/ viernes 24 de febrero de 2023

Rompiendo Paradigmas

Juzgar es deliberar acerca de un asunto o de las acciones de una persona y emitir sentencia o dictamen sobre ello, qué tal, cuántas veces no lo has hecho, se ha vuelto tan frecuente, tan común y quizás cotidiano el hecho de que seamos capaces de juzgar a alguien sin conocer el contexto, sin conocer el por qué y muchas veces sin ni siquiera conocer a la persona.

En qué momento nos permitimos hacer un señalamiento o decir una aseveración, sin nisiquiera tener a la mano los hechos y datos de la situación, igual nos sucede en el trabajo, en nuestro hogar, con nuestra familia o a veces hasta nosotros mismos.

Desde un concepto psicológico y hasta un tanto filosófico, somos seres independientes, con una personalidad diferente unos a otros, con un entorno específico y expuestos a ciertas experiencias muy diferentes, esto nos hace ser distintos y es esta particularidad la que nos permite llegar a juzgar.

Algunas veces quien juzga está diciendo más sobre sí mismo, es decir, si yo digo que alguien tiene un carácter explosivo, habría que hacer una introspección y saber cuándo yo tengo un carácter explosivo.

Antes de juzgar deberíamos de darnos la oportunidad de escuchar, somos seres interpersonales, requerimos de las relaciones para subsistir, cuando tratamos con personas, es importante escuchar su historia, su situación, lo que menos puedo hacer es juzgar, necesito preguntar y conocer el contexto, el entorno y el por qué de la situación, lo más fácil es inmediatamente generar una etiqueta.

Lo cierto es que mis gustos no son los mismos que los tuyos, seguramente no actúo cómo tú actuarías en mi lugar y muy probablemente, a mí no me afectan las cosas de la misma manera que a ti, básicamente no soy tú, y desde esa reflexión entenderemos que no podemos ir por la vida señalando a las personas que nos rodean.

Hace poco leí una frase que me encantó: “sabes mi nombre, pero no sabes mi historia”, y así es, no puedes ir por la vida juzgando a tu alrededor, juzgar es como un volado, a ver qué pasa o qué suerte tiene el otro con mis comentarios, evítalo y mejor involúcrate, escucha y apoya.


Juzgar es deliberar acerca de un asunto o de las acciones de una persona y emitir sentencia o dictamen sobre ello, qué tal, cuántas veces no lo has hecho, se ha vuelto tan frecuente, tan común y quizás cotidiano el hecho de que seamos capaces de juzgar a alguien sin conocer el contexto, sin conocer el por qué y muchas veces sin ni siquiera conocer a la persona.

En qué momento nos permitimos hacer un señalamiento o decir una aseveración, sin nisiquiera tener a la mano los hechos y datos de la situación, igual nos sucede en el trabajo, en nuestro hogar, con nuestra familia o a veces hasta nosotros mismos.

Desde un concepto psicológico y hasta un tanto filosófico, somos seres independientes, con una personalidad diferente unos a otros, con un entorno específico y expuestos a ciertas experiencias muy diferentes, esto nos hace ser distintos y es esta particularidad la que nos permite llegar a juzgar.

Algunas veces quien juzga está diciendo más sobre sí mismo, es decir, si yo digo que alguien tiene un carácter explosivo, habría que hacer una introspección y saber cuándo yo tengo un carácter explosivo.

Antes de juzgar deberíamos de darnos la oportunidad de escuchar, somos seres interpersonales, requerimos de las relaciones para subsistir, cuando tratamos con personas, es importante escuchar su historia, su situación, lo que menos puedo hacer es juzgar, necesito preguntar y conocer el contexto, el entorno y el por qué de la situación, lo más fácil es inmediatamente generar una etiqueta.

Lo cierto es que mis gustos no son los mismos que los tuyos, seguramente no actúo cómo tú actuarías en mi lugar y muy probablemente, a mí no me afectan las cosas de la misma manera que a ti, básicamente no soy tú, y desde esa reflexión entenderemos que no podemos ir por la vida señalando a las personas que nos rodean.

Hace poco leí una frase que me encantó: “sabes mi nombre, pero no sabes mi historia”, y así es, no puedes ir por la vida juzgando a tu alrededor, juzgar es como un volado, a ver qué pasa o qué suerte tiene el otro con mis comentarios, evítalo y mejor involúcrate, escucha y apoya.