando abrieron los tubos, descubrieron que en las paredes había una sustancia blanca y cerosa, lo que después se denominaría teflón, material usado para revestimientos de aviones, cohetes y naves espaciales, además de ser el material estrella para las sartenes. El horno de microondas, fue descubierto en 1946 por accidente después de que el ingeniero Percy Spencer, de la Raytheon Corporation, estaba probando un tuvo llamado magnetrón cuando descubrió que la chocolatina que tenía en el bolsillo se había derretido. Posteriormente puso el tubo cerca de otros alimentos y se dio cuenta de que en pocos minutos se cocinaban gracias a las ondas de baja densidad emitidas por el cilindro. Metió esta energía en una caja que calentaba cualquier alimento que se introducía en la misma. Spencer había creado un invento revolucionario en las cocinas de medio mundo: el microondas. Cervantes visualizaba a un loco demasiado cuerdo para luchar por la justicia, contra sus molinos de viento, ¿Cómo reinventar al caballero andante que sea considerado un loco por acabar con la corrupción e impunidad en nuestro país? “En el amor siempre hay algo de locura, más en la locura siempre hay algo de razón, Friedrich Nietzsche”