/ viernes 19 de julio de 2019

Ingenioso Hidalgo

Como entender al Quijote

El Quijote es una obra de difícil de entender por muchos factores, su narración, el significado de las palabras, el mensaje subliminal, siendo importante tener bases para disfrutar más su riqueza cultural. Durante 20 años, el poeta español Andrés Trapiello emprendió la quijotesca aventura de traducir la obra de Cervantes a un español comprensible para los lectores de la actualidad. Trapiello, estudió bachillerato interno en un colegio de dominicos y el PREU con los maristas de Palencia. Tras un viaje a Marsella, donde trabajó como camarero, ingresó a fines de 1970 en un monasterio dominico de Caleruega (Burgos), pero fue expulsado a los dos meses por descreído y por rechazar la autoflagelación. Después cursó la carrera de filología en la Universidad de Valladolid. Una de sus grandes metas fue analizar la majestuosa obra de Cervantes de una manera más sencilla, a efecto de que cualquier persona entendiera sus enseñanzas. En su trabajo, cada dos por tres, tropezaba con líneas como esta: “Esto me parece argado sobre argado, y no miel sobre hojuelas. Bueno sería que tras pellizcos y alfilerazos viniesen ahora los azotes” ¿significado? como generaciones de lectores lo han intentado y la gran mayoría, con la fuerza de voluntad hecha escombros, terminaron por abandonar el libro. Trapiello ayuda a traducir la frase: “Me parece que llueve sobre mojado, y no miel sobre hojuelas, replicó Sancho. Estaría bueno que tras pellizcos, sopapos y alfilerazos viniesen ahora los azotes”. ¿Estás entre aquellos que alguna vez intentaron leer el Quijote y se sintieron derrotados? Las versiones más comunes del Quijote, esas que se usan todavía en muchos colegios de España y Latinoamérica, suelen tener más de mil notas a pie de página para explicarle al lector los modismos caídos en desuso, algunas tan largas como páginas enteras. “Muchas veces te he aconsejado que no seas tan pródigo en refranes, y que te vayas a la mano en decirlos, pero paréceme que es predicar en el desierto, y castígame madre, y yo trómpogelas”. No te molestes en buscar esta última palabra en el diccionario: ya no existe. “Hay millones de españoles e hispanohablantes que no es que no quieran (lo han intentado cien veces), es que no pueden leerlo, y abandonan, porque el Quijote está escrito en una lengua que ni hablamos ni, a menudo, entendemos”, La frase, que corresponde al capítulo 67 de la segunda parte del Quijote, debería entenderse así: “Muchas veces te he aconsejado que no seas tan pródigo en refranes, y que te sujetes, pero me parece que es predicar en el desierto, y ríñeme mi madre, por un oído me entra y por otro me sale”. La estructura del castellano no parece haber cambiado tanto desde los tiempos de Cervantes, pero muchas de las expresiones y las palabras que entonces eran comunes cambiaron o desaparecieron con los siglos. “Los días de entre semana se honraba ‘con su vellorí más fino'”, dice Cervantes de Alonso Quijano, el popular Don Quijote. Hoy se diría: “Con un traje pardo de lo más fino”. “Adarga antigua” es hoy lo que llamaríamos un escudo antiguo y decir que harás algo “de halgas o por mangas” significa que lo conseguirás de “una forma u otra”. El periódico de la mañana, los anuncios de publicidad por la calle o este mismo artículo, terminarán por requerir los oficios de un futuro y paciente traductor que se embarque en la quijotesca aventura de entendernos. De esta manera debemos de tomar en cuenta una interpretación literaria bajo una óptica histórica, gramatical, sistemática, filosófica, antropológica y social para conocer todo el contexto. Es una obra de enorme riqueza cultural que utilizando estas herramientas se constituye como un código deontológico de vida y de actuar. “Saber la diferencia entre lo que tienes derecho de hacer y lo que es correcto hacer, Potter Stewart”. Twitter: @ArellanoRabiela

Como entender al Quijote

El Quijote es una obra de difícil de entender por muchos factores, su narración, el significado de las palabras, el mensaje subliminal, siendo importante tener bases para disfrutar más su riqueza cultural. Durante 20 años, el poeta español Andrés Trapiello emprendió la quijotesca aventura de traducir la obra de Cervantes a un español comprensible para los lectores de la actualidad. Trapiello, estudió bachillerato interno en un colegio de dominicos y el PREU con los maristas de Palencia. Tras un viaje a Marsella, donde trabajó como camarero, ingresó a fines de 1970 en un monasterio dominico de Caleruega (Burgos), pero fue expulsado a los dos meses por descreído y por rechazar la autoflagelación. Después cursó la carrera de filología en la Universidad de Valladolid. Una de sus grandes metas fue analizar la majestuosa obra de Cervantes de una manera más sencilla, a efecto de que cualquier persona entendiera sus enseñanzas. En su trabajo, cada dos por tres, tropezaba con líneas como esta: “Esto me parece argado sobre argado, y no miel sobre hojuelas. Bueno sería que tras pellizcos y alfilerazos viniesen ahora los azotes” ¿significado? como generaciones de lectores lo han intentado y la gran mayoría, con la fuerza de voluntad hecha escombros, terminaron por abandonar el libro. Trapiello ayuda a traducir la frase: “Me parece que llueve sobre mojado, y no miel sobre hojuelas, replicó Sancho. Estaría bueno que tras pellizcos, sopapos y alfilerazos viniesen ahora los azotes”. ¿Estás entre aquellos que alguna vez intentaron leer el Quijote y se sintieron derrotados? Las versiones más comunes del Quijote, esas que se usan todavía en muchos colegios de España y Latinoamérica, suelen tener más de mil notas a pie de página para explicarle al lector los modismos caídos en desuso, algunas tan largas como páginas enteras. “Muchas veces te he aconsejado que no seas tan pródigo en refranes, y que te vayas a la mano en decirlos, pero paréceme que es predicar en el desierto, y castígame madre, y yo trómpogelas”. No te molestes en buscar esta última palabra en el diccionario: ya no existe. “Hay millones de españoles e hispanohablantes que no es que no quieran (lo han intentado cien veces), es que no pueden leerlo, y abandonan, porque el Quijote está escrito en una lengua que ni hablamos ni, a menudo, entendemos”, La frase, que corresponde al capítulo 67 de la segunda parte del Quijote, debería entenderse así: “Muchas veces te he aconsejado que no seas tan pródigo en refranes, y que te sujetes, pero me parece que es predicar en el desierto, y ríñeme mi madre, por un oído me entra y por otro me sale”. La estructura del castellano no parece haber cambiado tanto desde los tiempos de Cervantes, pero muchas de las expresiones y las palabras que entonces eran comunes cambiaron o desaparecieron con los siglos. “Los días de entre semana se honraba ‘con su vellorí más fino'”, dice Cervantes de Alonso Quijano, el popular Don Quijote. Hoy se diría: “Con un traje pardo de lo más fino”. “Adarga antigua” es hoy lo que llamaríamos un escudo antiguo y decir que harás algo “de halgas o por mangas” significa que lo conseguirás de “una forma u otra”. El periódico de la mañana, los anuncios de publicidad por la calle o este mismo artículo, terminarán por requerir los oficios de un futuro y paciente traductor que se embarque en la quijotesca aventura de entendernos. De esta manera debemos de tomar en cuenta una interpretación literaria bajo una óptica histórica, gramatical, sistemática, filosófica, antropológica y social para conocer todo el contexto. Es una obra de enorme riqueza cultural que utilizando estas herramientas se constituye como un código deontológico de vida y de actuar. “Saber la diferencia entre lo que tienes derecho de hacer y lo que es correcto hacer, Potter Stewart”. Twitter: @ArellanoRabiela