Dada la situación innegable de una violencia sin control –de la autoridad, por supuesto- los ciudadanos bien nacidos, y sin información fidedigna, ya no creen lo que sus sentidos captan de manera cotidiana. Entre tanto, con temor fundado, como que arranca la campaña municipal.
Y algunos cuestionan –candidatos opositores- la falta de seguridad y por otra parte, en una reacción más grilla que de soluciones, se quiere decir que hay una línea de investigación que apunta hacia el interior de “movimiento guinda”. La verdad parece ser una: Todos andan descontrolados y, en mala hora quieren “capitalizar” la desgracia, en particular, la ajena.
Nunca visto aquí, al menos así, con una “cola” de la GN, andan los candidatos haciendo su campaña por tierra. Pero de plano sin proselitismo en “zonas calientes”, lo que es muy lógico. ¿Tendrán idea de qué hacer en ese rubro de la inseguridad?
La candidata al gobierno estatal, desde su disidencia como panista originaria –eso quiere hacer creer- ya tiene varias semanas presumiendo que presentará un proyecto en ese sentido y que la avala, “un experto”, pero que por razones, precisamente de “seguridad”, hará su presentación desde la Ciudad de México. Y no se extrañen estimados lectores de cualquier género, credo y simpatía partidista, que tal estrategia virtual o a distancia, no haya sido bien recibida y ya se ve como una primera falla: Si no se es capaz de cubrir la plaza, menos se hará desde la lejanía. En fin. Lo que recuerda el caso de los ediles que, viven en la vecina Querétaro, aunque cobran en Celaya.
Todavía hay quien pone en la cuerda floja al candidato de Morena para Celaya, ello porque se considera que no está definido si puede sufrir un revés por la equidad de género. Aunque se está apuntalando él mismo, en algunos medios pretendiendo lograr alguna credibilidad sobre su perfil, incluso, lo suben a ciertas alturas de grados académicos que, sólo él sabe o pregona, pero que en realidad, no hay certeza, aunque quien lo apoye podrá decir, que “no es requisito” sine qua non, tener en verdad algún grado de esa naturaleza, para su aspiración político-electoral. Y es cierto, pero lo que sí importa, es la ética. Es decir, no se debe la gente colgar milagros sólo para caer bien, o hacer pensar alguna sapiencia. Eso, es engañar. Recordemos otro individuo que se anunciaba como “ingeniero” y hasta firmaba títulos profesionales como “rector”, sin embargo, no era titulado como tal: Un fraude, esa era su definición. En fin.
¿Qué tan descabellado es que los candidatos hagan su campaña virtual? Los medios tradicionales y virtuales, están puestos. Las redes sociales, ahí están. ¿Entonces? Eso sí, todo tiene su costo, eso se sabe. ¿Usted iría a un mitin en la calle?
LA CONDICIÓN SINE QUA NON: Los tiempos, modos, costumbres, usos, cambian. Es una “ley inexorable”. Luego, las campañas deben adaptarse a esos cambios, paliar la inseguridad, echarle imaginación. Esa mercadotecnia política, está ahí, falta saber cómo, cuándo, para qué y por qué.
Si usted fuera candidato –sin importar género o filiación- cree qué un mitin público, abierto, en una plaza, un estadio o en cualquier lugar: ¿Le traerá muchos votos? O que con la violencia desatada, ¿Vale la pena el riesgo propio y de los acarreados, perdón, de los simpatizantes? ¿Qué de verdad la GN o la Policía, lo protegerán o harán frente a cualquier eventualidad, o que ese apoyo inhibe los atentados? Es lo que hay. Cuídense.