/ miércoles 7 de abril de 2021

Propuestas Urbanas, Otra vez

Cualquiera pensaría que las campañas nunca se han ido, que desde hace ya tiempo llegaron para quedarse. Unos buenos, unos malos, otros malísimos. Desde hace unos días, miles de candidatos en todo el país han empezado a pedir el voto y lo harán durante 60 días, dos meses en donde abarrotarán hasta los últimos rincones de propaganda. Y ni modo, en parte así es la democracia.

Si bien puede ser un dolor de cabeza el ver que las campañas caminan y recorren dejando una estela de propaganda y nada más. Es cuestión de la ciudadanía que nos interesemos en las propuestas de los candidatos. Si esas promesas que si te vi no te conozco y si fue así no te recuerdo, pero que en algunas estrellas de este concierto llamado campaña, es su canción más sonada.

Muchos me han preguntado que por qué me involucro en política, la verdad es que prefiero corretear la chuleta privada que el hueso público, pero de cualquier manera ahí estamos participando e involucrándonos. Entre muchas otras razones, porque el aprender desde adentro nos permite comprender lo que se hace afuera.

Muchas propuestas ya han empezado a rondar en todos los municipios del bajío, desde las típicas calles y drenajes, pasando por los alumbrados y los parques. Algunos aventureros se atreven a mencionar la construcción de hospitales y escuelas, cosas que sólo le competen al estado y a la federación, muchos más ambiciosos con caminos, puentes y plantas de tratamiento, estos últimos urgentes, debido a la recién política del CEA de no más inversión en drenajes hasta que cada comunidad tenga su planta tratadora de agua.

Es importante no sólo escuchar, sino conocer las propuestas de cada uno de las ofertas presentadas, pero también lo es no dejarse llevar por las promesas de relumbrón, que serán casi imposibles de realizar y si ganan, terminarán echándole la culpa a otros o esperando que así como anillo al dedo, les caiga un pandemia para excusar cualquier problema en su administración.

De hoy en adelante las sobremesas se convertirán en verdaderos escenarios de debate a favor o en contra de un candidato, pero ojalá que las decisiones no se decanten porque iba o no en mi escuela primaria, porque es de buena familia, porque toda la vida se ha votado por el mismo partido, espero que la construcción del territorio de todos sea en base a propuestas, mismas que deben convertirse en realidad, siempre y cuando sean viables y no caprichos u ocurrencias a media campaña.

Cualquiera pensaría que las campañas nunca se han ido, que desde hace ya tiempo llegaron para quedarse. Unos buenos, unos malos, otros malísimos. Desde hace unos días, miles de candidatos en todo el país han empezado a pedir el voto y lo harán durante 60 días, dos meses en donde abarrotarán hasta los últimos rincones de propaganda. Y ni modo, en parte así es la democracia.

Si bien puede ser un dolor de cabeza el ver que las campañas caminan y recorren dejando una estela de propaganda y nada más. Es cuestión de la ciudadanía que nos interesemos en las propuestas de los candidatos. Si esas promesas que si te vi no te conozco y si fue así no te recuerdo, pero que en algunas estrellas de este concierto llamado campaña, es su canción más sonada.

Muchos me han preguntado que por qué me involucro en política, la verdad es que prefiero corretear la chuleta privada que el hueso público, pero de cualquier manera ahí estamos participando e involucrándonos. Entre muchas otras razones, porque el aprender desde adentro nos permite comprender lo que se hace afuera.

Muchas propuestas ya han empezado a rondar en todos los municipios del bajío, desde las típicas calles y drenajes, pasando por los alumbrados y los parques. Algunos aventureros se atreven a mencionar la construcción de hospitales y escuelas, cosas que sólo le competen al estado y a la federación, muchos más ambiciosos con caminos, puentes y plantas de tratamiento, estos últimos urgentes, debido a la recién política del CEA de no más inversión en drenajes hasta que cada comunidad tenga su planta tratadora de agua.

Es importante no sólo escuchar, sino conocer las propuestas de cada uno de las ofertas presentadas, pero también lo es no dejarse llevar por las promesas de relumbrón, que serán casi imposibles de realizar y si ganan, terminarán echándole la culpa a otros o esperando que así como anillo al dedo, les caiga un pandemia para excusar cualquier problema en su administración.

De hoy en adelante las sobremesas se convertirán en verdaderos escenarios de debate a favor o en contra de un candidato, pero ojalá que las decisiones no se decanten porque iba o no en mi escuela primaria, porque es de buena familia, porque toda la vida se ha votado por el mismo partido, espero que la construcción del territorio de todos sea en base a propuestas, mismas que deben convertirse en realidad, siempre y cuando sean viables y no caprichos u ocurrencias a media campaña.