/ lunes 15 de enero de 2024

Elecciones, A La Carta

ELECCIONES, A LA CARTA.

Hay nada más, en el menú electoral, dos sopas. ¿Cuál prefieren ustedes estimados lectores de cualquier género? Bueno, primero, feliz año nuevo. Espero que los Reyes Magos, hayan sido, como siempre generosos, sin importar si hubo buena conducta. Así es la cosa. Pero, por desgracia, en las elecciones que se avecinan, no impera ni la buena voluntad de algún santificado monarca, ni la buena conducta de quienes creen merecen ser candidatos, y claro, sin haber sido seleccionados por los ciudadanos con interés en ello -qué, sí los hay-. Y menos aún, del forzado, oneroso y gratuito “inquilino” de Palacio.

Ya fuera de la emoción navideña, de sus fiestas y sin olvidar que también, hubo desgracias humanas de gran calado, tanto aquí en esta lastimada ciudad, como nuestros vecinos al Sur, en la tierra de las buenas guayabas. Alguien me dijo: “Ni cómo ayudar”. Refiriéndose a la impunidad, a la desfachatez y estupidez de autoridades (in)competentes. Trago largo y amargo, sí. No sólo es obligación del gobierno federal y no es que exonere a rajatabla al preciso. No. Pero, hay otras autoridades obligadas a dar una respuesta, a garantizar, a proteger, o al menos tomar medidas preventivas para los ciudadanos; así como tales funcionarios, son puntuales para cobrar sus emolumentos y conseguir fondos para sus fines, igual deben dar satisfacción a la sociedad en general y, a las familias en particular -igual, victimas, no victimarios, como los califica YSQ, lo que quiere decir que son, las víctimas al revés, sujetos activos de un delito de homicidio o lesiones físicas-.

Continuidad, continuismo. ¿Es lo mismo? Dejo -como ahora se usa- la respuesta a la IA, en aras de la neutralidad: “La continuidad se refiere a la unión natural que tienen entre sí las partes del Continuo, y la cualidad o condición de las funciones o transformaciones continuas. Por otro lado, el continuismo es la forma en que el poder de un político, de un régimen, de un sistema, etc., se prolonga en el tiempo sin señales de cambio o renovación.” Así, mis estimados, en la 4T, su candidata única, habla de continuidad y miente, porque se trata de continuismo. Son los hechos, no invento nada, ni es producto de mi exótica imaginación -dicho, por si acaso-. Luego, conviene reflexionar: ¿Nos tildan de tarugos, como electores?

Y, del otro lado ¿Qué ofrecen? ¿Casi como la propaganda del Dr. Simi? “No es lo mismo, pero es igual”. Veamos. Son acusados de regresionistas, pero no en el sentido del psicoanálisis de Freud: Mecanismo de defensa que vuelve, a momentos anteriores del desarrollo, es decir, a la etapa infantil. No, no se trata de eso. En Palacio, quieren decir, que se regresaría a tiempos nefastos del neoliberalismo, del salinismo, del foxismo, del calderonismo, ¡Uf! No alcanza el aliento para decirlo de corridito. Ah y de la corrupción, “que ya se acabó”. Lo cierto es que Xóchilt, un tanto y extrañamente contenida -eso se espera, por los “nuevos esperanzados” (Sí, de risa, dicen que la esperanza, ya cambió de dueño o algo parecido), guarda en su morral todo un proyecto, una nueva o renovada manera de hacer las cosas de la política. En fin. Por mí, está por verse y, lo digo por una cosa tan simple y previsible: Los jerarcas de los Partidos “aliados”, por lo pronto, les interesa su propia supervivencia, no que gane Xóchilt, y ya tienen en su morral o zurrón -a colación de la canción navideña, de los pastorcitos-, sus regalos, digo, candidaturas y de paso, pagando algunas facturas. La feroz lucha está, eso sí, para ganar más curules federales. Lo demás, será lo que escurra.


LA CONDICIÓN SINE QUA NON: La obligación y la responsabilidad de funcionarios varios, en sus relativas competencias y mandatos, no ha sido cumplida. La sociedad sigue en peligro, la delincuencia en su apogeo y parece que no habrá quien los contenga. Tanto dinero público según para paliar al crimen y sus efectos, al final inútil en el resultado, opaco sin rendición de cuentas, ni transparencia. Y sí, hay dos sopas para el ciudadano: Votar, por quien, o, no votar. Esto último, no ejercer el sufragio, es muy lamentable, como pernicioso. Es lo que hay. Cuídense.

ELECCIONES, A LA CARTA.

Hay nada más, en el menú electoral, dos sopas. ¿Cuál prefieren ustedes estimados lectores de cualquier género? Bueno, primero, feliz año nuevo. Espero que los Reyes Magos, hayan sido, como siempre generosos, sin importar si hubo buena conducta. Así es la cosa. Pero, por desgracia, en las elecciones que se avecinan, no impera ni la buena voluntad de algún santificado monarca, ni la buena conducta de quienes creen merecen ser candidatos, y claro, sin haber sido seleccionados por los ciudadanos con interés en ello -qué, sí los hay-. Y menos aún, del forzado, oneroso y gratuito “inquilino” de Palacio.

Ya fuera de la emoción navideña, de sus fiestas y sin olvidar que también, hubo desgracias humanas de gran calado, tanto aquí en esta lastimada ciudad, como nuestros vecinos al Sur, en la tierra de las buenas guayabas. Alguien me dijo: “Ni cómo ayudar”. Refiriéndose a la impunidad, a la desfachatez y estupidez de autoridades (in)competentes. Trago largo y amargo, sí. No sólo es obligación del gobierno federal y no es que exonere a rajatabla al preciso. No. Pero, hay otras autoridades obligadas a dar una respuesta, a garantizar, a proteger, o al menos tomar medidas preventivas para los ciudadanos; así como tales funcionarios, son puntuales para cobrar sus emolumentos y conseguir fondos para sus fines, igual deben dar satisfacción a la sociedad en general y, a las familias en particular -igual, victimas, no victimarios, como los califica YSQ, lo que quiere decir que son, las víctimas al revés, sujetos activos de un delito de homicidio o lesiones físicas-.

Continuidad, continuismo. ¿Es lo mismo? Dejo -como ahora se usa- la respuesta a la IA, en aras de la neutralidad: “La continuidad se refiere a la unión natural que tienen entre sí las partes del Continuo, y la cualidad o condición de las funciones o transformaciones continuas. Por otro lado, el continuismo es la forma en que el poder de un político, de un régimen, de un sistema, etc., se prolonga en el tiempo sin señales de cambio o renovación.” Así, mis estimados, en la 4T, su candidata única, habla de continuidad y miente, porque se trata de continuismo. Son los hechos, no invento nada, ni es producto de mi exótica imaginación -dicho, por si acaso-. Luego, conviene reflexionar: ¿Nos tildan de tarugos, como electores?

Y, del otro lado ¿Qué ofrecen? ¿Casi como la propaganda del Dr. Simi? “No es lo mismo, pero es igual”. Veamos. Son acusados de regresionistas, pero no en el sentido del psicoanálisis de Freud: Mecanismo de defensa que vuelve, a momentos anteriores del desarrollo, es decir, a la etapa infantil. No, no se trata de eso. En Palacio, quieren decir, que se regresaría a tiempos nefastos del neoliberalismo, del salinismo, del foxismo, del calderonismo, ¡Uf! No alcanza el aliento para decirlo de corridito. Ah y de la corrupción, “que ya se acabó”. Lo cierto es que Xóchilt, un tanto y extrañamente contenida -eso se espera, por los “nuevos esperanzados” (Sí, de risa, dicen que la esperanza, ya cambió de dueño o algo parecido), guarda en su morral todo un proyecto, una nueva o renovada manera de hacer las cosas de la política. En fin. Por mí, está por verse y, lo digo por una cosa tan simple y previsible: Los jerarcas de los Partidos “aliados”, por lo pronto, les interesa su propia supervivencia, no que gane Xóchilt, y ya tienen en su morral o zurrón -a colación de la canción navideña, de los pastorcitos-, sus regalos, digo, candidaturas y de paso, pagando algunas facturas. La feroz lucha está, eso sí, para ganar más curules federales. Lo demás, será lo que escurra.


LA CONDICIÓN SINE QUA NON: La obligación y la responsabilidad de funcionarios varios, en sus relativas competencias y mandatos, no ha sido cumplida. La sociedad sigue en peligro, la delincuencia en su apogeo y parece que no habrá quien los contenga. Tanto dinero público según para paliar al crimen y sus efectos, al final inútil en el resultado, opaco sin rendición de cuentas, ni transparencia. Y sí, hay dos sopas para el ciudadano: Votar, por quien, o, no votar. Esto último, no ejercer el sufragio, es muy lamentable, como pernicioso. Es lo que hay. Cuídense.

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